Sentencias a muerte en un estadio con miles de espectadores: ¿vuelven las condenas públicas a China?
¿Estrategia para disuadir el crimen o un atropello a la dignidad humana?
Los usuarios de las redes sociales chinas están discutiendo sobre la práctica de una ciudad de su país de dictar penas de muerte públicamente y luego ejecutar la condena de manera inmediata.
Lufeng, una ciudad en el sur de la provincia de Cantón, está publicitando sus penas capitales cada vez más.
La medida parece ser una apuesta para sacudirse de su reputación de ser un centro de producción de drogas sintéticas.
El 16 de diciembre, un tribunal de la ciudad invitó al público a ver la sentencia de 12 personas en un estadio deportivo local.
La audiencia fue anunciada a través del popular servicio de mensajería móvil WeChat. Miles de espectadores asistieron.
De los reos, 10 fueron condenados a muerte por delitos relacionados con drogas.
La página china de noticias The Paper dijo que después de los veredictos y con la aprobación del tribunal, estos 10 "fueron escoltados inmediatamente al lugar de ejecución y liquidados".
Visibilidad de las sentencias
Las sentencias públicas son raras en la China contemporánea, pero parecen haber cobrado impulso en la región costera del sur de Cantón.
La ciudad de Lufeng llegó a los titulares internacionales en junio cuando dos tribunales anunciaron públicamente las sentencias de 18 personas.
Según medios locales, ocho de estas fueron ejecutadas inmediatamente después de su juicio.
En los últimos meses, el gobierno de Cantón ha estado buscando dar más visibilidad en internet a su postura ante las drogas.
En noviembre, el periódico Guangzhou Daily compartió fotos de una sentencia pública en la cercana ciudad de Jieyang, a la que asistieron más de 1.000 personas.
Espectáculo público
La grabación del veredicto en Lufeng se difundió ampliamente a través de medios influyentes en la popular red social Weibo y en Miaopai, un sitio de videos similar a YouTube.
Imágenes de la audiencia publicadas por la página Beijing News el sábado se han visto más de tres millones de veces.
Muestran a los convictos rodeados por guardias armados y luego siendo conducidos a plataformas elevadas para recibir individualmente sus sentencias.
En el fondo, aparecen miles de personas mirando el espectáculo.
Después de ser condenados, los detenidos son conducidos a otra plataforma en la parte trasera de un automóvil policial rodeado por guardias armados y el vehículo arranca.
Para algunos de ellos, el viaje tiene como destino directo el campo de ejecución.
Los veredictos en casos de asesinato, robo y delitos relacionados con drogas se leen en la audiencia, pero Beijing News destaca que solo los culpables de los últimos cargos son ejecutados "inmediatamente".
"La Revolución Cultural ha vuelto"
El video de Lufeng ha sido criticado tanto por activistas de derechos humanos como por usuarios de redes sociales.
William Nee, investigador de Amnistía Internacional, dijo en Twitter: "Las autoridades chinas han demostrado una vez más un flagrante desprecio por la vida y la dignidad humanas".
Muchos en Weibo dijeron que el video los hacía recordar una época pasada y que el método de avergonzar públicamente a los presos les hacía pensar que "la Revolución Cultural (impulsada por Mao Zedong) ha regresado".
Algunos usuarios chinos en línea también expresan su preocupación por la aparente facilidad con la que se emiten las sentencias de la pena capital.
China lleva a cabo más ejecuciones que cualquier otro país en el mundo, según Amnistía Internacional.
Aunque la organización reconoce que las estadísticas se mantienen como un "secreto de estado".
El "pueblo de Breaking Bad"
Algunos usuarios de redes argumentaron que el método como el que se aplica en Lufeng, aunque feo, es necesario, dada la mala fama del lugar.
Esta ciudad ha querido eliminar su reputación como un centro de producción de ketamina y metanfetamina, que se comercializan en algunas partes del este de Asia y en la región Asia-Pacífico.
Desde 2014, Lufeng ha sido conocida como "la ciudad del hielo" debido a la notoria producción a gran escala de drogas sintéticas.
Uno de sus pueblos, Boshe, ha sido apodado "el pueblo de Breaking Bad" por la prensa internacional.
En marzo, la Comisión Nacional de Control de Estupefacientes de China dijo a los medios que la incautación de drogas sintéticas en China, incluidas la metanfetamina y la ketamina, "aumentó en un 106% anual en 2016".
La agencia oficial de noticias Xinhua informó en noviembre de 2017 que la región está "plagada de producción y tráfico de drogas rampantes".
"Más de un tercio de las metanfetaminas consumidas en China provienen de Boshe y las aldeas vecinas", sostuvo el medio y agregó que sorprendentemente "una de cada cinco familias está directamente involucrada en la producción de drogas".
Xinhua señala que solo en esta región, la policía había resuelto más de 13.000 casos de drogas y decomisado 10 toneladas de estupefacientes entre enero y octubre de 2017.