12 es el número promedio de tormentas tropicales (de las cuales seis alcanzan la potencia de un huracán) que se producen durante la temporada oficial de huracanes en el Atlántico que arranca oficialmente el 1º de junio y acaba el 30 de noviembre.
A más de dos meses para que llegue a su fin, la región ya ha sido azotada por 11 tormentas, incluyendo seis huracanes, de una intensidad tan insólita como devastadora.
La pregunta que ronda en boca de muchos es a qué se debe esta violencia climática y, sobre todo, qué tiene que ver en todo esto el calentamiento global.
¿Podemos afirmar que tanto Irma como Harvey son consecuencia del cambio climático?
Factores que influyeron
En primera instancia, explica el corresponsal en asuntos ambientales de la BBC Matt McGrath, los huracanes son fenómenos naturales complejos, extremadamente difíciles de predecir, más allá del contexto del aumento global de las temperaturas.
Atribuirle directamente al cambio climático un papel en la intensificación de su impacto también es difícil, dice McGrath, porque simplemente estos eventos son relativamente raros y no hay una gran cantidad de datos históricos sobre ellos.
Sin embargo, hay ciertas cosas que pueden afirmarse con un buen grado de certeza.
Hay una ley física, conocida como la ecuación Clausius-Claperyon, que sostiene que una atmósfera más caliente retiene más humedad.
Por cada extra grado centígrado (motivado por el calentamiento), la atmósfera puede retener un 7% más de humedad y esto hace que los eventos que involucran precipitaciones sean más extremos cuando se producen.
Otro elemento sobre el que tampoco hay duda es el aumento en la temperatura de los mares.
"Los huracanes sólo se forman sobre aguas que tienen al menos una temperatura de 26,51° C", le explica a BBC Mundo Bob Ward, director de políticas y comunicación del Grantham Research Institute on Climate Change and the Environment, de la London School of Economics, en Reino Unido.
"Las temperaturas superficiales promedio del mar han estado aumentando, y algunas regiones del Atlántico Norte y el Golfo de México están más calientes ahora que el promedio".
"Y, por lo general, cuanto más caliente están las aguas del mar, más poderosas son las tormentas", dice el experto.
Otro aspecto donde se evidencia el impacto del cambio climático es en las marejadas ciclónicas, en las que el viento empuja el mar hacia la costa, elevando el nivel del mar.
"Como el nivel del mar está incrementando por el cambio climático, marejadas son ahora más grandes y más peligrosas", asegura Ward.
Ciertamente no podemos decir que el calentamiento global está causando tal o cual huracán, pero "sí podemos afirmar que son peores por ello".
Vínculos claros
En cuanto a la frecuencia de estos eventos, Ward sostiene que no tenemos información como para atribuir este incremento al calentamiento.
"Ha habido un aumento en la actividad de las temporadas de huracanes sobre el Atlántico desde mediados de los 90, pero esto puede deberse a cambios naturales en la circulación de los vientos".
"Incluso los modelos que han hecho científicos sugieren que el cambio climático puede reducir el número de ciclones tropicales, pero aumentar su intensidad".
No obstante, añade, aún no sabemos, ya que, "aunque para nosotros sean fenómenos enormes, desde un punto de vista climático son sistemas pequeños, y por ende difíciles de modelar".
Con todos estos datos en mano podemos esclarecer el vínculo entre cambio climático y huracanes. Sin embargo, es imposible vincular un evento específico como el huracán Irma o Harvey con el calentamiento global.
"La ciencia de la atribución (...) ha mejorado mucho en los últimos años, pero aún no podemos atribuir una tormenta tropical al cambio climático. Pero eso no es necesario para saber que el cambio climático aumenta el impacto y por eso debemos hacernos más resistentes a sus efectos", enfatiza Ward.
¿Preguntas equivocadas?
Sin embargo, hay investigadores que sostienen que estamos nos estamos haciendo las preguntas equivocadas.
Más allá del impacto humano sobre el cambio climático, creen que la verdadera contribución del hombre a la ola de devastación dejada por fenómenos como Harvey o Irma es más simple y directa.
"El huracán es sólo una tormenta, no es un desastre", le explica a la BBC Ilan Kelman, del Instituto para la reducción de riesgo y desastres del Instituto para la Salud Global del University College, en Londres.
En el caso de Houston, azotado por el huracán Harvey, "es que la población aumentó un 40% desde los 90. El desastre es el hecho de que mucha gente era demasiado pobre como para pagar un seguro o evacuar".
"El cambio climático no hizo que la gente construyera sobre una costa vulnerable, así que el desastre es nuestra elección y no está vinculado al cambio climático", concluye Kelman.