Coreando la consigna de "no me cuidan, me violan", cientos de personas salieron a las calles de Ciudad de México desde el pasado fin de semana para protestar contra la policía y las autoridades de la capital mexicana.
Los manifestantes, en su mayoría mujeres, exigen justicia para dos adolescentes que acusan a policías de haberlas violado en dos casos diferentes ocurridos a principios de agosto.
Alrededor de 300 personas llegaron este lunes a la oficina de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la capital mexicana para manifestarse, lo que pronto derivó en un ataque contra el edificio.
Algunos manifestantes esparcieron brillantina rosa y pintura en aerosol sobre la fachada de la PGJ, mientras que otros rompieron la puerta de cristal de la entrada y arrojaron la cabeza de un cerdo.
Horas antes, habían protestado en la sede de la policía de Ciudad de México.
Cuando el secretario de Seguridad, Jesús Orta, intentaba dialogar con los manifestantes, una persona le arrojó brillantina rosa. El funcionario se retiró rápidamente del lugar.
Las protestas fueron provocadas por dos recientes denuncias de violación y cuyos procesos de investigación, al igual que la respuesta de las autoridades a las protestas, han generado enojo a parte de la capital mexicana.
¿Qué denuncian las víctimas?
El primer caso ocurrió el 3 de agosto.
Una adolescente de 17 años, que pidió que su identidad sea reservada dada la naturaleza del caso, regresaba de una fiesta a su casa en Azcapotzalco (norte de Ciudad de México) en la madrugada.
Según su denuncia, un amigo la había dejado a un par de cuadras de su casa y mientras ella caminaba fue interceptada por agentes a bordo de una patrulla de agentes, los cuales le ofrecieron llevarla a su domicilio por su seguridad.
La joven asegura que fue violada por cuatro policías en el interior del vehículo policial.
El segundo caso fue denunciado por una adolescente de 16 años identificada como Estefanía "N" y ocurrió el 8 de agosto.
La joven sostiene que mientras estaba en el Museo de Archivo de la Fotografía, donde realiza una pasantía, un agente de vigilancia de la Policía Bancaria e Industrial del recinto abusó sexualmente de ella en un baño.
La víctima llamó al servicio de emergencia y, poco después, el agente denunciado fue detenido.
¿Por qué causan indignación las investigaciones?
La víctima del caso de Azcapotzalco acudió ante la Fiscalía de Delitos Sexuales para denunciar la violación y colaboró con las autoridades en las primeras investigaciones.
Sin embargo, desistió en continuar luego de que información de su caso y sus datos personales fueran "filtrados" a la prensa, por lo que dijo que ya no confía en las autoridades.
La titular de la PGJ, Ernestina Godoy, explicó días después que al no haber una "imputación directa" contra policías sospechosos "no hay posibilidad de integrar la carpeta (de investigación)" y los agentes podrían estar en condiciones de regresar a sus labores.
"No vamos a fabricar culpables", señaló la funcionaria el jueves pasado, lo que generó las primeras protestas por la posible impunidad de la violación.
Un día después, el portavoz de la PGJ, Ulises Lara, matizó las declaraciones de Godoy y aseguró que buscarían mantener el contacto con la víctima, pedirían la ayuda de la Comisión de Derechos Humanos local, y que la filtración del caso es un delito a investigar.
En el segundo caso, el policía identificado por las autoridades como Edgar Bertín (su apellido fue reservado) fue detenido y las investigaciones iníciales indicaron que hay "flagrancia" del delito.
Pero hasta las protestas del lunes no se conocía si el policía enfrentaría cargos.
"Provocación"
Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno de Ciudad de México, describió las protestas y ataques a las autoridades como una "provocación". Y esta declaración también le ha traído críticas.
"Quiero afirmar categóricamente que fue una provocación. En realidad lo que esperaban es que nosotros respondiéramos con más violencia, y eso no lo vamos a hacer", dijo en un video en Facebook.
"Sobre lo que se demanda, se van a hacer las investigaciones conducentes. Ni va a haber fabricación de culpables, ni va a haber impunidad. Pero no podemos de antemano definir quiénes fueron los culpables. Para eso se hacen las investigaciones", dijo.
Esa respuesta también le ha generado críticas de la oposición a Sheinbaum.
"Para la procuradora y la jefa de Gobierno, una protesta feminista que exige justicia porque policías han violado mujeres es una provocación... Perdón, pero ¿de qué nos sirven mujeres en el poder si lo ejercen con convicción patriarcal?", dijo en Twitter la diputada independiente Lucía Riojas.
Arne Aus den Ruthen, un político y exalcalde del barrio Miguel Hidalgo, también se pronunció en su cuenta de Twitter.
Todas las marchas son un acto de provocación @Claudiashein; buscan que los malos gobernantes reaccionen, despierten, atiendan.
— Arne (@arnemx) August 12, 2019
Algunas provocan declaraciones torpes, como las suyas, otras correcciones en la política pública.
La violencia contra la mujer es uno de los principales problemas de seguridad pública en Ciudad de México y la zona conurbada, hogar de unas 20 millones de personas.
Un informe oficial con datos de enero a junio de este año indica que hubo 284 llamadas de emergencia sobre "incidentes de abuso sexual" en Ciudad de México, la cuarta cifra más alta de todo el país y sexto lugar en cuanto a tasa de incidencia de este delito.
Sin embargo, grupos de víctimas dicen que la mayoría de las víctimas no denuncian por desconfianza en las autoridades y que puede haber más de medio millón de casos en todo el país cada año.