El luchador olímpico iraní condenado a muerte que generó una campaña global para salva su vida
"Realmente estamos a un minuto de la medianoche".
Así fue como el diario The New York Times citó a Brendan Schwab, director ejecutivo de la Asociación Mundial de Jugadores -que representa a 85.000 atletas profesionales, describiendo la situación que enfrenta Navid Afkari.
Afkari, luchador en la disciplina greco-romana de Irán, está a punto de ser ejecutado en su país, tras ser encontrado culpable del asesinato de un empleado de seguridad del acueducto durante una protesta antigubernamental.
Muchos sostienen que los cargos en contra del atleta fueron falsificados y que su ejecución está siendo utilizada como escarmiento contra la disidencia en Irán.
En una grabación de audio, sacada secretamente de la cárcel donde está detenido, Afkari dice que fue torturado y forzado a confesar el crimen.
La inminente ejecución del luchador ha generado una campaña global de parte de atletas, organizaciones internacionales y líderes mundiales solicitando clemencia.
La semana pasada el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuiteó: "A los líderes de Irán, apreciaríamos enormemente si perdonan la vida de este joven hombre, y no lo ejecuten".
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1301627761715490817
A esa solicitud se han plegado representantes de los gobiernos de Reino Unido y Alemania, así como directores de organizaciones atléticas y varios destacados luchadores y luchadoras que han registrado su oposición a la ejecución en las redes sociales.
¿Quién es Navid Afkari?
Afkari, de 27 años, practica el estilo de lucha greco-romana, que figura como una disciplina en los Juegos Olímpicos, y es un deporte muy popular en Irán.
Aunque no ha representado a su país en los olímpicos, sí ganó medallas en varios torneos en su ciudad de Shiraz así como en otros eventos internacionales.
Según The New York Times, su fama como luchador es realmente local y su proyección internacional se debe más a la reacción mundial que ha causado su condena.
¿De qué lo acusan?
Según las autoridades, Afkari y sus dos hermanos -Navid y Habib- se unieron a una manifestación callejera en Shiraz contra el gobierno, en agosto de 2018.
Ese año, hubo un número de protestas por todo el país, incluyendo la capital Teherán, contra la deteriorada economía, las estrictas leyes islámicas y los cortes de agua.
Poco después de la manifestación en Shiraz, el 17 de septiembre, agentes de la seguridad del estado arrestaron en su casa a Afkari con uno de sus hermanos. El otro fue arrestado tres meses después.
Los tres fueron acusados de "librar una guerra contra el Estado, de corrupción en la tierra y de conformar un grupo antirrevolucionario" por haber participado en las protestas.
En particular, Navid Afkari fue acusado de apuñalar a un empleado de seguridad del acueducto durante las revueltas.
Navid recibió una condena de muerte, mientras que sus hermanos fueron sentenciados a 54 y 27 años de cárcel. Según la organización humanitaria International Observatory, los tres recibieron 74 azotes.
¿Qué se dice de la condena?
La sentencia a muerte del luchador fue respaldada por la Corte Suprema de Irán, a pesar de las quejas de que su confesión había sido forzada a través de tortura.
Tras el reportaje de The New York Times sobre el luchador, una de las figuras que empezó a pedir la revocación de la condena fue Dana White, el director de la UFC, la empresa que promueve los campeonatos de artes marciales.
En un video, White exhortó al presidente Trump a unirse a la solicitud de clemencia, lo cual hizo a través de Twitter, señalando que Afkari solo estaba protestando el "empeoramiento de la situación económica y la inflación" en ese país.
Poco después, las autoridades iraníes emitieron en la televisión estatal un video en el que supuestamente se ve al luchador confesando haber apuñalado a Hassan Turkman, un empleado del departamento del acueducto en Shiraz.
Las imágenes muestran a Afkari haciendo ademanes de apuñalamiento con la mano, durante una reconstrucción policial del crimen.
Sin embargo, en una grabación filtrada, Afkari asegura que su confesión fue forzada tras "la más severa tortura física y psicológica".
Según International Observatory, Afkari dice que se le efectuó un examen médico de sus heridas que fueron causadas por tortura.
"La evidencia está ahí si la corte quiere investigarla", dice en la grabación. "No hay un ápice de evidencia en este maldito caso que muestre que soy culpable".
A pesar de las quejas del luchador y las exhortaciones internacionales para clemencia, el gobierno de Irán ha dado indicaciones en días recientes de que seguirá adelante con la ejecución.