Rusia aprobó una polémica ley que prohíbe la venta de ciertos dispositivos que no cuenten con un software ruso preinstalado.
El nuevo reglamento entrará en vigor en julio de 2020 y afectará la comercialización de teléfonos inteligentes, computadoras y televisores.
Los defensores de la legislación sostienen que su objetivo es promover la tecnología rusa y facilitar el uso de dispositivos inteligentes.
Pero existen preocupaciones en materia de seguridad, vigilancia y un riesgo de que las empresas tecnológicas se retiren del mercado ruso.
La ley no impide que se vendan dispositivos de otros países con su software original, pero obliga a que también se instalen "alternativas" rusas.
El polémico texto fue aprobado por la cámara baja del Parlamento ruso el jueves y quedará en manos del gobierno determinar una lista completa de los dispositivos afectados y del software de fabricación rusa que se les tendrá que preinstalar.
Oleg Nikolayev, coautor del proyecto de ley, le explicó a la agencia de noticias Interfax cómo el reglamente ayudará a los consumidores rusos.
"Cuando compramos dispositivos electrónicos complejos, estos ya tienen aplicaciones individuales preinstaladas, en su mayoría occidentales", señaló.
"Naturalmente, cuando una persona los ve, podría pensar que no existen alternativas locales disponibles. Y si, junto con las aplicaciones preinstaladas también ofrecemos rusas, los usuarios tendrán la oportunidad de elegir", dijo.
Pero la ley ha sido criticada tanto por fabricantes como por distribuidores en el país euroasiático.
La Asociación de Empresas Comerciales y Fabricantes de Equipos Eléctricos para el Hogar y la Computación (Ratek, por sus siglas en ruso) ha declarado que no será posible instalar software de fabricación rusa en algunos dispositivos y que las compañías tecnológicas internacionales podrían abandonar el mercado local como consecuencia.
Otras personas han expresado su preocupación de que el software se use para espiarlos.
Rusia ha estado introduciendo leyes que regulan internet cada vez más estrictas en los últimos cinco años, que incluyen exigirles a los motores de búsqueda que eliminen algunos resultados e incluso pedirles a los servicios de mensajería que compartan claves de codificación.
Esta última legislación llega semanas después de que el país introdujera nuevos controles a internet a través de la ley "internet soberano" que les otorga, en teoría, poderes amplios a los funcionarios públicos para que restrinjan el tráfico en la web.
El Kremlin argumenta que la ley mejorará la seguridad cibernética, pero sus críticos temen que el gobierno esté intentando crear un control de acceso similar al que implementa China.