El escándalo de la Academia Sueca, que entrega el Premio del Nobel de Literatura, continúa.
El dramaturgo francés en el centro del mismo, Jean-Claude Arnault, fue acusado de violación por la justicia sueca por dos casos ocurridos presuntamente en 2011.
Arnault niega los cargos en su contra.
El caso Arnault provocó este año una fuerte división en la Academia Sueca y llevó a que la organización pospusiera la entrega de su reconocido Nobel de Literatura, en medio de las críticas sobre la gestión de lo ocurrido.
La fiscal sueca Christina Voigt señaló esta semana que las pruebas contra Arnault son "robustas y suficientes".
"No comparto la visión de la fiscalía de que las pruebas son robustas", consideró por su parte el letrado del acusado, Bjorn Hurtig.
"Las versiones difieren, no hay pruebas técnicas, no hay testigos directos y los hechos ocurrieron hace mucho tiempo".
Las supuestas dos violaciones se produjeron con la misma mujer, que no ha sido identificada.
¿Cómo empezó la crisis?
En pleno auge del movimiento Me too, 18 mujeres denunciaron por acoso sexual al dramaturgo francés Jean-Claude Arnault, estrechamente vinculado a la Academia Sueca en 2017.
Arnault es marido de la escritora Katarina Frostenson -hasta hace poco, miembro de la Academia- y ambos gestionan un club literario llamado Forum que la Academia había ayudado a financiar en el pasado.
La denuncia de esas mujeres, que se produjo a través del principal diario sueco, el Dagens Nyheter, forzó a la Academia a cortar todos sus lazos con Forum y a abrir una investigación, a la par que la fiscalía.
El medio sueco reveló que esa investigación interna concluyó, entre otras cosas, que Arnault filtró el nombre del ganador del Nobel en siete ocasiones, entre ellas, cuando lo recibió Bob Dylan en 2016.
El dramaturgo negó los supuestos incidentes que las mujeres relataban. Muchos de esos sucesos supuestamente ocurrieron en propiedades pertenecientes a la Academia o en el club literario de Arnault.
Arnault también ha sido acusado de manosear a la princesa Victoria, la heredera del trono en el país, durante una cena formal en 2006, unos hechos que el dramaturgo también niega.
Lo ocurrido, junto a las acusaciones de conflictos de interés y la filtración de los ganadores del Nobel, dividió a la Academia y motivó una oleada de dimisiones, incluida la de Frostenson y la de la secretaria permanente Sara Danius, encargada de anunciar el Nobel de Literatura.
Técnicamente, los miembros de la Academia Sueca no pueden dimitir, pues sus cargos son vitalicios. Pero pueden dejar de asistir y de participar en las actividades.
La crisis alcanzó tal magnitud que la Academia decidió posponer la entrega del Nobel de Literatura 2018 el mes pasado, por la falta de confianza del público.
La organización explicó en un comunicado que el premio de 2018 se concederá en 2019, junto con el correspondiente a ese año.