Austria: Sebastian Kurz, el virtual ganador de las elecciones y el mandatario más joven del mundo
No obtuvo una mayoría absoluta, pero con el apoyo conseguido hasta ahora en las elecciones legislativas en Austria realizadas este domingo, Sebastian Kurz va camino a convertirse en el jefe de gobierno más joven del mundo.
De acuerdo con las proyecciones de los resultados de las votaciones, el Partido Popular que lidera Kurz conseguirá poco más de 31% de los votos, superando ampliamente al gobernante Partido Socialdemócrata de Austria, con cerca de 27%, y al ultraderechista Partido de la Libertad, con 26%.
Los resultados finales no se conocerán sino hasta el jueves, por lo que no está claro aún quién llegará segundo.
En todo caso, Kurz tendrá que crear con alguno de los dos una coalición para formar el nuevo gobierno.
Una estrella ascendente
Conocido por su estilismo característico -trajes ajustados, cabello peinado hacia atrás, camisas de cuello abierto- a sus 31 años de edad, Kurz será el mandatario más joven de la Unión Europea y, a partir de noviembre -cuando Vanessa D'Ambrosio, de 28 años de edad, abandone el puesto de capitán regente de la República de San Marino- también lo será del resto del planeta.
No será el primer cargo en el que Kurz destacará por su juventud.
En 2013, cuando contaba 27 años de edad, el gobierno austríaco lo nombró ministro de Relaciones Exteriores. Era el más joven de toda la Unión Europea.
Desde esa posición, Kurz supo proyectarse como un líder nacional.
"Wunderwuzzi"
Llamado con el apodo de "Wunderwuzzi" (algo así como niño prodigio), Kurz ha sido comparado con los jóvenes mandatarios de Francia y Canadá, Emmanuel Macron y Justin Trudeau.
Al igual que Macron, Kurz fue capaz de crear un movimiento alrededor de su figura.
Además, a través de una compleja operación de marketing político, supo transformar la imagen del Partido Popular de Austria -que ha estado en posiciones de poder durante más de 30 años- para convertirlo en "el nuevo Partido Popular".
Con su equipo de estrategas, logró modernizar la imagen de una de las organizaciones más conservadoras de Europa -cambiando incluso el color negro que tradicionalmente le identificaba- y que ahora luce como un movimiento dinámico, propio de la era digital, centrado en el cambio.
"Sabe lo que quiere y es despiadado. Tienes un gran bloque negro en Austria y Kurz lo pintó de turquesa, lo bautizó como un movimiento y de allí ha sacado el nuevo empaque de uno de los partidos más tradicionales y aburridos de Europa. Es brillante", dijo a Stefan Lehne, investigador visitante del centro de estudios Carnegie Europe, a The New York Times.
Más a la derecha
Pero sus cambios no son solo cosméticos.
Kurz se labró su lugar en la política austríaca durante la crisis de refugiados que vivió la Unión Europea en 2015.
Entonces, él fue el responsable de negociar un acuerdo con los vecinos de Austria en la región de los Balcanes para que estos se hicieran cargo de detener el flujo de inmigrantes que estaban llegando a través de Grecia.
Asumiendo parcialmente el discurso de la extrema derecha en relación con la inmigración, aunque de forma más moderada, logró consolidar respaldos entre los conservadores y pescar apoyos entre los electores del ultra Partido de la Libertad.
Además ha prometido limitar los beneficios que pueden recibir los refugiados, prohibir que los inmigrantes legales obtengan ayudas sociales antes de haber residido en el país durante cinco años y cerrar las rutas de acceso de indocumentados.
Estas maniobras parecen haberle rendido frutos. Desde 2016, el Partido Popular pasó de tener menos de 20% de apoyo en las encuestas a más de 30% y Kurz va camino a convertirse en el nuevo jefe de gobierno.