Los síntomas fueron "reales". Así lo confirmó el primer equipo médico que trató a los diplomáticos estadounidenses afectados por un supuesto "ataque sónico" en Cuba en 2016.
Los médicos, de la Universidad de Miami (UM), publicaron en diciembre de este año un detallado informe en el que aseguran que los afectados sufrieron daños en el oído interno, que afecta al equilibrio, y confusión o problemas para pensar.
Estados Unidos mantiene que desde finales de 2016, 26 personas que trabajaban o estaban relacionadas con su embajada en La Habana sufrieron diversos problemas de salud, entre ellos, dolores de cabeza, presión en los oídos, mareos y confusión, a causa de un "ataque sónico".
El misterio de esos síntomas dañó las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, país que ha negado estar detrás de ninguna acción contra diplomáticos extranjeros.
Las autoridades cubanas llevaron a cabo su propia investigación y aseguraron en 2017 que las pesquisas demostraron "la inexistencia de evidencias que indiquen la ocurrencia de los alegados ataques acústicos".
De acuerdo a The Guardian, la hipótesis del ataque cobró fuerza con la difusión de una grabación de audio, realizada por personal diplomático estadounidense en La Habana y publicada por Associated Press (AP), en la que se escuchaba un molesto zumbido agudo. Un sonido como de grillo.
Y precisamente de eso se trataba. El canto de grillos antillanos de la especie anurogryllus celerinictus. Así lo reveló una investigación científica, realizada en las universidades de Berkeley, en California, y de Lincoln, en Reino Unido.
“El canto del grillo de cola corta de las indias concuerda, en matizado detalle, con la grabación de AP, en duración, ritmo de repetición de la vibración, espectro de intensidad, estabilidad del ritmo y oscilaciones por latido”, explicaron en las conclusiones de su investigación publicadas el pasado viernes, los profesores Alexander Stubbs y Fernando Montealegre-Zapata.
"Esto proporciona fuertes pruebas de que el eco de un canto de grillo, más que un ataque sónico u otro artilugio tecnológico, es el responsable del sonido de la grabación difundida”, concluyeron los científicos.
Cuando era un niño que crecía en América del Sur, Montealegre-Zapata recuerda haber recolectado grillos de una especie similar y mantenerlos en jaulas en su habitación. Una noche se despertó con un penetrante sonido agudo. El culpable fue uno de los grillos machos que llamaban a sus compañeros.
"No me sorprende que esta llamada pueda molestar a las personas que no están familiarizadas con los sonidos de los insectos", dijo.
La identificación de la fuente de sonido no significa que no haya ocurrido un ataque de algún tipo, pero arroja dudas sobre el sonido responsable de los problemas de salud de los diplomáticos. La causa y la naturaleza de sus enfermedades no están claras.