Hasta seis años de cárcel.
Este es el castigo que Islandia quiere imponer a quienes practiquen la circuncisión masculina por razones que no sean exclusivamente médicas.
El controvertido proyecto de ley presentado a principios de mes por una diputada del derechista Partido Progresista está ahora siendo considerado por el Parlamento islandés.
El debate puede demorar meses, pero si la propuesta resulta exitosa, Islandia se convertiría en el primer país europeo que declara ilegal esta práctica.
Tanto judíos como musulmanes -que cumplen desde tiempos milenarios el ritual de cortar una porción del prepucio del pene en los recién nacidos- condenaron el proyecto de ley, argumentando que infringe su libertad religiosa.
La circuncisión "es de hecho parte de nuestra fe. Es algo que concierne a nuestra religión y creo que esto es una suerte de violación, como una contravención a la libertad religiosa", le dijo a la BBC Ahmad Seddeeq, imán del Centro Cultural Islámico de Islandia.
Se estima que en este país hay cerca de 250 ciudadanos judíos y alrededor de 1.500 musulmanes.
Motivos
¿Pero qué hay detrás de esta polémica propuesta?
Según los impulsores del proyecto, la circuncisión viola los derechos de los jóvenes y es incompatible con la convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de los niños.
Dice también que "implica intervenciones permanentes en el cuerpo de un niño que pueden provocar dolor severo".
El texto compara la práctica con la mutilación genital femenina, prohibida en la mayoría de los países europeos y declarada ilegal en Islandia en 2005.
Y si bien reconoce que los padres tienen el derecho de educar a sus hijos en la religión que eligen o profesen, "este derecho nunca puede exceder los derechos del niño.
Los niños que quieren someterse al procedimiento por razones culturales o religiosas, sugiere la propuesta de ley, pueden hacerlo cuando tengan edad suficiente como para "entender qué involucra dicho acto".
La edad, no obstante, no está especificada.
Por otra parte, el texto argumenta que por lo general, el procedimiento se hace sin anestesia, "en casas que no están esterilizadas, y no (lo practican) médicos sino líderes religiosos".
Esto, señalan, significa que "hay un elevado riesgo de infección (...) que puede conducir a la muerte".
¿Riesgos exagerados?
Según le dijo al periódico británico The Guardian un portavoz del grupo judío Milah UK, una organización que defiende el procedimiento, este solo lo lleva a cabo una persona especialmente calificada para ello conocida con el nombre de mohelim.
Y, por otra parte no es comparable a la circuncisión femenina, explica el vocero, ya que la eliminación parcial o total de los órganos genitales femeninos provocan dolor o dificultades durante el acto sexual y también causan complicaciones médicas.
La circuncisión masculina a la que son sometidos millones de niños tanto judíos como musulmanes y también de ciertas culturas africanas, en cambio, es un procedimiento menor.
La Clínica Mayor por ejemplo, explica en su página web los beneficios de la circuncisión masculina (facilita la higiene del pene, disminuye el riesgo de infecciones urinarias y de contraer enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH), pero aclara que los riesgos de no hacerla son raros y evitables si se toman los cuidados adecuados.
Mientras que la Asociación de Pediatría Estadounidense no recomienda circuncidar a todos los hombres recién nacidos, pero señala que sus beneficios son mayores que sus riesgos.
En todo caso, dice la asociación, se trata de una decisión de los padres.
De acuerdo a Michelle Roberts, editor de salud de la BBC, aunque el procedimiento es simple, no está completamente libre de riesgos.
Los médicos pueden recomendarlo si el prepucio es inusualmente estrecho o en casos de infecciones recurrentes.
También hay evidencia de que los hombres circuncidados tienen menos riesgo de contagiarse VIH de parejas mujeres con VIH.
Sin embargo, los principales riesgos de esta práctica quirúrgica, dice Roberts, son el sangrado y la infección.
Antisemitismo e islamofobia
Líderes judíos y musulmanes manifestaron su temor de que la medida pueda incitar antisemitismo e islamofobia, así como volver insostenible la vida de los individuos de dichas comunidades en Islandia.
Asimismo, temen que esto haga que en el futuro la circuncisión se practique en la clandestinidad o que las personas religiosas se vean obligadas a viajar a otros países para cumplir con los preceptos de su fe.
"Están a punto de atacar al judaísmo de una forma en que nos concierne a todos los judíos del mundo, señaló en un carta pública la organización Comunidades Judías Nórdicas.
La arzobispo de Reikiavik, Agnes M. Sigurðardóttir, advirtió también que los judíos y musulmanes podrían sentir que son personas "poco gratas" en Islandia.
"El peligro que surge es que si esta propuesta se convierte en ley, el judaísmo y el Islam se volverán religiones criminalizadas", afirmó la religiosa.
"Debemos evitar toda forma de extremismo".
Si la propuesta pasa la primera lectura, irá luego a un comité de discusión, antes de entrar en efecto.