La artista chilena Pau Quintana Jornet llegó a Alemania con 15 años, junto a sus padres exiliados políticos de la dictadura de Augusto Pinochet. Fue criada en la antigua Alemania del este y hoy vive en Baviera, en la localidad de Veitshöchheim, a orillas del río Meno.
"Desde muy chiquita me fascinaba la magia que surgía creando mundos encantados con lápices y otros materiales”, cuenta a DW. "Pintar a gran escala, como murales, es revivir esa magia que sentí en mi infancia y es una forma de comunicarme con el mundo”, compartió en entrevista con DW.
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Volvió a Chile luego de estudiar diseño de comunicación e ilustración en la FTHW. Se estableció un tiempo en Valparaíso, donde se fascinó por los murales y marcó el rumbo de su futuro, como explicó ella en su sitio web.
En la ciidad porteña conoció el Movimiento de Arte Urbano y del Artivismo, donde Quintana comenzó a crear sus primeros murales, aunque finalmente regresó a Alemania.
En el colectivo de los Artivistas, Muralistas y Artistas Callejeros, Pau Quintana encontró a su nueva familia. "Hay pocas cosas que me hacen sentir tan libre como pintar murales”, se sinceró con el medio. "Cada muro es un desafío y una oportunidad de crecimiento”, sostuvo.
"Pájaros, flores, estrellas, el arcoíris y la mujer”, son protagonistas de su obra, a la que le gusta definir como un "homenaje a la Pachamama y una nota de amor a la vida”.