Una historia insólita ocurrió el pasado domingo en Santa Cruz, al sur de Argentina. Dos hombres en estado de ebriedad habrían ingresado a un cementerio, abierto un ataúd de una persona que había fallecido por COVID-19 y posteriormente habrían huido.
Los hechos fueron contados por las personas que estaban visitando al Cementerio Municipal de Caleta Oliva y vieron cómo llegaron dos hombres, según su versión, en estado de ebriedad, directamente a un ataúd que se encontraba cerrado.
Según el diario local La Vanguardia, estas mismas personas alertaron a los funcionarios policiales de la Curta Comisaría de Santa Cruz, quienes llegaron hasta el lugar.
Los testigos aseguraron que los hombres tenían entre 20 y 22 años y que huyeron algunos minutos antes que llegara la policía.
Sin embargo, minutos después, los funcionarios lograron encontrar a pocas cuadras del lugar a los sujetos que habrían profanado el ataúd y ellos reconocieron la situación. Aseguraron que no se les había permitido ir al funeral de su familiar y que pretendían darle su último adiós.
Las autoridades del cementerio explicaron que el ataúd no estaba en el nicho porque se estaba esperando por incinerar el cuerpo y dijeron también que los hombres dejaron el ataúd abierto, por lo que hubo que aplicar protocolos sanitarios a los funcionarios del lugar.