AFP
El gobierno boliviano acusó este domingo al secretario general de la OEA, Luis Almagro, de "agredir y pisotear" la soberanía del país, por enviar a un observador a la audiencia judicial del líder opositor Samuel Doria Medina, por un caso de manejo de fondos en los 90.
Doria Medina, acaudalado empresario y rival del presidente Evo Morales en las últimas tres elecciones, enfrentó el jueves pasado una audiencia judicial, por la transferencia de recursos de la cooperación internacional, unos 21 millones de dólares, a una fundación privada llamada Funda-Pro.
La Fiscalía pidió la detención de Doria Medina, ministro de Planeamiento en 1992, por considerar irregular ese proceso.
En esa audiencia, que se suspendió para cumplir otros trámites procesales, estuvo presente como observador de la OEA, Enrique Reina, pues el opositor había denunciado días antes al mismo Almagro, en la sede del organismo, que el juicio en su contra es político.
"Lo que han hecho estos señores (Almagro y Reina) es agredir, pisotear nuestra soberanía, y ellos deberán someterse a las normas internacionales para estos casos", afirmó el influyente ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, entrevistado por una red de medios oficialistas.
Luego acotó: "venir a interferir el funcionamiento del organismo jurisdiccional es una violación a la soberanía y una injerencia en asuntos internos de un país, es una acción inaceptable", pues "de manera abusiva y prepotente un delegado del señor Almagro se presenta orondo en la audiencia judicial".
Romero indicó que la cancillería boliviana presentará un reclamo formal ante la OEA, por este "acto de injerencia".
Morales ya había disparado a principios de semana contra Almagro, porque recibió en audiencia en Washington a Doria Medina, quien denunció la violación de sus derechos, con el argumento de que es enjuiciado por razones ideológicas.
El mandatario ha sido también varias veces duro con Almagro, por su forma de participación en el conflicto político venezolano, pues -según Morales- el jefe de la OEA actúa alineado a las presiones de EEUU para sacar el poder al presidente Nicolás Maduro, aliado político de La Paz.