Segunda Guerra Mundial: Lady Muerte, la Princesa Espía y otras 6 heroínas que deberías conocer
Piensa en actos heroicos en tiempos de guerra? ¿Te imaginas a un hombre o una mujer actuando con valentía?
Con mucha frecuencia, el rol de las mujeres durante los conflictos pasa desapercibido. Por ello, este año, para conmemorar el 75 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial (la guerra terminó en Europa el 8 de mayo de 1945), recordamos en especial la vida de ocho mujeres que se destacaron por sus logros y valentía durante el devastador conflicto bélico.
Cheng Benhua: la mujer que recibió a la muerte con una sonrisa
Cheng Benhua fue una heroína de la resistencia que luchó contra los japoneses después de que invadieron China en 1937.
Una foto de ella tomada muy poco antes de que la mataran con una bayoneta se ha convertido en una imagen icónica de la valentía y la resistencia.
Fue tomada por un fotógrafo japonés que relató su historia hasta sus últimos momentos, después de que la capturaran en combate y la llevaran presa.
Sus captores la violaron en grupo reiteradas veces, pero ella se mantuvo firme.
En la foto, parece desafiar a la muerte con una sonrisa. Lleva sus brazos cruzados sobre el pecho, y la cabeza erguida para mirar directamente a la cámara sin pestañear.
Su pose ha sido conmemorada por una estatua de cinco metros en Nankín, el sitio de una de las peores masacres de la guerra, donde cerca de 300.000 chinos (hombres, mujeres y niños) fueron asesinados brutalmente por soldados japoneses.
Tenía 24 años cuando murió en 1938, un año antes de que la guerra llegara a Europa, y un año después de que lo hiciera a China.
Cheng Benhua tenía "una personalidad llamativa, causó la mayor impresión y mereció el respeto de todos" entre las millones de personas que murieron, señaló en 2013 el historiador Fan Jianchuan.
Noor Inayat Khan: la Princesa Espía
Princesa india y espía británica, Noor Inayat Khan era descendiente directa del sultán Fateh Ali Tipu, el gobernador musulmán de la ciudad de Mysore, en el estado de Karnakata, en India, en el siglo XVIII.
Hija de padre indio -maestro de sufi- y madre estadounidense, la joven nació en Moscú y estudió en la Universidad de la Sorbona, en París.
Sus habilidades lingüísticas le valieron un puesto en la Dirección Británica de Operaciones Especiales (SOE, por sus siglas en inglés), el grupo de agentes encubiertos que se lanzaban en paracaídas sobre la Francia ocupada durante la guerra para sabotear actividades de los nazis, cooperar con la resistencia francesa y espiar el movimiento de las tropas.
Khan trabajó como operadora de radio -la primera mujer en ocupar este puesto peligroso- y por ello debía cambiar de sitio constantemente para evitar que la detectaran.
Finalmente, fue capturada por la policía nazi, la Gestapo, interrogada y torturada.
Intentó escaparse en varias ocasiones. En una casi lo logró saltando por los techos.
Con cada intento, fueron empeorando las condiciones de encarcelamiento y los interrogatorios, pero se cree que nunca le dio información valiosa a los alemanes, que solo la conocían por su nombre en código, Madeleine, y ni siquiera sabían que era india.
En septiembre de 1944, Khan y otras tres agentes mujeres de la SOE fueron transferidas al campo de concentración de Dachau, donde fueron asesinadas el 13 de septiembre.
For su coraje, Khan recibió póstumamente la Medalla de Jorge del gobierno británico y la Croix de Guerre (Cruz de Guerra) con una estrella de oro de los franceses.
También tiene un monumento en la plaza Gordon de Londres que celebra su valentía.
"Noor Inayat Khan continúa siendo hoy día una fuente de inspiración, no solo por su ejemplar valentía sino por los principios que defendió", le dijo a la BBC Shrabani Basu, autor del libro "Princesa espía, la vida de Noor Inayat Khan".
"Aunque era sufí y no creía en la violencia, hizo el mayor sacrificio -su vida- en la lucha contra el fascismo".
Lyudmila Pavlichenko: Lady Muerte
Lyudmila Pavlichenko fue una de las francotiradoras más exitosas de la historia, con 309 soldados muertos confirmados tras la invasión nazi a la Unión Soviética en 1941.
Decenas de sus víctimas eran también francotiradores de las filas enemigas, quienes perdieron contra esta mujer cuyas hazañas en los asedios de Sebastopol y Odessa le valieron el apodo de Lady Muerte.
Los francotiradores nazis no pudieron acabar con ella, pero Pavlichenko fue herida durante un ataque con mortero y, aunque se recuperó, la quitaron de la línea de fuego y la pusieron a trabajar aprovechando su capacidad para conseguir apoyo a los esfuerzos soviéticos durante la guerra.
En su rol de mujer modelo del Ejército Rojo, viajó por el mundo y se reunió con personajes importantes, como el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt.
Aunque fue condecorada con la estrella de oro Héroe de la Unión Soviética, fue mayormente borrada de la historia.
"Es sorprendente que una francotiradora de habilidades excepcionales no haya sido propiamente celebrada y conmemorada después de su muerte", le dijo a la BBC Iryna Slavinska, una activista que lucha por la igualdad de género.
"Pero la narrativa soviética sobre la Segunda Guerra Mundial estuvo centrada en la imagen de un soldado valiente, un hombre. Piensa en todos los monumentos erigidos a los héroes de guerra y al soldado desconocido".
"Las mujeres no fueron parte de esa narrativa".
Nancy Wake: el Ratón Blanco
Un personaje exuberante en muchos sentidos, Nancy Wake tenía fama de ser una luchadora mortal, una seductora escandalosa y una bebedora implacable, así como una feroz enemiga de los nazis.
Nació en Nueva Zelanda, pero se crió en Australia. Abandonó la escuela a los 16 años y consiguió trabajo en Francia como periodista, mintiendo supuestamente sobre su capacidad de escribir en egipcio antiguo.
Allí conoció y se casó con un industrial francés, Henri Fiocca. Se encontraba viviendo en Marsella cuando los alemanes invadieron Francia en 1939.
Wake se unió a la resistencia francesa y guió a los aviadores aliados que escapaban por los Pirineos a un lugar seguro en España. Cuando su grupo fue traicionado a los alemanes en 1942, Wake huyó a Gran Bretaña a través de España.
Fiocca se quedó atrás y fue capturado, torturado y ejecutado por los nazis. Wake regresó a Francia para empezar a trabajar para la SOE.
Participó en muchas misiones arriesgadas. Wake aseguró haber matado en una ocasión a un centinela alemán con sus propias manos.
"Nos habían enseñado cosas de judo en la SOE y yo solía practicarlas. Pero esta fue la única vez que utilicé (un golpe de judo) y lo maté de inmediato", dijo en una entrevista televisiva en los años 90.
Después de que se perdieran en combate valiosos códigos de radio, se presentó como voluntaria para recorrer 500 km en bicicleta a través de territorio enemigo para buscar reemplazos.
Cuenta que lo hizo en tan solo tres días. Solía arreglarse y acordar citas con alemanes para obtener información.
"Con un poco de maquillaje y un trago en el camino, pasaba por los puestos alemanes y, guiñándoles un ojo, les decía: '¿Quieres registrarme?' ¡Dios, qué seductora era!", le contó Wake a un periódico australiano.
Estuvo a punto de ser atrapada muchas veces durante la guerra, pero siempre logró evadir a sus perseguidores, según relató su biógrafo, Peter FitzSimons.
Su habilidad para evadirse hizo que los alemanes la llamaran "el Ratón Blanco", nombre que también lleva su autobiografía.
Wake recibió numerosos galardones después de la guerra. Murió el 7 de agosto de 2011 en Londres, a los 98 años. Ella pidió que sus cenizas fueran esparcidas en Francia.
Jane Vialle: reportera, espía y política
Jane Vialle nació en la República Democrática del Congo, pero se mudó a París de niña. Estaba trabajando como periodista cuando se desató la Segunda Guerra Mundial.
Vialle abandonó París y se convirtió en agente encubierta para la resistencia francesa en el sur del país, que aunque no estaba oficialmente ocupado por Alemania en ese momento, estaba gobernado por el gobierno títere del mariscal Philippe Pétain (lo que se conoce como régimen de Vichy).
Vialle recababa información sobre los movimientos de las tropas nazis y luego se la enviaba a los aliados.
Las fuerzas enemigas la atraparon en 1943 y la acusaron de traición.
Sus secretos, no obstante, estaban seguros: había codificado la información tan bien que era indescifrable.
Vialle fue enviada primero a un campo de concentración y luego a una prisión para mujeres en Marsella.
Puede que se escapara o que la liberaran, la cuestión es que sobrevivió la guerra.
En 1947, Francia le otorgó un bancada en el Senado.
Hedy Lamarr: la estrella de Hollywood con cerebro de inventora
La estrella del cine nacida en Austria tuvo un carrera brillante que le hizo ganar popularidad, una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y seis maridos.
Nacida con el nombre de Hedwig Eva Maria Kiesler en el seno de una rica familia judía en Viena, primero se casó con un comerciante de armas que no veía con buenos ojos su naciente carrera de actriz y la obligaba a ser anfitriona de sus reuniones con amigos y colegas, entre los que se incluían nazis.
Lamarr no soportaba esta vida y huyó secretamente primero a París y luego a Londres, donde conoció al legendario Louis B. Mayer, director de MGM Studios.
Mayer le ofreció un contrato en Hollywood y empezó a promocionarla como "la mujer más bella del mundo".
Su éxito en las más de 30 películas que filmó la hicieron famosa, pero no heroica. Lo que le valió un lugar en esa lista fueron sus habilidades como inventora.
Lamarr desarrolló un sistema para guiar los torpedos aliados y evitar que fuesen detectados por el enemigo cambiando frecuencias.
Elementos de sus pioneras invenciones pueden verse hoy día en tecnologías de Wi-Fi y Bluetooth.
Mya Mi: con espada y veneno
La lucha de Mya Yi comenzó incluso antes de que los japoneses invadieran Myanmar en la Segunda Guerra Mundial.
Yi era una vigorosa defensora de la independencia del país que se oponía a las autoridades coloniales británicas.
Se unió a las fuerzas de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial y siempre llevaba consigo una espada y una botella de veneno para defenderse.
En 1944 atravesó a pie territorio enemigo y cruzó cadenas montañosas para llegar a la India controlada por los británicos, para continuar luchando contra los japoneses.
Durante el camino se vendaba sus heridas con trozos de tela de su ropa y se negaba a que la cargasen hombres.
En India ayudó a lanzar panfletos sobre Myanmar que detallaban lo mal que los japoneses estaban tratando a la población.
Aunque planeó regresar a Myanmar con su marido después del nacimiento de su primer hijo (había entrenado como paracaidista), le dio su asiento a otro combatiente y solo regresó en octubre de 1945, cuando la guerra había terminado.
Su lucha continuó: siguió peleando por la independencia y luego contra los regímenes militares de su país.
Rasuna Said: la Leona
Rasuna Said es una excepción en esta lista, ya que durante la guerra se alió con las potencias del eje, al menos en teoría.
Fue una figura clave en la lucha de Indonesia por la independencia, y el enemigo, para ella, no eran tanto los japoneses como los colonizadores holandeses.
Said se hizo políticamente activa de muy joven y fundó un partido político -la Asociación de Musulmanes Indonesios- cuando tenía poco más de 20 años.
Oradora feroz, sus discursos eran "como un rayo en medio del día", según una biografía. Su coraje al criticar a las autoridades holandesas le valió el apodo de "la Leona".
Los holandeses interrumpían sus discursos con frecuencia, y durante un evento la arrestaron y encarcelaron por 14 meses.
Cuando los japoneses invadieron el archipiélago en 1942, Said se unió a una organización pro-japonesa, pero la utilizó para continuar con sus actividades independentistas.
En el caso de Indonesia, la lucha no terminó cuando los japoneses fueron derrotados.
Los holandeses volvieron a tratar de imponer su autoridad, primero con la ayuda de los británicos, lo cual dio inicio a un brutal conflicto de cuatro años.
Terminó con los holandeses reconociendo la soberanía indonesia en 1949, y el rol de Said en este conflicto fue celebrado bautizando con su nombreuna de las principales calles de la capital, Yakarta.
Defensora imbatible de la igualdad de género y del derecho a la educación de las mujeres, Rasuna Said es una de las pocas mujeres indonesias con estatus de heroína nacional.