Era la edificación que durante más de 800 años dominó el horizonte de Mosul y el templo con su minarete aparecía en los billetes de Irak.
Por eso la destrucción de la Gran Mezquita de al Nuri, uno de los grandes tesoros históricos de Irak, es un duro golpe no sólo para el patrimonio cultural de este país, sino para la historia del islam.
También fue aquí donde el líder de EI, Abu Bakr al Baghdadi, hizo una rara aparición pública en 2014 y dio un discurso proclamando la creación de un nuevo "califato", semanas después de que los yihadistas tomaran el control de Mosul.
El templo fue arrasado durante la batalla entre el autodenominado Estado Islámico (EI) y las fuerzas del gobierno iraquí, apoyadas por una coalición dirigida por Estados Unidos, quienes buscan recuperar el control de la ciudad.
Ambos se acusan mutuamente de la destrucción. El ejército iraquí afirma que los yihadistas hicieron explotar la mezquita y su famoso minarete inclinado, el llamado "al Habda" o "el jorobado".
Se dijo que el grupo yihadista colocó bombas en la edificación cuando las tropas del gobierno avanzaban.
EI, por su parte, acusó a la coalición estadounidense de la destrucción del templo, que también tenía una importancia simbólica para el grupo extremista, donde su líder se declaró "comandante de los fieles" y llamó a los musulmanes a trasladarse al autoproclamado califato.
La Gran Mezquita fue nombrada en honor de Nu al Din Mahmoud Zangi, un líder túrquico de Mosul y Alepo que ordenó su construcción en 1772, dos años antes de su muerte.
Nur al Din es famoso porque logró movilizar y unificar a fuerzas musulmanas para librar una yihad, o guerra santa, contra los cruzados cristianos.
Simbólica para ambos bandos
Durante su reinado de 28 años, Nur al Din capturó Damasco -ahora la capital siria- y estableció los cimientos para el éxito de Saladín, uno de los grandes gobernantes del mundo islámico quien fue sultán de Egipto y Siria, fundó la dinastía ayubí y tomó el control de Jerusalén, en 1187.
Nur al Din también es venerado por los yihadistas por sus esfuerzos para que la ortodoxia musulmana sunita prevaleciera sobre la chiita.
Pero a pesar de haber estado vinculada con una figura tan venerada por ambos bandos, todo lo que quedaba de la mezquita original era el minarete "jorobado", algunas columnas y el mihrab, un nicho que indica la dirección de la Meca.
El minarete estaba cubierto con elaborados grabados en los ladrillos inspirados en diseños iraníes. Y estaba coronado por un pequeño domo blanco.
Cuando fue completado, el minarete tenía 45 metros de altura.
Cuando el Ibn Battuta -uno de los grandes eruditos y viajeros musulmanes- visitó Mosul en el siglo XIV, el minarete ya se estaba inclinando significativamente y se ganó el apodo de "el jorobado".
No se conoce la causa de la inclinación del minarete jorobado.
Según la tradición local, el minarete le hizo una reverencia al profeta Mahoma cuando éste ascendió al cielo.
La leyenda, sin embargo, ignoraba el hecho de que Mahoma había muerto siglos antes de que el minarete fuera construido.
Los expertos creen, sin embargo, que la causa de la inclinación pueden ser los prevalecientes vientos que soplan del norte al oeste, el efecto del Sol en los ladrillos en la cara sur, o el débil yeso que se usó para unir a los ladrillos.
Destrucción
Las bombas que explotaron en Mosul durante la guerra de Irán e Irak también destruyeron las tuberías cercanas a la base del minarete, lo que permitió que las aguas residuales se acumularan y debilitaran los cimientos.
En 2012, la Unesco calculó que el minarete se estaba inclinando unos 2,5 metros de su eje perpendicular, y advirtió que estaba sufriendo una grave debilidad estructural y estaba en riesgo de colapsar.
El 2 de junio de 2014, el organismo anunció que había iniciado un programa de conservación con el gobierno provincial diseñado para estabilizar el minarete.
El programa no pudo realizarse. Poco después del anuncio los militantes de EI lanzaron un asalto sorpresa y tomaron el control de la ciudad.
Desde allí comenzaron su avance por el norte de Irak.
El 12 de junio los militantes asesinaron al imán de la Gran Mezquita, Mohammed al Mansouri, por rehusarse a unirse al grupo, según dijo la ONU.
Y en julio, Abu Bakr al Baghdadi declaró el establecimiento de su "califato" y anunció que gobernaría según la Sharia "como representante de Dios en la Tierra", un califa.
Baghdadi apareció en el púlpito de la Gran Mezquita vestido de negro y con un turbante, clamando que había descendido de la tribu de los Quraish, del profeta Mahoma.
Declaró que había "aceptado con renuencia el título de comandante de los fieles".
Y dijo que él "no era el mejor" entre los presentes y agregó: "Si ven que estoy en lo correcto, ayúdenme. Pero si ven que estoy equivocado, asesórenme y guíenme".
Los residentes de Mosul contaron después que los militantes de EI habían intentado hacer explotar el minarete al Habda, como parte de la campaña que estaban llevando a cabo para destruir santuarios y tumbas veneradas por musulmanes y no musulmanes y que el grupo consideraba idólatras.
Dos residentes indicaron que cuando los militantes llegaron a la Gran Mezquita cargando explosivos para destruirla, una multitud corrió al patio del templo y se unió para formar una cadena humana alrededor del minarete.
Se dijo que los yihadistas se retiraron cuando los residentes les dijeron: "Si explotan el minarete, tendrán que matarnos a nosotros también".
El minarete logró sobrevivir la toma de EI de Mosul y hasta principios de esta semana seguía inclinado y sobresaliendo en el horizonte de Mosul.
El miércoles en la noche, según dijeron los militares iraquíes, cuando sus fuerzas se estaban acercando a la mezquita y su minarete, los militantes de EI "cometieron otro crimen histórico" y los hicieron explotar.
Tal como le dijo al diario New York Times Hassan Hassan, investigador del Instituto Tahrir basado en Washington, "si la mezquita hubiera sido recuperada intacta, habría sido un golpe para la propaganda de EI".
"Habría sido el golpe más simbólico dentro de su enclave más simbólico".