"Yo rescato a los muertos del olvido": los recolectores de cadáveres en la guerra Rusia - Ucrania
Este artículo contiene detalles que algunos lectores pueden encontrar perturbadores.
Artur describe su trabajo como el responsable de traer a los muertos del olvido.
Él y Denys, dos jóvenes ucranianos, tienen la dura tarea de recuperar los cuerpos de los civiles y soldados muertos en esta brutal guerra. Eso incluye tanto a los rusos muertos como a los de su bando.
El día que nos encontramos con ellos están en un área recientemente liberada en el este de Ucrania.
Artur dice que su tarea es asegurarse de que no quede ningún cadáver en el campo de batalla.
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El suelo está lleno de escombros, hay trincheras abandonadas y profundos agujeros de proyectiles.
Les han dicho que hay varios cuerpos tirados en algún lugar de esta escena de devastación apocalíptica.
En la distancia, todavía se escucha el sonido de la batalla.
Artur dice que son muy conscientes de que su trabajo es peligroso, pero considera que los riesgos están justificados "porque lo más importante es sacar a los muertos de esta terrible guerra".
Abren la puerta de su furgoneta blanca, marcada con una cruz roja y el número 200, el código militar para el transporte de soldados muertos.
Al hacerlo se eleva en el aire un profundo olor a muerte y vemos gusanos en los cuerpos recuperados a primera hora de ese día.
A Artur y Denys les han dicho que hay varios cuerpos en el área, pero ahora tienen que encontrar la ubicación.
Denys hace volar un pequeño dron equipado con una cámara para explorar la zona.
Plagado de minas
No solo están buscando los cuerpos, sino también señales de minas.
Uno de su equipo fue herido recientemente por una. Es un peligro constante.
Ahora toman la precaución de lanzar un gancho para voltear un cadáver antes de acercarse a los restos.
Se sabe que las fuerzas rusas colocan trampas explosivasen edificios e incluso cuerpos antes de retirarse.
El día anterior, un ingeniero militar ucraniano me dijo que cree que hay alrededor de 100.000 minas en las áreas recientemente liberadas del este de Ucrania.
Llevará mucho tiempo desactivarlas.
El ingeniero dice que, como regla general, un año de guerra equivale a cinco años de retirando minas.
Después de volar el dron durante unos 20 minutos, Artur y Denys creen que han identificado una ubicación probable.
Es un edificio bombardeado al lado de una vía de tren que ha sido destruida.
Se ponen los cascos y los chalecos antibalas y avanzan con cuidado entre los escombros.
Dentro de la estructura colapsada se encuentran los restos calcinados de tres cuerpos.
Al principio es difícil distinguir los restos humanos de las vigas quemadas.
También objetos personales
Lentamente, Artur y Denys comienzan a identificar huesos.
Examinan cuidadosamente lo que queda, en busca de cualquier señal de identificación.
Esta vez no están recuperando a los suyos sino a los cadáveres de tres rusos.
No ha sobrevivido ningún documento de identificación a ese infierno, pero Artur y Denys encuentran la hebilla ennegrecida y quemada de un cinturón militar ruso.
Los pequeños fragmentos de placas de chalecos antibalas también revelan que estos tres hombres combatían por Rusia.
Hay otros artículos personales que recuperan del suelo, incluidos un par de anteojos.
Cada uno es fotografiado y colocado a un lado.
Serán devueltos junto con los restos humanos, cuidadosamente colocados en bolsas para cadáveres que luego se cargarán en su camión.
Les toma varias horas completar la delicada tarea, asegurando que se recupere cada parte de lo que alguna vez fue una vida humana.
Luego, los cuerpos que recogen son llevados a una morgue local.
Enterrado con dignidad
Artur dice que siente una sensación de alivio casi espiritual cuando recupera un cuerpo, sin importar de quién es.
"Sentimos paz al saber que el cuerpo finalmente regresará de la guerra", dice.
Cuando recuperan a los muertos de Rusia, dice que "hay un entendimiento claro de que serán intercambiados por nuestros difuntos y nuestros difuntos serán enterrados con dignidad en Ucrania".
Es la Cruz Roja quien facilita los intercambios entre países.
Artur y Denys asisten a menudo a los funerales de los soldados ucranianos que han rescatado del olvido.
Han experimentado más muerte que vida durante el último año y Artur acepta que eventualmente afectará su estado emocional.
Pero agrega: "Entiendo que estamos haciendo un buen trabajo y eso me motiva un poco y me da fe de que la guerra terminará pronto".
Su papel ilustra que la guerra en Ucrania no es solo una batalla física.
También hay un componente moral, que se refleja en la forma en que un ejército trata tanto a los vivos como a los muertos.