Reino Unido está a menos de dos meses de su salida programada de la Unión Europea y, sin embargo, parece muy lejos de saber cómo lo va a hacer.
Este semana, los legisladores británicos están tratando de bloquear la posibilidad de que el Brexit se produzca sin un acuerdo con la UE, pero este intento por interferir en el rumbo del proceso de salida es también una lucha contra el reloj.
El primer ministro Boris Johnson solicitó la pasada semana la suspensión de las actividades del Parlamento -que ya fue aprobada por la reina Isabel II-, algo que podría ocurrir entre los días 9 y 12 de septiembre y hasta el 14 de octubre, reduciendo así el margen de maniobra de los legisladores.
Reino Unido lleva meses en lo que parece un callejón sin salida. Los intentos de la ex primera ministra británica Theresa May porque se aprobara el acuerdo logrado con los líderes de la UE siempre se toparon con el bloqueo del Parlamento. Y eso motivó que acabara renunciando.
En julio, Johnson se inició en el cargo defendiendo que el Brexit no volvería a ser pospuesto y tendría lugar para el 31 de octubre, aunque no hubiera acuerdo con los socios europeos.
Pero esa posibilidad acaba de ser rechazada también por el Parlamento.
La noche del miércoles, la Cámara de los Comunes -la cámara baja- aprobó un proyecto de ley que impide el llamado "Brexit duro", es decir, que la salida de la UE se produzca sin acuerdo.
Esa ley está ahora en discusión en la Cámara de los Lores -la cámara alta-.
Los Comunes también rechazaron el miércoles un adelanto electoral propuesto por el primer ministro.
Entonces ¿qué puede pasar ahora?
Estos son algunos de los posibles escenarios.
1. Brexit el 31 de octubre con acuerdo con la UE
La posibilidad de llegar a un nuevo acuerdo con la UE existe, aunque dados los precedentes parece complicado.
El proyecto de ley aprobado por la Cámara de los Comunes este miércoles dice que el primer ministro tiene hasta el 19 de octubre para aprobar un acuerdo en el Parlamento. Si no se logra, tendrá que solicitar una extensión de la fecha de salida del Reino Unido hasta el 31 de enero de 2020.
Pero el acuerdo existente negociado por May y su gobierno fue derrotado en el Parlamento varias veces, y Johnson dijo que está muerto.
El gobierno espera poder obtener un nuevo acuerdo con la UE, o una versión modificada del existente sin el llamado backstop o salvaguarda irlandesa.
La salvaguarda es una medida destinada a prevenir cualquier posibilidad de puestos fronterizos y controles entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Pero aunque la UE ha dicho que consideraría cualquier nueva propuesta de Reino Unido, también ha declarado en repetidas ocasiones que la salvaguarda es una parte crítica del acuerdo.
2. Brexit sin acuerdo
La posición predeterminada es que Reino Unido abandonará la UE el 31 de octubre a las 23:00 GMT.
El Brexit sin acuerdo significa que Reino Unido saldría inmediatamente de la unión aduanera y del mercado único, el marco legal diseñado para facilitar el comercio dentro de la UE.
Muchos políticos y empresas dicen que esto dañaría la economía. Otros dicen que los riesgos que mencionan quienes se oponen a esta opción son exagerados.
Los parlamentarios mostraron su oposición a un Brexit sin acuerdo, pero la decisión de suspender el Parlamento, conocida como prorrogación, que puede ocurrir desde el lunes 9 de septiembre, significa que tienen muy poco tiempo.
El primer paso que dieron, la noche del martes, fue tomar el control de la agenda del Parlamento, algo que generalmente es prerrogativa del gobierno.
Ahora están tratando de aprobar una ley para bloquear la posibilidad de un Brexit sin acuerdo y que el gobierno solicite a la UE que posponga su salida hasta el 31 de enero de 2020.
No obstante, la ley también contempla la salida sin acuerdo, siempre y cuando lo aprueben los parlamentarios.
Esta es una de las formas en las que se podría producir el Brexit duro. La otra es que el proyecto no llegue a convertirse en ley.
Aunque ya fue aprobada por la Cámara de los Comunes este miércoles, ahora está en la Cámara de los Lores, donde el debate podría alargarse -una maniobra conocida como filibusterismo- para que no se llegue a aprobar antes de que entre en vigor la suspensión del Parlamento y hacer descarrilar el proyecto.
Sin embargo, Ashton de Hyde, el portavoz de los conservadores en la Cámara de los Lores, ya anunció que discutirán el proyecto de ley a las 17:00 GMT del viernes.
Si se aprueba, podría recibir el visto bueno de la reina y convertirse en ley el lunes 9 de septiembre.
3. Retraso del Brexit
Incluso si quienes se oponen al Brexit duro logran que el gobierno busque un aplazamiento, Reino Unido no puede decidir esto unilateralmente: tendría que ser acordado por unanimidad por los otros miembros de la UE.
Sin embargo, ya antes se han acordado extensiones y los otros estados podrían aceptarlo teniendo en cuenta que la alternativa sería un Brexit sin acuerdo.
Según reportes, Michel Barnier, el negociador jefe para el Brexit de la UE, dijo a diplomáticos europeos que las negociaciones con Londres están en "estado de parálisis".
También dijo que Reino Unido parecía tener la intención de reducir el nivel de ambición en la declaración política que guiará la próxima etapa de las negociaciones.
4. Cancelación del Brexit
También existe la opción legal de cancelar el Brexit por completo revocando el Artículo 50, la norma dentro la legislación de la Unión Europea que permite la salida de un estado miembro.
Pero, claramente, esto no es algo que el gobierno actual esté contemplando. Por lo tanto, es un escenario que solo se puede imaginar con un cambio de gobierno.
Otra cuestión que surge en este punto es si es posible la celebración de un segundo referendo, lo que devolvería la decisión sobre el Brexit al mismo electorado que en junio de 2016 decidió la salida de Reino Unido de la UE.
Para ello, la Cámara de los Comunes tendría que pronunciarse a favor de un segundo referendo, una opción que hoy por hoy no parece tener los votos necesarios.
No obstante, todo podría cambiar si un adelanto electoral cambia el equilibrio de fuerzas en Westminster.
Sin embargo, muchos han advertido de que un segundo referendo podría tener consecuencias desastrosas para la democracia británica.
Estos argumentan que podría ser vista como un intento de desconocer la voluntad popular que alienaría a los más de 17 millones de ciudadanos que en su momento votaron a favor del Brexit.
Otros, sin embargo, aseguran que es lo más democrático que se puede hacer, especialmente si el Parlamento no logra ponerse de acuerdo.