Ciudades chinas realizaron millones de tests de COVID-19 e impusieron nuevas restricciones de viaje para tratar de contener el brote de coronavirus más importante de los últimos meses en el país.
El brote se originó en el aeropuerto de la ciudad oriental de Nanjing y ya se ha expandido a una veintena de ciudades y más de doce provincias.
El domingo, China notificó 75 nuevos casos de coronavirus, 53 de ellos por transmisión local.
En Nanjing, en la provincia de Jiangsu, ya se han realizado tres tests diagnósticos a sus 9,2 millones de habitantes y se impusieron confinamientos de cientos de miles.
Las autoridades sanitarias tratan de rastrear a nivel nacional las personas que viajaron recientemente a Nanjing o Zhangjiajie, una ciudad turística en la provincia de Hunan que confinó sus 1,5 millones de habitantes y cerró todas sus atracciones turísticas.
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El domingo se reportaron casos en la isla de Hainan, otro popular destino turístico, así como en las provincias de Ningxia y Shandong, dijeron las autoridades.
El país lucha contra otro repunte de casos en la ciudad de Zhengzhou, epicentro de las recientes mortíferas inundaciones en la céntrica provincia de Henan, después de que dos limpiadores en un hospital trataran pacientes de coronavirus llegados del extranjero.
Con 27 casos de transmisión local detectados, las autoridades ordenaron el domingo un testeo masivo a sus 10 millones de residentes.
Estos focos de contagio están poniendo en jaque las autoridades sanitarias chinas, que se habían jactado de su éxito en controlar la epidemia tras imponer el primer confinamiento del mundo a principios de 2020.
