Es una de las organizaciones criminales más violentas de Italia. También una de las más desconocidas.
A diferencia de la Cosa Nostra siciliana y la Camorra napolitana, la mafia de Foggia no dio origen a mitos cinematográficos como Vito Corleone o "Gomorra".
Sus crímenes rara vez saltan a los titulares internacionales, como los de la 'Ndrangheta, la multinacional del crimen calabrés que sella acuerdos con los capos mexicanos y colombianos y controla el tráfico de cocaína en Europa.
En esta aparente discreción reside, según los expertos, buena parte de la peligrosidad de la criminalidad foggiana.
Hasta hace unos años ni siquiera estaba considerada formalmente una mafia. El término se relacionaba más con las organizaciones criminales "tradicionales" italianas.
La "cuarta mafia"
Hoy, en cambio, las autoridades se refieren a ella como la "cuarta mafia" y advierten de su poder, de su capacidad de infiltración en la economía y política locales y de su violencia.
La provincia de Foggia -la segunda mayor de Italia en extensión- se ubica en el norte de la región de Apulia.
"Para el imaginario colectivo italiano, Foggia son las costas paradisíacas del Gargano, el padre Pío (una figura venerada por los católicos, cuyos restos descansan en la provincia) y la mozzarella con aceite de oliva. Y sin embargo aquí se dispara y se mata", le dice a BBC Mundo Piernicola Silvis, escritor y jefe de la policía de Foggia entre 2014 y agosto de 2017.
"Cuando se comience a ver esta imagen de violencia real se comenzará a combatirla", agrega.
300 crímenes de sangre en 40 años
En los últimos 40 años en esta provincia se cometieron 300 crímenes de sangre de corte mafioso. El 80% de ellos quedó sin resolver, según las autoridades locales.
"Que sea un fenómeno local no lo hace menos peligroso. Pueden no estar internacionalizados, pero ser muy nocivos para la gente local", le dice a BBC Mundo Federico Varese, experto en mafias de la Universidad de Oxford.
Uno de los crímenes más notorios llevados a cabo por esta organización sucedió el 8 de agosto de 2017.
Los mafiosos Mario Luciano Romito y su cuñado Matteo de Palma murieron por disparos de un AK-47 y de un fusil del calibre 12 en una emboscada junto a una carretera.
La policía atribuyó el tiroteo a una "nueva guerra de mafia" causada por el tráfico de drogas procedentes de Albania.
Pero a diferencia de la mayoría de casos de violencia mafiosa foggiana, en aquella ocasión también murieron dos ciudadanos ajenos al crimen organizado: los hermanos Luigi y Aurelio Luciani, dos agricultores que habían sido testigos del tiroteo.
"Particularmente despiadada e impenetrable"
Este ataque a plena luz del día hizo que el Estado italiano reforzara la lucha contra la mafia foggiana y llevó a muchos a preguntarse por el origen de esa violencia en una provincia de poco más de 600.000 habitantes que suele mantenerse fuera del foco de atención.
"La mafia foggiana es particularmente despiadada e impenetrable (...). Como demuestra el último episodio dramático, es claramente más violenta y agresiva que mafias más organizadas como la 'Ndrangheta, la Cosa Nostra y la Camorra", aseguró poco después de aquel suceso Franco Roberti, en aquel momento Procurador Nacional Antimafia y Antiterrorismo.
Los orígenes de la mafia en Foggia
Para entender los orígenes del fenómeno mafioso en Foggia hay que remontarse 40 años atrás.
Mientras que la Camorra y las mafias siciliana y calabresa tienen más de 100 años de historia, el nacimiento de la mafia foggiana tuvo lugar en torno a 1979.
En un hotel de la localidad de Lucera, en el interior de la provincia, un grupo de criminales locales se reunió con Raffaelle Cutolo, fundador de la Nuova Camorra Organizzata, un grupo camorrista activo en los 70 y los 80.
El capo napolitano aspiraba a ampliar sus actividades a la región de Apulia -limítrofe con Campania, el campo de acción tradicional de la Camorra- con el fin de controlar las rutas del tráfico de drogas entre el Adriático y el Tirreno.
Aquel movimiento de expansión también dio lugar al nacimiento de la Sacra Corona Unita, una organización mafiosa activa en el centro y sur de Apulia, actualmente debilitada por la acción policial.
Sin embargo, la estrategia de Cutolo no dio el resultado esperado en Foggia.
"A mediados de los 80, los foggianos rompieron con Cutolo y se convirtieron en un grupo autónomo", confirma Silvis. Ahora esta "cuarta mafia" está consolidada y se extiende en la región a través de tres ramas independientes que operan en zonas diferentes.
Una organización violenta y hermética
Pese a la ruptura con Cutolo, los mafiosos de Foggia aprendieron de su Nueva Camorra Organizada una de sus principales características: el ejercicio de la violencia extrema.
De la 'Ndrangheta, de otro lado, adoptaron una estructura basada fundamentalmente en lazos de sangre que da como resultado una organización hermética.
"En Foggia nadie denuncia las extorsiones mafiosas, y los pocos que lo hacen puntualmente, se retractan", escribió Giuseppe Gatti, sustituto del procurador de la Dirección Antimafia del distrito de Bari.
"No hay colaboradores con la justicia entre 2007 y hoy. Las pocas personas que lo han intentado fueron abandonadas por la familia, de modo que dieron marcha atrás de forma súbita", detalló en su artículo "Romper la dependencia de la mafia desarrollando la legalidad del 'nosotros'", publicado por la asociación antimafia Libera.
La pertenencia a las mafias tradicionales, explica el magistrado, suele venir precedida por una serie de rituales iniciáticos a través de los cuales el nuevo mafioso es aceptado como miembro del grupo criminal.
Lazos familiares y silencio
En el caso foggiano, la "liturgia mafiosa" no existe, no hay diferencia "entre la familia biológica y la familia mafiosa".
Y esa ausencia dificulta el trabajo de los investigadores.
"En un proceso reciente recuerdo que un abogado le preguntó a un colaborador de la mafia foggiana: 'Cuénteme cómo fue su ingreso en la asociación, ¿cómo fue el rito de filiación? ¿Dónde se hizo?'. La respuesta fue muy clara: 'Abogado, usted no lo ha entendido: en Foggia no hay filiaciones. La mafia es mi familia'", cuenta Gatti.
Ese código de silencio impuesto por los lazos familiares dentro de la propia organización criminal se extiende también al resto de la sociedad local.
Sin embargo, matiza Piernicola Silvis, lo hace de una manera diferente a otras regiones del sur de Italia donde los grupos mafiosos son más antiguos y arraigados.
"La 'mafiosidad' no está en la mentalidad de los pulleses. Esta es una mafia por la que la gente siente miedo porque hubo víctimas, pero no comporta el concepto de 'omertà' -el código de silencio practicado por la mafia, que implica la negativa a prestar declaración a la policía sobre las actividades delictivas-. Por lo tanto, aún se puede combatir tanto a nivel social como policial", sugiere el expolicía.
Una "mafia de los negocios"
La extorsión generalizada y la escasez de denuncias son la manifestación más clara del terror sembrado por la mafia foggiana a base de bombas y amenazas contra aquellos que se niegan a pagar el "pizzo", el precio de la extorsión mafiosa.
"Es un problema social. Desgraciadamente, el 80% de las tiendas y empresas sufren extorsión en la provincia de Foggia. Y esto ahoga económicamente a la provincia y a su gente", afirma Silvis.
En los últimos años, la mafia foggiana logró infiltrarse en la industria agroalimentaria y el turismo, los principales motores económicos de la región, así como en administraciones públicas locales.
"Es una mafia que conjuga ritos arcaicos con una fuerte propensión hacia los sectores económicos más variados, hasta el punto de que los magistrados antimafia la definieron como una 'mafia de los negocios'", señala Antonio Pezzuto.
Los robos y el narcotráfico -vinculado a grupos criminales albaneses que trafican con drogas a través del Adriático- son las otras patas que sostienen el entramado mafioso en Foggia.
"Creo que esto se conoce poco por un error gravísimo de infravaloración. De Foggia y de las mafias de la zona no hablaba nadie hasta los asesinatos de agosto de 2017. Sin embargo, hubo y hay guerras sangrientas entre clanes y estos grupos se están infiltrando en la economía sana, contaminándola y condicionando a quienes quieren trabajar honestamente", concluye el periodista.