La organización católica Caritas pidió este viernes al Consejo de Seguridad de la ONU que garantice el acceso de la vacuna anticovid a todos los países, en particular a los más pobres de América Latina, África y Asia.
En una declaración conjunta, los cardenales Luis Antonio Tagle, presidente de Caritas Internationalis y Peter Turkson, prefecto para la promoción del Desarrollo Humano Integral, pidieron una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU.
En el documento, los purpurados, en representación de las organizaciones católicas que prestan ayuda en más de 160 países, así como de la jerarquía de la iglesia católica, señalan que las vacunas anticovid ofrecen muchas esperanzas tras la pandemia que se ha cobrado la vida de más de 2,2 millones de personas en el mundo, pero esos remedios también ha ampliado "la brecha de la desigualdad".
Existe "una especie de proteccionismo en el Norte global, un tipo de nacionalismo que deja fuera al Sur global, donde vive la mayoría de los pobres", denunciaron los cardenales.
Los religiosos recuerdan los diversos llamamientos del Papa Francisco para que todo el mundo tenga acceso a las vacunas e instan a que no se haga "ninguna diferencia entre naciones ricas y naciones pobres". "Las vacunas deben estar disponibles de forma equitativa. Nos preocupan las comunidades de África y las naciones más pobres de América Latina y Asia", subrayaron.
"Los pobres, las minorías, los refugiados y los marginados son los más expuestos al virus. Cuidarlos es una prioridad moral, porque abandonarlos los pone en peligro a ellos y a la comunidad en su conjunto", escribieron.
Los cardenales advierten de que en el caso de que la pandemia se desborde en los países pobres del sur del planeta, eso podría conducir a una nueva crisis sanitaria mundial, por lo que proponen que se revise la deuda externa de esos países. "La deuda de los países de bajos ingresos debe ser revisada", pidieron.
"El dinero destinado a pagar la deuda de un país pobre podría destinarse a reforzar la seguridad sanitaria", aseguraron. Los religiosos piden también promover la producción local de vacunas en varios centros técnicos de África, América Latina y Asia para que estén a disposición en los próximos seis meses, abordando la cuestión de las patentes y la colaboración técnica.