Una osa polar hambrienta que llegó hasta las afueras de una ciudad rusa del Ártico, a más de 800 kilómetros de su hábitat natural, fue capturada y puesta bajo el cuidado de veterinarios, informaron el jueves las autoridades locales.
El animal fue visto por primera vez el domingo por la noche en la zona industrial de Talnaj, al noreste de Norilsk, en busca de comida en los cubos de basura.
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Se trata de una hembra de un año de edad que pesa casi 200 kilogramos, dijo Alexandre Korobkin, un responsable local del Ministerio de Ecología.
Después de los exámenes veterinarios iniciales, se espera que la osa sea enviada el viernes a un zoológico en Krasnoyarsk, Siberia, a varios miles de kilómetros al sur de Norilsk, donde está siendo cuidada.
Según las autoridades, su estado de salud no permite liberarla de momento en su medio salvaje.
Las incursiones de osos polares son cada vez más frecuentes en el norte de Rusia, ya que su hábitat y su alimentación se ven degradados por el cambio climático y el derretimiento del hielo.
De todos modos, es raro que los habitantes de Norilsk lleguen a ver osos polares, una especie declarada en peligro y cuya caza está prohibida en Rusia.
En febrero, los residentes del archipiélago ártico ruso de Nueva Zembla se enfrentaron a una invasión de docenas de osos polares agresivos en busca de alimentos, lo que obligó a las autoridades a declarar el estado de emergencia hasta que los animales se marcharon unos diez días después.
Las imágenes de los osos entrando por las escaleras de los edificios de apartamentos dieron la vuelta al mundo, pero es un fenómeno que probablemente se repetirá con el aumento de la presencia humana, especialmente militar, en una región con un valor estratégico para Moscú.