Hasta hace unos años, "tolerancia cero" se asociaba con los rastros oscuros de la violencia y duras políticas policiales.
Pero desde hace dos meses, el término ha adquirido una nueva dimensión: se comenzó a vincular con el tema migratorio y con la polémica medida del gobierno de Donald Trump de separar a los hijos menores de quienes intentan entrar de forma ilegal a Estados Unidos.
El Departamento de Justicia de ese país trata desde abril pasado a los indocumentados que intentan ingresar a territorio estadounidense como autores de un delito por el que deben ser juzgados, lo que implica que pierden la custodia de sus hijos.
Como resultado, casi 2.000 menores fueron separados de sus familiares entre el pasado 19 de abril y el 31 de mayo, según los datos difundidos por las autoridades estadounidenses.
La medida ha generado una polémica que ha trascendido las fronteras de Estados Unidos y llevó a que este miércoles el presidente Donald Trump firmara una orden ejecutiva para detener las separaciones.
Sin embargo, resaltó que la política de "tolerancia cero" se mantenía.
Pero ¿cuál es su base y qué busca esta medida?
¿De dónde viene el término "tolerancia cero"?
Medidas policiales o coercitivas han tomado este nombre en sucesivos momentos en la historia de Estados Unidos y otros países, casi siempre vinculados a políticas de "mano dura" que buscan suprimir ciertas infracciones de ley con "castigos ejemplarizantes".
Si bien algunos sociólogos aseguran que son peculiares de "sistemas no democráticos", en Estados Unidos se han denominado así a las normas que se aplican contra quienes porten armas en las escuelas, conduzcan ebrios o consuman o vendan drogas .
En su libro La red de justicia penal: una introducción, Steven Cox y John Wade consideran que la idea detrás de estas políticas se remonta a la Ley de barrios seguros y limpios, aprobada en Nueva Jersey en 1973, con el fin de controlar la violencia.
El término se popularizó más tarde, en 1982, cuando una revista cultural estadounidense, The Atlantic Monthly, publicó un artículo sobre la llamada "teoría de la delincuencia rota" que también retomaba esos vocablos.
"Mano dura"
La nueva medida implica uno nuevo enfoque de "mano dura" del gobierno de Trump contra la emigración ilegal, que fue una de las bases de su campaña.
Implica un cambio diametral a la que practicaron tradicionalmente otros gobiernos de Estados Unidos, que consideraba una infracción administrativa el primer cruce ilegal de la frontera.
Ahora, al considerarse un delito federal, los indocumentados deben enfrentar un proceso penal.
La decisión conlleva que los menores que llegan con sus padres sean considerados no acompañados y pasan a la custodia del Departamento de Salud y Servicios Sociales de Estados Unidos, y luego son enviados a la casa de un familiar, a hogares de acogida o a refugios.
El principal defensor de la medida ha sido el propio fiscal general, Jeff Sessions, quien llegó incluso a utilizar una polémica cita de la Biblia para justificarla.
Desde hace meses, Trump reforzó su discurso contra la inmigración ilegal, a raíz de una caravana de emigrantes que llegó hasta la frontera desde Centroamérica.
Con el fin del invierno, el número de familias de indocumentados que buscan entrar a Estados Unidos también aumentó: un 160% más en mayo de este año que en 2017.