Brasil: Fin de semana de protestas y negociaciones pueden decidir el futuro del presidente Temer
AFP
Brasil se prepara para vivir un fin de semana de protestas y negociaciones políticas que pueden determinar la suerte del presidente conservador Michel Temer, sindicado por denuncias de corrupción.
Temer trata de impedir la erosión de su base aliada para protegerse de un eventual impeachment como el que hace un año le costó el cargo a la mandataria de izquierda Dilma Rousseff, de quien era vicepresidente.
Partidos de izquierda, sindicatos y organizaciones sociales convocaron el domingo a protestas en todo el país para exigir su renuncia. El número de participantes podrá servir de termómetro del descontento.
La Fiscalía General pidió el viernes a la corte suprema la inculpación de Temer por presunta "obstrucción a la justicia".
Según la Fiscalía, Temer habría actuado en coordinación con el senador Aécio Neves, suspendido de su cargo el jueves, para poner palos en las ruedas de la Operación Lava Jato, que investiga una vasta red de sobornos en la estatal Petrobras.
Las acusaciones se basan en delaciones premiadas de ejecutivos del gigante mundial de la alimentación JBS, entre ellos sus dueños Joesley y Wesley Batista.
Las confesiones no son consideradas pruebas a menos que un tribunal así lo determine.
Brasil vive en estado de conmoción política desde que el miércoles el diario O Globo reveló una conversación entre Temer y Joesley Batista, en la que el jefe de Estado parece dar su respaldo al pago de un soborno para comprar el silencio del exdiputado Eduardo Cunha, encarcelado por corrupción.
El Supremo Tribunal Federal (STF) abrió una investigación sobre el caso.
El jefe de Estado, de 76 años, rechazó tajantemente esas acusaciones, así como los llamados a que presente su renuncia.
En los documentos divulgados el viernes, Temer aparece mencionado junto a sus predecesores de izquierda Lula da Silva y Dilma Rousseff en una lista de presuntos beneficiarios de sobornos pagados por ejecutivos de JBS.
Ricardo Saud, director de relaciones institucionales de J&F (el consorcio que controla JBS), asegura que la empresa benefició a Temer en la campaña de 2014 con pagos ilegales por un monto de 15 millones de reales (6,37 millones de dólares al cambio promedio de ese año) a cambio de una "actuación favorable" a los intereses de la empresa.
La presión se acentúa
O Globo, que forma parte del poderoso Grupo Globo, afirmó el viernes en un editorial que el jefe de Estado "perdió las condiciones morales, éticas, políticas y administrativas para seguir gobernando".
En un editorial colgado en su portal web, el rotativo recuerda que "apoyó desde el primer momento el proyecto reformista" de Temer, quien llegó al poder hace un año tras la destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff.
Pero considera que lo que se vio y oyó en estos días sobre sus arreglos con los Batista lo descalifican para seguir liderando ese proyecto, basado en medidas de ajuste como receta para sacar al país de la peor recesión de su historia.
"La renuncia es una decisión unilateral del presidente. Si deseara no lo que es mejor para sí mismo, sino para el país, será la decisión que acabará tomando Michel Temer. Y es lo que los ciudadanos de bien esperan de él", agrega.
La exministra y senadora ecologista Marina Silva, que en las presidenciales de 2014 obtuvo casi 20% de los votos, también consideró que Temer "no está en condiciones de gobernar".
Y el expresidente del STF Joaquim Barbosa llamó a los brasileños a "movilizarse, ir a las calles y reivindicar con fuerza: la renuncia inmediata de Michel Temer".
Un eventual impeachment solo prosperará si la coalición que apoya a Temer, o al menos una parte de ella, le da la espalda.
"Por eso la primera cuestión es saber si los partidos que forman la base del gobierno dejarán el gobierno", dijo a la AFP Thomaz Pereira, profesor de derecho constitucional en la Fundación Getulio Vargas en Rio.