Príncipe Andrés: nuevas revelaciones de una presunta víctima sobre el escándalo de tráfico sexual
"Él sabe lo que ocurrió. Yo sé lo que ocurrió, y solo uno de los dos está diciendo la verdad. Y sé que soy yo".
Virginia Giuffre, una de las presuntas víctimas de tráfico sexual del millonario Jeffrey Epstein, insistió este lunes en que fue obligada a mantener relaciones sexuales con el príncipe Andrés de Inglaterra en el año 2001.
Pese a que el príncipe negó "categóricamente" en reiteradas ocasiones conocerla ni haber tenido ningún encuentro íntimo con ella, Giuffre ofreció nuevos detalles sobre su historia en una entrevista con el programa Panorama de la BBC.
"No acepten sin más que no pasó nada. Esto no es una sórdida historia sexual. Esto es la historia de cómo se traficó conmigo. Esto es una historia de abusos y es una historia de su realeza", dijo la mujer estadounidense en un mensaje en el que pidió apoyo al público británico.
El duque de York, a quien Giuffre calificó anteriormente como "abusador sexual", se encuentra en el foco mediático por su relación de amistad con Epstein, el magnate que se suicidó el pasado mes de agosto en prisión a la espera de juicio por delitos de tráfico sexual.
Tras una polémica entrevista concedida al programa Newsnight de la BBC y emitida el pasado 16 de noviembre, en la que volvió a negar los abusos que se le atribuyen, pero en la que reconoció que su relación con Epstein "no fue correcta", el príncipe acabó anunciando a finales de mes que se retiraba de sus deberes públicos como parte de la Familia Real británica,
Un encuentro "desagradable"
En su primera entrevista para un medio británico -que fue grabada antes de la concedida por el duque de York a la BBC-, Giuffre contó cómo fue llevada a Londres desde Estados Unidos cuando tenía 17 años.
Según su relato, Epstein y su entonces pareja, Ghislaine Maxwell -hija del magnate de los medios Robert Maxwell-, la llevaron al club nocturno Tramp de la capital británica para encontrarse con Andrés de Inglaterra.
"Ya en el auto, Ghislaine me dijo que tenía que hacer con Andrés lo mismo que había hecho con Jeffrey, y eso me puso enferma", aseguró.
La presunta víctima contó que aquel encuentro sexual con el príncipe, que tuvo lugar según su relato en una habitación de la casa de Maxwell en el barrio Belgravia, "no duró mucho" y resultó "desagradable".
"Él no se portó mal ni nada, pero se levantó, dijo gracias y se fue", contó.
Antes, relató cómo había sido su encuentro en el club, por el que definió al príncipe Andrés como "el bailarín más espantoso" que había visto en su vida.
"Era horrible, y no paraba de sudar encima de mí. Su sudor se esparcía por todos lados como si fuera lluvia. Me daba asco, pero sabía que tenía que hacerle estar contento, porque era lo que Jeffrey y Ghislaine esperaban de mí", explicó.
El hijo de Isabel II aseguró en la BBC que esta descripción era imposible, ya que su participación en la guerra de las Malvinas le había provocado una condición médica que le impedía sudar.
El programa Panorama, sin embargo, mostró este lunes imágenes del príncipe de aquella época en la que aparece caminando por la calle en camisa y con cercos de sudor en sus axilas.
"Es una foto real"
Giuffre aportó nuevos detalles sobre la famosa fotografía en la que se la ve junto al príncipe agarrándola de la cintura y que fue publicada en 2011, cuando el diario Mail on Sunday le pagó US$160.000 por contar su historia.
De ser real, desmontaría la versión del hijo de Isabel II de que nunca conoció a la joven; pero algunas voces críticas mantienen que podría tratarse de un montaje.
"Es muy difícil poder probarlo, pero no recuerdo que se haya tomado esa foto. Ese soy yo, pero si esa es mi mano... simplemente no recuerdo haber tomado la fotografía", reconoció el príncipe en su entrevista con la BBC.
"Creo que la gente se está cansando de esas excusas ridículas. Es una foto real", respondió este lunes Giuffre, quien afirmó haberla entregado al FBI como prueba para la investigación.
La BBC encontró pruebas que demuestran esta declaración, gracias a documentos judiciales que reflejan cómo la mujer entregó 20 fotos al FBI en 2011 y fueron escaneadas por delante y por detrás, donde aparecen las fechas de 2001 en las que supuestamente fueron impresas.
El programa Panorama contactó también con el fotógrafo freelancer Michael Thomas, quien realizó una copia de la foto por primera vez en 2011.
Thomas se mostró convencido de la veracidad de la imagen tras encontrarla en medio de un paquete de fotos que Giuffre le entregó de sus viajes con Epstein y Maxwell.
El papel de Maxwell como "madame"
Otra de las presuntas víctimas, Sarah Ransome, contó en el programa de la BBC cómo Ghislaine Maxwell, con quien el príncipe Andrés sigue manteniendo una relación amistosa, trabajaba codo a codo con Epstein.
"Ghislaine controlaba a las chicas. Era como la madame", aseguró.
"Ella era la esencia de la operación de tráfico sexual y siempre visitaba a Jeffrey para asegurarse de que las chicas hacían lo que se suponía que debían hacer".
Según Ransome, Maxwell "sabía lo que le gustaba a Jeffrey. Trabajó y ayudó a mantener los estándares de Jeffrey con intimidaciones, intimidando a las chicas, así que esto fue un trabajo conjunto".
La BBC no pudo contactar con Maxwell para conocer su reacción a las acusaciones, pero en los últimos años negó en varias ocasiones cualquier participación o conocimiento de los abusos de Epstein.
¿Testigo en los juicios?
El abogado de cinco de las mujeres que acusan a Epstein de abusar de ellas reveló a la BBC que planea presentar citaciones judiciales para obligar al duque de York a comparecer como testigo en los cinco casos.
Según las presuntas víctimas, el príncipe Andrés presenció cómo Epstein y sus invitados recibían masajes en casa del millonario, por lo que consideran que su testimonio podría ser importante en el proceso judicial.
El hijo de Isabel II, sin embargo, niega haber presenciado ningún comportamiento extraño durante sus visitas a las residencias del magnate.
Las citaciones judiciales permitirían a las autoridades obligar al príncipe Andrés a declarar tan pronto como pisara territorio estadounidense.
"Es algo insólito: el segundo hijo varón de la Reina no puede en la práctica viajar a EE.UU., a menos que quiera ser obligado a declarar", subraya el corresponsal de la Casa Real británica de la BBC, Jonny Dymond.
Y según advierte el periodista, "las citaciones pueden ser impugnadas, pero sería un gran riesgo enredarse en el sistema legal estadounidense".