Ruanda, el país que cerró más de 700 iglesias de su capital por ser demasiado "ruidosas"
La escena de una iglesia silenciosa, con personas murmurando sus oraciones y la estruendosa explosión de eco que produce cualquier ruido no es la que predomina en Ruanda.
Todo lo contrario; desde hace unos años, este país África tienen más y más iglesias, muy bulliciosas y con templos improvisados. Y no es la excepción en el continente.
Ante esa situación, el gobierno de Ruanda tomó una decisión drástica: en la última semana cerró 714 iglesias en la capital, Kigali, para ponerlas bajo inspección.
La razón es que son "muy ruidosas", además de que muchas de ellas no cumplen con las medidas mínimas de seguridad para los cientos de fieles que llegan a recibir.
Justus Kangwagye, un funcionario del gobierno de Ruanda, aseguró que no hay una persecución religiosa, sino que se les ha pedido a las iglesias que sean moderadas.
"Ir a misa debería hacerse de una manera ordenada y reuniendo los estándares mínimos", dijo el funcionario citado por la Agencia Efe.
La mayoría de los templos cerrados son pequeñas iglesias de los pentecostales, pero la orden gubernamental también afectó a una mezquita.
Un funcionario explicó a la BBC que los templos van a ir siendo abiertos si se comprueba que cumplen con las leyes de seguridad y evitan generar ruido excesivo.
Líderes milagrosos
Las iglesias pentecostales a menudo están encabezadas por ministros carismáticos que hacen grandes y ruidosas ceremonias en las que se realizan "milagros" ante una gran concurrencia.
En los domingos llega a haber miles de asistentes que se amontonan en tempos con estructuras débiles, que "ponen en peligro" a los asistentes, dijo Kangwagye.
"Respecto a la higiene y a la salud, no puedes convocar una reunión donde no hay agua para lavarse las manos o baños", alertó el funcionario.
La Junta de Gobierno de Ruanda dijo en un comunicado que muchas de las iglesias clausuradas fueron abiertas sin el consentimiento oficial.
Por ello están poniendo en práctica una revisión de todos los centros religiosos.
En este país de África central viven casi 12 millones de personas y la mayoría practica el cristianismo, además de que se preservan algunos rituales ancestrales.