La masiva salida de opositores este jueves (01.09.2016) a las calles de Caracas es vista por la Mesa de Unidad Democrática como punto de partida de una nueva etapa de movilizaciones para exigir la celebración de un referendo revocatorio cuanto antes. A la “Toma de Caracas” seguirá la “Toma de Venezuela”, según anunció la oposición.
La tensión que se vive actualmente en el país es “una muestra de que se han ido cerrando los canales de diálogo entre los diferentes estamentos de la sociedad venezolana”, a juicio de Josette Altmann. La secretaria general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), indica que América Latina está pendiente de lo que ocurre en Venezuela, con la preocupación que “se percibe que se han ido cerrando los pasos para una salida pacífica a la crisis que vive, de manera que ya no podría descartarse una ruptura violenta”.
Semejante inquietud manifiesta también Birgit Lamm, directora regional para América Latina de la fundación alemana Friedrich Naumann, de tendencia liberal. “De momento, veo con temor que todo apunta a aumentar el potencial de conflicto aún más”.
A su juicio, la masiva manifestación de este jueves no tendrá gran impacto en cuanto a acelerar la convocatoria a un referendo revocatorio. “El gobierno está dispuesto a mantenerse a toda costa en el poder y a evitar un referendo antes del 10 de enero”, indica. No obstante, la movilización sirve para demostrar la capacidad opositora de sumar apoyos y mantener la presión sobre el Ejecutivo.
Más que una manifestación política
Pero esta manifestación no es solo una expresión política, en opinión de Josette Altmann. “También es una reacción a la crisis económica, a la crisis institucional que se vive en ese país y que afecta a toda la población. Hemos visto de manera desgarradora como muchos venezolanos cruzan la frontera a Colombia y lo que compran son víveres y medicinas, y eso tensiona mucho las relaciones en un país. Confluyen en esta manifestación una gran cantidad de descontento en diferentes ámbitos y eso es caldo de cultivo para un malestar aún mayor”, apunta la secretaria general de FLACSO.
Los problemas económicos, el aumento del índice de violencia delictiva y la crisis humanitaria son factores que van generando una situación compleja y explosiva.
Una esperanza
¿Qué salida podría haber a este callejón sombrío? El restablecimiento de los canales de diálogo, responde Josette Altmann.
Birgit Lamm, por su parte, no se muestra nada optimista al respecto. “Maduro mismo dice que las decisiones del Parlamento opositor no le interesan. Eso para mí es una señal muy clara de que el Gobierno ni siquiera quiere mantener el camuflaje de un sistema democrático”, opina.
Los propósitos de mediación del Vaticano son a su juicio los únicos con cierta posibilidad de prosperar. “El Papa actual juega un papel político muy fuerte en América Latina”, indica, recordando su papel en el acercamiento de Estados Unidos y Cuba. “Podría ser que el Vaticano, junto con dirigentes cubanos que tienen buenas relaciones con el oficialismo de Venezuela lograran abrirse un canal que tuviera al menos una posibilidad de llegar a una comunicación real”, señala la directora regional para América Latina de la fundación liberal: “Esa sí podría ser una opción”.