Estados Unidos y Brasil, los dos países más castigados en el mundo por el COVID-19, cerraron el mes de junio con un acumulado conjunto de más de cuatro millones de contagios y casi 187.000 fallecidos por COVID-19, lo que los mantiene este martes en el epicentro de la pandemia.
El recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins reportó otros 42.528 nuevos contagios en Estados Unidos, elevando a 2.629.372 la cifra de casos confirmados. El balance provisional situó además el número de fallecidos en 127.322, tras reportar otras 1.199 muertes, un acumulado que supera ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos unos 100.000 decesos a causa de la pandemia.
La media de nuevos casos diarios en Estados Unidos está desde la semana pasada por encima de los 40.000, arrastrada por el repunte en estados del sur y del oeste como Florida, Texas, California y Arizona, que han surgido como nuevos epicentros del COVID-19 en territorio estadounidense.
Nueva York, sin embargo, se mantiene todavía como el estado más golpeado en Estados Unidos por la pandemia con 393.454 casos confirmados y 32.032 fallecidos, una cifra solo por debajo de Brasil, el Reino Unido e Italia.
Brasil se acerca a los 60.000 fallecidos
Por su parte, Brasil, el país más grande y poblado de Latinoamérica, registró en la última jornada otras 1.280 muertes y 33.846 casos, con lo que el balance total de víctimas al concluir el mes de junio subió hasta los 59.594 fallecidos y los 1.402.041 contagios, según informó este martes el Ministerio de Salud.
En junio se registraron 30.280 muertes, prácticamente la mitad del total acumulado desde la primera registrada a mediados de marzo con un paciente en Sao Paulo.
Mientras la pandemia sigue en escalada y llegando a los municipios del interior, algunas capitales comenzaron a flexibilizar en los últimos días las cuarentenas y medidas de aislamiento social rigurosas.
Marcha atrás en la reapertura estadounidense
En Estados Unidos, con algunas ciudades registrando récords diarios de casos y con hospitales cerca del colapso, al menos 16 de los 50 estados han tenido que dar marcha atrás en sus planes de reapertura por completo o al menos en los condados con más contagios.
Alabama, donde los casos han aumentado un 25 % en las últimas semanas, fue uno de los últimos estados en tomar medidas: Este martes su gobernadora, la republicana Kay Ivey, anunció que extendería hasta el 31 de julio las medidas de aislamiento, que iban a expirar este viernes.
Sin embargo, la gobernadora no ordenó el cierre de restaurantes, tiendas y cines, algo que sí hizo el lunes por la noche el gobernador de Arizona, el republicano Doug Ducey.
Frente al aumento de casos en el sur y el oeste, los gobernadores de Nueva York, Nueva Jersey, Connecticut y Massachusetts anunciaron este martes que los viajeros procedentes de California y otros estados con alto número de contagios tendrán que guardar una cuarentena obligatoria de 14 días.