¿Qué es Gaesa, el consorcio empresarial de los militares de Cuba señalado por Donald Trump?
En torno a ella se tejen numerosos mitos. La comparan con la típica muñeca rusa cuyo interior pocos conocen a fondo.
¿Su nombre? Grupo de Administración Empresarial, SA (Gaesa), el grupo empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) con ramificaciones que van desde el sector hotelero hasta las tiendas minoristas de ventas de productos en divisas, pasando por las aduanas y los puertos, entre muchos otros.
Y está en el centro del debate que ha llevado a la revisión de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Este viernes, el presidente de Estados Unidos Donald Trump los señaló sin nombrarlos en su discurso en Miami, en el que anunció cambios en la política de su país hacia Cuba en un paso que revierte parcialmente el legado de su predecesor, Barack Obama.
Desde el icónico vecindario de La Pequeña Habana en Miami, Florida, el republicano anunció que se "restringirá muy robustamente el flujo de dólares estadounidenses a los servicios militares, de seguridad y de inteligencia" de la isla, y dará "pasos concretos para asegurarse de que las inversiones" de empresas estadounidenses "fluyen directamente al pueblo".
Los principales cambios de Trump sobre la política con Cuba son una prohibición para que las empresas de EE.UU. hagan negocios con compañías cubanas propiedad o controladas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y restricciones a los viajes de ciudadanos estadounidenses a la isla.
Así, la presencia del conglomerado del ejército en tantos sectores de la economía de la isla plantea un gran dilema al gobierno del presidente Trump: ¿cómo seguir haciendo negocios con la isla sin favorecer a los militares cubanos?
Según el gobierno de Trump, la política de apertura anunciada por el expresidente Barack Obama en 2014 estaba enriqueciendo a los militares cubanos, a quieres Trump responsabiliza de lo que llama "la represión y violaciones de los derechos humanos en Cuba".
Una matrioska poderosa
Gaesa es una empresa adscrita al Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar). Su presidente ejecutivo es el general de brigada Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y jefe del V Departamento de las FAR.
"Siempre he pensado en la economía y en el gobierno de Cuba como en una cebolla o como una de esas muñecas rusas que contienen otras más pequeñas adentro. Yo nunca he visto la última matrioska, he visto tres o cuatro, y creo que lo mismo pasa con una institución como Gaesa".
Con estas palabras Pedro Freyre, abogado del Consejo de Negocios EE.UU.-Cuba de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y que ha asesorado a funcionarios de ambos gobiernos en la gestión de las relaciones bilaterales, describe a BBC Mundo lo difícil que resulta determinar la verdadera dimensión de Gaesa.
"Sé que ellos manejan una amplia gama de negocios, que tienen reputación de ser gerentes eficientes y efectivos, que hay miembros de la familia Castro que están muy bien ubicados dentro de la organización, pero no sé lo que ocurre dentro de la matrioska", agrega.
Emilio Morales, director del Havana Consulting Group, afirma que hay muchos mitos sobre la importancia de este consorcio en la economía cubana.
"Unos dicen que representa 70% (de la economía de la isla). Creo que no es cierto, lo que pasa es que ellos controlan sectores muy visibles y ahí es cuando la gente se confunde".
Como una tremenda exageración califica también Arturo López-Levy, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Texas, el atribuir a Gaesa el control sobre un porcentaje tan elevado de la economía de la isla, aunque reconoce que tiene un gran peso en el ámbito hotelero.
"Ellos tienen a Gaviota, que es el grupo más grande o, al menos, el que maneja los hoteles más importantes, pero eso no quiere decir que controlen la economía del país", explica en una entrevista con BBC Mundo.
La cartera de operaciones del Grupo de Turismo Gaviota incluye una parte importante de los hoteles de 4 y 5 estrellas de Cuba, pero su negocio va más allá al contar con la agencia de viaje Gaviota Tours, las Marinas Gaviota Cuba, la agencia de alquiler de autos Transgaviota y la empresa de insumos y servicios hoteleros AT Comercial S.A.
Su facturación anual llega a los 700 millones de pesos cubanos convertibles (unos US$700 millones).
Tiene 83 instalaciones hoteleras que suman unas 29.000 habitaciones, la mayoría gestionadas por unas 14 cadenas internacionales con las que tiene suscritos acuerdos de administración y comercialización, según publicó Granma, órgano oficial el Partido Comunista el pasado 26 de mayo.
Uno de estos hoteles es el Four Points de La Habana, gestionado por la cadena Starwood que fue adquirida por el grupo estadounidense Marriott en marzo de 2016, el mismo mes en que Barack Obama pisó suelo cubano en una visita histórica.
El impacto de la apertura impulsada por Obama se ha sentido especialmente en el campo del turismo, con un aumento de visitantes de 15% anual, según destaca Ricardo Torres, investigador del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana.
"También influyó indirectamente en otros procesos que estaban en marcha como la renegociación de la deuda externa con el Club de París y la conclusión del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea", agregó.
Supermercados, aduanas y puertos
El gobierno cubano da poca información sobre Gaesa y sus empresas, y no respondió a la petición de información de BBC Mundo.
Sin embargo, varias fuentes oficiales como por ejemplo un informe de la Oficina Económica y Comercial de la embajada de España en La Habana sobre la estructura empresarial cubana, publicado en 2013, muestra a Gaesa como un consorcio que incluye variadas empresas.
Entre ellas se encuentran Tecnotex y Tecnoimport - importación y exportación, TRD Caribe - supermercados minoristas de venta en divisas, Unión de Construcciones Militares, la Inmobiliaria Almest, la compañía responsable de la Zona de Desarrollo Integral Mariel (Zdimsa) y una empresa de servicios portuarios, aduanales, de transporte y de venta al mayor (Almacenes Universales).
Dentro de las compañías que operan bajo el Minfar, el documento cita a la Corporación Cimex, otro importante conglomerado que abarca comercios minoristas (Tiendas Panamericanas), estaciones de gasolina (Servi-Cupet), red de cafeterías (El Rápido), tiendas fotográficas (Photoservice), una naviera (Melfi Marine), una inmobiliaria (Inmobiliaria Cimex) y el Banco Financiero Internacional, entre otros.
Punto de inflexión
Emilio Morales, radicado en Miami y quien trabajó durante seis años para la corporación Cimex -que ahora también pertenece al consorcio de los militares-, afirma que antes Gaesa no era una compañía tan poderosa, pero todo empezó a cambiar cuando Fidel Castro enfermó y pasó el mando a su hermano Raúl Castro en 2006.
"Hubo un impasse de unos cuatro años y las FAR empezaron a apoderarse (de otros sectores de la economía). Al absorber Cimex, que controlaba alrededor del 50% del mercado minorista en dólares, se convirtieron en una empresa muy fuerte", comenta a BBC Mundo.
Para Freyre, fue la caída del bloque soviético en 1991 la que marcó un punto de inflexión en la trayectoria del consorcio.
"Gaesa son las Fuerzas Armadas, la institución más poderosa en Cuba. Se encontraron sin dinero y con una misión muy limitada. Entonces, Raúl Castro, que es un militar y un hombre orientado hacia los recursos, inició un movimiento para entrenar a los generales para convertirlos en gerentes. De allí surgió la idea de 'disciplinar' la economía".
Si bien Gaesa no tiene una participación relevante en áreas clave de la economía de Cuba como la exportación de níquel, de tabaco, de ron o de biotecnología, Morales destaca que puede representar entre 30% y 40% de la economía, con una participación que estima del 90% en el mercado minorista que opera en dólares.
En los últimos años, el grupo ha seguido creciendo, haciéndose cargo, por ejemplo, de la Zona Especial de Desarrollo Mariel, donde la compañía brasileña Odebrecht construyó un megapuerto valorado en casi US$1.000 millones.
Entre militares y ciudadanos
Pese a la decisión de Donald Trump de endurecer la política hacia Cuba, Arturo López-Levy cree que el enfoque dado por el gobierno del expresidente Barack Obama a las relaciones bilaterales era el adecuado.
"Obviamente el gobierno y los militares cubanos obtenían beneficios a partir de la apertura, pero creo que los intereses estadounidenses se beneficiaban mucho más porque es un vínculo asimétrico en el que las relaciones de ganancias tienden a favorecer en mayor medida a los grandes poderes por encima de sus pequeños vecinos", dice.
El economista radicado en Cuba Ricardo Torres recuerda que en la isla todas las entidades públicas están vinculadas a un ministerio específico y que las compañías pertenecientes a Gaesa "son empresas, no una rama del Ejército".
"Están adscritas al Minfar, pero trabajan con civiles".
López-Levy vincula el buen funcionamiento de la economía cubana con los intereses de seguridad del país.
"En la percepción de las Fuerzas Armadas de Cuba, los mayores peligros de desestabilización vendrían de la ineficiencia económica para hacer sostenible el proceso de reformas que se ha puesto en curso y las crisis que eso puede generar", apunta.
"Esto de jugar ahora a escoger favoritos dentro de las estructuras del poder cubano me parece un ejercicio bastante fútil y peligroso, porque puede ser que las personas encargadas de la seguridad nacional también sean aquellos que están buscando aminorar o mitigar la posibilidad de una crisis económica", agrega.
Morales, por su parte, considera que las políticas de Obama significaron un salvavidas para Cuba.
"Gracias a esa apertura se ha podido sobrevivir a la pérdida de soporte venezolano. Imagina si Obama no hubiera hecho eso y hubiera ocurrido lo de Venezuela. Cuba estaría ahora en tremenda crisis", asegura.
Ahora que Donald Trump ha anunciado su nueva política, queda por ver si en la práctica es posible realizar ese acto de equilibrismo que implica mantener los negocios con la isla sin permitir que se beneficien los militares cubanos.