Papúa Nueva Guinea: Disputa tribal provoca matanza que acaba con la vida de niños y embarazadas
Al menos 24 personas fueron asesinadas en un enfrentamiento entre dos tribus rivales en Papúa Nueva Guinea. Entre los fallecidos hay menores y dos mujeres embarazadas.
Ha ocurrido en la provincia de Hela, en el interior del país, y se cree que puede haber sido una de las luchas entre tribus rivales más sangrientas que se han dado en este pequeño estado situado al norte de Australia, en el océano Pacífico.
Su primer ministro, James Marape, dijo tras conocer las noticias que era "uno de los días más tristes de mi vida", y prometió perseguir a los perpetradores del crimen.
"Es una historia muy triste", declaró Philip Undialu, gobernador de Hela a la agencia de noticias Reuters, explicando que los asesinatos fueron el resultado de un conflicto que ha existido durante años.
"Fue una represalia por un ataque anterior. Ambos ataques se realizaron en una comunidad donde la gente era inocente y no esperaba algo así. Todos estamos en shock", confesó el administrador.
Las autoridades dicen que la región ha luchado durante años contra la violencia, en ocasiones motivada por disputas sobre la distribución de la tierra y la riqueza de recursos.
Cómo ocurrieron los asesinatos
El administrador provincial de Hela, William Bando, declaró a la agencia de noticias AFP que 24 personas habían sido asesinadas, pero que podría haber más víctimas.
Por su parte, la agencia local de noticias EMTV reportó al menos dos incidentes en pequeñas aldeas en el distrito de Tari-Pori, en la misma provincia de Hela.
Ya el pasado domingo, siete personas, cuatro hombres y tres mujeres, fueron asesinadas en la aldea de Munima. Y el lunes, 16 mujeres y niños fueron aniquilados en el pueblo de Karida, según EMTV. Dos de las mujeres estaban embarazadas.
Según el periódico Post-Courier, los ataques se llevaron a cabo el sábado y el domingo con seis personas asesinadas el primer día y 16, incluidas dos mujeres embarazadas, en un ataque de represalia al día siguiente.
Pills Pimua Kolo, del departamento de salud de la provincia de Hela, publicó fotos en Facebook de lo que asegura es la masacre que tuvo en el pueblo de Karida.
Las imágenes muestran una fila de cuerpos envueltos en tela y atados a largos postes. Dijo que algunos de ellos habían sido cortados en pedazos y que era difícil reconocer sus partes del cuerpo.
La respuesta de las autoridades
El primer ministro Marape, que es de la zona, dijo que quienes llevaron a cabo los asesinatos fueron hombres armados de las tribus Hagui, Okiru y Liwi y prometió que castigaría a los responsables.
"Criminales armados, su tiempo se ha acabado", advirtió Marape.
"¿Cómo puede funcionar una provincia de 400.000 habitantes con un cuerpo policial y de orden público de menos de 60 policías, y con la ayuda ocasional de militares y policías que lo único que hacen es ayudar a las bandas (criminales)".
William Bando, el gobernador, dijo que había ordenado ya el destacamento de al menos un centenar de policías más para reforzar a los 40 oficiales locales que existían hasta ahora.
La violencia entre tribus en Papúa Nueva Guinea
Las provincias de las tierras altas de Papúa Nueva Guinea donde ha ocurrido la masacre son muy remotas. Muchas de las comunidades que las habitan se rigen por tradiciones tribales y muchas aldeas ni siquiera están conectadas por carreteras. En 2018, un devastador terremoto empeoró las cosas.
Los choques entre distintas tribus son habituales y generalmente los originan violaciones, robos, o disputas sobre los límites entre los territorios que corresponden a cada tribu.
En los últimos años, la afluencia de armas automáticas ha hecho que los choques sean más mortales y haya aumentado el ciclo de violencia.
La compañía estadounidense de gas y petróleo ExxonMobil opera una planta de procesamiento de gas natural en la región donde se produjo la masacre, pero el año pasado detuvo la construcción de un oleoducto a causa de los disturbios.
Papúa Nueva Guinea se encuentra entre los países más pobres de Asia, con aproximadamente el 40% de su población viviendo con menos de US$1 al día, según la ONU.