El gobierno de Guatemala anunció que gran parte de la caravana migrante, que había partido de Honduras la semana anterior, regresó a sus lugares de origen de forma voluntaria.
La caravana, compuesta por unos 3.500 migrantes, había salido desde Honduras con destino a la frontera sur de EE.UU.
Sin embargo, poco después de atravesar la frontera con Guatemala, en los departamentos de Izabal y Chiquimula, los grupos fueron interceptados por las autoridades de este país.
Allí se les comunicó que, debido a las restricciones impuestas para evitar la propagación de la pandemia del coronavirus, la caravana no podía continuar su tránsito por el país.
"Rechazamos la forma en que miles de personas ingresaron a nuestro país de forma violenta, evadiendo los controles migratorios y sanitarios", dijo el viceministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Eduardo Hernández, en un comunicado.
Y agregó: "Hemos emprendido acciones contundentes para evitar una crisis humanitaria, de seguridad y de salud. Pero nuestros esfuerzos, por grandes que sean, se verán rebasados si el gobierno hondureño no realiza las acciones de prevención y contención debidas y de manera continuada", agregó la autoridad.
Sin embargo, no quedó inmediatamente claro si otras personas continuaban hacia EE.UU.
Caravana en tiempos de pandemia
Tras meses de inactividad con motivo de la pandemia, el fenómeno de las caravanas de migrantes centroamericanos que tratan de llegar a Estados Unidos se había reanudado el pasado miércoles 30 de septiembre.
Después una convocatoria publicada en redes sociales, cientos de personas salieron desde la ciudad de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, en dirección a la frontera con Guatemala.
Los migrantes afirmaron que huyen de la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades en su país, acentuadas por la actual pandemia de covid-19.
Y aunque muchos de ellos habían logrado atravesar la frontera el jueves pasado, lo cierto es que las autoridades de Guatemal desplegaron un gran operativo para detenerlos.
Cuando se conoció la noticia de la creación de la caravana, el gobierno de México, segundo destino de los migrantes, había advertido que estos debían someterse a los operativos de protocolo que había en la frontera y que las personas que no cumplieran con estos requerimientos serían encarcelados.