Un grupo de activistas alemanes levantó este lunes en Berlín un monumento delante de la sede del Parlamento, que según aseguran contiene tierra con restos de cenizas de personas asesinadas durante el Holocausto.
El Centro para la Belleza Política (ZPS por sus siglas en alemán) ha bautizado como "Pilar de la Resistencia" a esta estructura de 4 toneladas y 2,5 metros de altura, que en su centro contiene la tierra en la que supuestamente encontraron restos humanos.
En busca de "cenizas y huesos carbonizados"
El grupo explicó que durante dos años ha examinado zonas cercanas a campos de concentración en busca de "cenizas y huesos carbonizados", identificados después de mandar muestras de tierra a un laboratorio. "Tomamos 248 muestras del suelo en 23 lugares. En 175 de ellas se encontró evidencia de restos humanos", han asegurado en un comunicado, difundido a través de su página web.
Acompaña a estas afirmaciones un documento del laboratorio al que consultaron, aunque el nombre de la institución y del científico que lo firma permanecen en el anonimato. En dicho informe, el forense afirma que recibió una serie de huesos y que pudo ratificar que pasaron por un proceso de cremación antes de ser arrojados a la tierra donde supuestamente los encontraron los activistas.
Evitar pactos con la AfD
"El conservadurismo no debe, nunca, cooperar con los fascistas", exige en su comunicado el ZPS, instando así a la Unión Cristiano Demócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel a mantener el "cordón sanitario" y evitar pactos con la formación ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD).
No es la primera vez que el grupo de artistas pretende, con sus polémicas acciones, llamar la atención del público sobre el auge de AfD. En 2017 colocaron una réplica del monumento a las víctimas del Holocausto frente a la casa de un político del ala más radical del partido ultraderechista, Björn Höcke.
La réplica fue erigida después de que Höcke calificase a Alemania como "el único pueblo del mundo que ha plantado un monumento de la vergüenza en el corazón de su capital" y pidiera un "giro de 180 grados en la política del recuerdo".