Trump vs Biden: por qué las elecciones de EEUU son tan importantes para el futuro del planeta
Los científicos que estudian el cambio climático creen que la reelección de Donald Trump podría hacer que sea "imposible" mantener bajo control las temperaturas globales.
Les preocupa que otros cuatro años de Trump "garanticen" el uso de combustibles fósiles durante las próximas décadas, al asegurar y mejorar la infraestructura para la producción de petróleo y gas en lugar de eliminarlos gradualmente como quieren los ambientalistas.
El plan climático de Joe Biden, argumentan los científicos, le daría al mundo una oportunidad de luchar contra el cambio climático.
Además de retirarse del Acuerdo de París, el pacto internacional diseñado para evitar el calentamiento peligroso de la Tierra, el equipo de Trump ha trabajado arduamente para eliminar lo que ven como obstáculos para la producción eficiente de energía.
Durante los últimos tres años, investigadores de la Universidad de Columbia en Nueva York han rastreado más de 160 retrocesos significativos en las regulaciones ambientales.
Estos retrocesos cubren todo, desde los estándares de combustible de los automóviles hasta las emisiones de metano y las bombillas de luz.
Estos trámites han ocurrido al mismo tiempo que EE.UU. se recupera de severos incendios forestales en los estados del oeste. Muchos científicos han relacionado estos incendios con el cambio climático.
Entonces, ¿dónde estamos después de cuatro años de mandato de Donald Trump y hacia dónde es probable que vayan las cosas después de las elecciones del 3 de noviembre?
¿Cuál es la posición de Trump sobre el cambio climático?
"Trump cree que las regulaciones son costos y no beneficios", dice el profesor Michael Gerrard, de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
"Él niega que realmente exista el cambio climático antropogénico, o al menos que sea malo. Cree que si se recortan las regulaciones de todo tipo, no solo ambientales, sino también ocupacionales y laborales, creará más puestos de trabajo", opina Gerrard.
Los críticos dicen que los retrocesos en las regulaciones ambientales son parte de una agenda para eliminar cualquier referencia al cambio climático en todo el gobierno federal.
"El gobierno de Trump ha hecho todo lo posible para negar la ciencia y denigrar a los científicos", dice Gina McCarthy, exdirectora de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y ahora presidenta del Consejo de Defensa de Recursos Nacionales.
"Realmente han hecho todo lo humanamente posible para tratar de convencer a la gente de que lo que ven, sienten y saborean simplemente no está sucediendo frente a ellos", añade.
¿Qué efecto han tenido los retrocesos?
Los partidarios del presidente Trump dirán que su firme apoyo a los combustibles fósiles ha sido un éxito.
Gracias al fracking, EE.UU. se convirtió brevemente en el mayor exportador de petróleo del mundo a fines de 2019.
El fracking ?o fracturación hidráulica? es un conjunto de técnicas para recuperar petróleo y gas de la roca de esquisto.
Pero cuando se trata de carbón, la historia es diferente. A pesar de los esfuerzos del gobierno para deshacer las regulaciones, los empleos relacionados con la minería de carbón han seguido disminuyendo.
Ahora hay alrededor de 5.000 puestos de trabajo menos relacionados con el carbón que cuando Trump fue elegido.
Para muchos de los que respaldan al mandatario, sus acciones sobre el clima son consistentes con impulsar la producción de energía y mantener el crecimiento de la economía.
Otros argumentan que la guerra de Trump contra las regulaciones ambientales no tiene nada que ver con la economía.
"Trump está convencido de que el cambio climático es un tema de guerra cultural que enciende el resentimiento de su base de extrema derecha", dice Paul Bledsoe, quien sirvió en el gobierno de Clinton y ahora es asesor del grupo de expertos demócratas Progressive Policy Institute.
"Entonces él ve esto como un esfuerzo cultural para encender las quejas entre su base. No tiene otra función para él. No le importa nada más", agrega.
¿Qué efectos tendrá la salida del Acuerdo de París?
La salida del Acuerdo de París fue un fuerte mensaje para el resto del mundo de que EE.UU. ya no compartía el consenso internacional sobre el cambio climático.
Al anunciar la retirada, Trump habló de renegociar el acuerdo, pero nada ha resultado de esa idea.
Algunos observadores creen que las acciones de EE.UU. han facilitado que otras naciones, como Brasil y Arabia Saudita, obstaculicen el progreso en la reducción de emisiones de carbono.
"Ahora somos un paria, y este es el momento más vergonzoso y sorprendentemente malo que puedo imaginar para EE.UU.", dice Gina McCarthy.
"Y todo es porque tenemos un presidente al que simplemente le importa un comino la gente. Solo le importa su propia base y cómo alimenta su propio ego", señala.
Si Joe Biden gana, es probable que revierta la salida del Acuerdo de París lo antes posible.
Volver a unirse al pacto requiere solo un mes de antelación.
¿Trump está en sintonía con su base sobre el cambio climático?
La decisión de Trump de sacar a EE.UU. del Acuerdo de París entrará en vigor el 4 de noviembre, un día después de las elecciones.
Sin embargo, las encuestas de opinión muestran que un número creciente de jóvenes republicanos y conservadores están adoptando una posición diferente a la del presidente sobre el cambio climático.
Pero muchos aún apoyan su decisión de abandonar el pacto de París.
"Lo que descubrí es que las metas realmente grandes y altas no significan nada si no tienes un plan para lograrlas", dice Danielle Butcher, quien se describe a sí misma como una joven conservadora de la organización ambiental Coalición Estadounidense de Conservación.
"Tenemos a China diciendo que van a reducir sus emisiones este año. Y están financiando plantas de carbón en todo el mundo", señala. "El Acuerdo de París puede sonar bien, pero debe cumplirse, ¿no?"
¿Qué pasa si Trump es reelegido?
Además de confirmar la salida de EE.UU. del Acuerdo de París, si gana Trump probablemente habrá más esfuerzos para aumentar la producción de combustibles fósiles. Esto podría tener graves consecuencias para las temperaturas globales.
"El objetivo de temperatura de 1,5°C es muy difícil de alcanzar en este momento, aunque teóricamente es posible", dice Michael Gerrard.
Se refiere a uno de los objetivos del Acuerdo de París: lograr que el aumento de las temperaturas se mantenga "muy por debajo" de los 2°C con respecto a la era preindustrial.
Además, compromete a los firmantes a "realizar esfuerzos" para limitar este aumento a 1,5°C como máximo.
Estas medidas servirían para evitar lo que los científicos consideran como "niveles peligrosos e irreversibles" de cambio climático.
Hace dos años, una revisión científica del objetivo concluyó que mantener el aumento de la temperatura global por debajo de este umbral haría una gran diferencia para las personas y la naturaleza, en vez de permitir un aumento de 2°C (que había sido el umbral durante muchos años).
Si Trump es reelegido, el profesor Gerrard cree que limitar el aumento de la temperatura a 1,5°C "entrará en el terreno de la imposibilidad física".
"Tendríamos que esperar otros cuatro años para otra elección para tratar de rectificar eso. Pero para entonces, se habrá garantizado mucha más infraestructura de combustibles fósiles y se habrán ido a la atmósfera muchos más gases de efecto invernadero. Sería una muy mala noticia para el clima", señala.
¿Cómo están respondiendo los estados y ciudades estadounidenses?
En algunas partes de EE.UU., la falta de medidas de la Casa Blanca sobre el cambio climático ha servido como un llamado a la acción.
Para los residentes de la ciudad costera de Charleston, Carolina del Sur, el clima y el aumento del nivel del mar ocupan un lugar destacado en la lista de preocupaciones políticas.
Los niveles de agua en el puerto de Charleston solían subir unos 2,5 centímetros cada década, ahora aumentan en esa cantidad cada dos años.
Con una necesidad apremiante de instalar nuevas defensas contra el mar, la autoridad local demandó a 24 empresas de combustibles fósiles por su papel en la producción del carbono vinculado al aumento de las aguas.
"En este momento, las inundaciones son un problema durante 100 días del año", dijo el activista climático local Belvin Olasov.
"Esta situación exige liderazgo y actualmente hay un vacío enorme, por el presidente que tenemos", señaló.
"Así que tenemos a un gobierno local enfrentando a un conglomerado gigante de corporaciones petroleras porque no se está haciendo nada a nivel federal", añadió. "Es una situación inusual a la que nos han empujado".
Muchos estados y regiones han seguido adelante con la acción climática, pero tienen sus límites.
Por ejemplo, el transporte por carretera es responsable de alrededor de un tercio de las emisiones de carbono de EE.UU., pero el gobierno federal establece los estándares de combustible para automóviles.
Si bien el gobierno de Obama buscó fortalecerlos significativamente, el presidente Trump los ha suavizado.
¿En qué se diferencia Biden de Trump?
Joe Biden dice que su plan para el cambio climático haría que el sector energético de EE.UU. quedara libre de carbono para 2035. Esto permitiría que el país redujera sus emisiones a cero para 2050.
Alcanzar el cero neto significa que cualquier carbono emitido por la industria, el transporte u otras fuentes se equilibra eliminando una cantidad equivalente de la atmósfera, por ejemplo, mediante la plantación de bosques.
Biden tiene ideas ambiciosas para revolucionar el transporte en EE.UU., utilizando vehículos y trenes eléctricos. También quiere construir 1,5 millones de viviendas y unidades habitacionales sostenibles.
Su plan no solo beneficiaría a EE.UU., dicen sus partidarios, sino que ayudaría a mantener bajas las temperaturas globales.
"Esta es la primera elección de la historia que realmente puede determinar si podemos prevenir un cambio climático desbocado", dice Paul Bledsoe.
"Joe Biden propone que EE.UU. imponga aranceles de cambio climático a las naciones que no reduzcan sus emisiones. El plan climático internacional de Biden, en todo caso, es incluso más ambicioso que su plan nacional. Así que el contraste no podría ser más marcado", explica.
Trump ha acusado a su oponente de querer prohibir el fracking. Pero Biden dice que esta práctica continuaría mientras EE.UU. hace la transición hacia una economía verde.
El auge del petróleo y el gas que se inició con el fracking, incluso en estados clave como Pensilvania, significa que miles de puestos de trabajo están en juego.
Los candidatos son conscientes de la necesidad de actuar con cuidado, independientemente de sus posiciones más generales sobre el cambio climático.
¿Qué posturas tienen los grupos religiosos sobre el cambio climático?
Los cristianos evangélicos se encuentran entre los grupos religiosos que han apoyado firmemente a Trump.
Las encuestas muestran que probablemente volverán a votar por él en números abrumadores.
Pero los miembros más jóvenes de la fe están menos encantados con el presidente, especialmente en el tema del cambio climático.
Emily Robertson es una estudiante de 21 años de Covenant College en Lookout Mountain, Georgia, y en noviembre votará por primera vez.
Ella dice que si hubiera podido votar la última vez, probablemente hubiera votado por Trump, como hicieron sus padres.
Pero su creciente conciencia sobre el tema del cambio climático la ha persuadido de votar por Joe Biden esta vez.
A pesar del creciente reconocimiento de este problema planetario, cree que la mayoría de sus compañeros cristianos jóvenes todavía respaldarán a Trump.
"En las plataformas de redes sociales, he visto a muchos jóvenes evangélicos moverse a votar por Biden, pero están en círculos selectos", dice.
"Honestamente, basándome en algunas personas con las que he hablado, aunque les importa el cambio climático, no creo que les importe lo suficiente como para votar por Biden en lugar de Trump", indica.