La formación del nuevo gobierno de Perú arrancó este jueves con su ración de polémica.
En su primer día como presidente, Pedro Castillo sorprendió con el nombramiento de Guido Bellido como primer ministro y generó un intenso debate sobre el rumbo que tomará su gobierno.
El Partido Morado, del que forma parte el expresidente Francisco Sagasti, exigió este jueves que el Congreso de Perú "no dé la confianza al gabinete" que liderará Bellido, un legislador perteneciente al ala más radical del partido Perú Libre, de tendencia marxista.
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"El Partido Morado rechaza el nombramiento del señor Guido Bellido como presidente del Consejo de Ministros. El equipo de Gobierno del presidente Pedro Castillo no puede estar liderado por una persona que no cree en la democracia, los derechos humanos y la lucha contra la corrupción y el terrorismo", señaló el partido de tendencia liberal en un pronunciamiento.
Castillo presentó a Bellido como jefe del gabinete ministerial tras participar en un acto simbólico en la Pampa de La Quinua, cerca de la ciudad de Ayacucho, donde en 1824 se libró la batalla que puso fin al dominio colonial español en Sudamérica.
La elección como primer ministro de este congresista, del círculo más cercano a Vladimir Cerrón, el fundador de Perú Libre, se interpreta como un triunfo del sector ortodoxo del partido.
Durante la campaña para la segunda vuelta, Castillo moderó su discurso para distanciarse de la figura de Cerrón e insistió en que el gobierno sería "suyo y solo suyo".
La carrera a contrarreloj para escoger al equipo de gobierno reveló ciertas tensiones entre Castillo y Perú Libre, pues mientras el nuevo presidente parecía decantarse por integrar a fuerzas políticas de centro izquierda, Cerrón apostaba por un ejecutivo homogéneo formado por gente del partido.
Figura controvertida
Bellido, un ingeniero electrónico de 41 años sin experiencia previa en un cargo de representación popular, fue el primer nombre dado a conocer por Castillo, que se mantuvo hermético en las últimas semanas en relación con los nombramientos de su gabinete.
La designación de Bellido generó casi de inmediato el rechazo de la mayoría de bancadas parlamentarias, incluidas agrupaciones izquierdistas y liberales.
El nuevo primer ministro es el secretario regional de Perú Libre en su natal Cusco, donde salió elegido congresista en las elecciones generales del pasado 11 de abril.
Durante la campaña electoral, Bellido no ocultó su respaldo a Cerrón y fue uno de los miembros del partido que más cuestionaron las posturas moderadas.
Su nombre no figuraba entre las apuestas para ser primer ministro y su nombramiento resultó inesperado y polémico, no solo por su perfil político sino porque afronta una investigación por el presunto delito de apología del terrorismo.
La Fiscalía investiga a Bellido después de que se difundiera un video en el que le costaba definir como "terroristas" a los miembros de Sendero Luminoso, un episodio que llenó de indignación las redes sociales.
Presión del partido
Algunos analistas opinan que el partido Perú Libre puede convertirse en un foco de presión sobre Castillo para que impulse reformas de izquierda más radicales, principalmente en la economía, después de más de tres décadas de políticas favorables al mercado.
Bellido es uno de los 37 legisladores de Perú Libre en el fragmentado Congreso de 130 asientos. La mayoría de votos del Congreso está en manos de los partidos de centro y de derecha.
El comunicado del Partido Morado en rechazo a Bellido es un ejemplo de las desavenencias que se pueden dar en el fragmentado Congreso de 130 escaños, en el que el partido del presidente cuenta con 37 legisladores.
El partido del expresidente Sagasti había aceptado hasta ahora el triunfo electoral de Castillo e incluso lo respaldó frente a las denuncias infundadas de "fraude" que impulsó Keiko Fujimori.
En su pronunciamiento, el Partido Morado agregó que la designación de Bellido "genera inestabilidad y desgobierno" en su país y que "en estas condiciones, es imposible que el Congreso otorgue la confianza al gabinete".
"Exigimos al presidente Castillo que rectifique su accionar y cumpla con lo que se comprometió en la segunda vuelta y lidere un gobierno de consenso que combata las desigualdades y promueva el desarrollo, las libertades y el ejercicio de la plena ciudadanía", concluyó el comunicado del partido.
La situación también fue cuestionada por representantes de la izquierda moderada, como la legisladora Ruth Luque, del movimiento Nuevo Perú, que dijo en la emisora RPP que lo ideal hubiera sido "una persona que genere la confianza y los consensos".