Los cadáveres de civiles encontrados en Bucha y en otros lugares cerca de Kiev se están convirtiendo en una de las imágenes más impactantes de los estragos de la guerra de Rusia contra Ucrania.
Y han provocado una ola de condena internacional contra el gobierno de Moscú.
Tras semanas de guerra, una inesperadamente feroz y bien organizada resistencia ucraniana detuvo el avance ruso en las afueras Kiev. Así lo muestran los restos oxidados y torcidos de la columna de tanques y vehículos de transporte blindados rusos que pasaban por el pueblo de Bucha hacia la capital.
Moscú afirma que sus objetivos en el centro de Ucrania han sido alcanzados y que nunca incluyeron la toma de Kiev, algo que Occidente disputa.
Un equipo de la BBC pudo llegar a Bucha después de que los últimos soldados rusos se retiraran el pasado viernes, como parte de lo que el Kremlin ha descrito como una decisión calmada y racional de concentrar la guerra en el este de Ucrania.