El hombre que recibió el crédito por evitar un posible desastre nuclear en uno de los puntos más álgido de la Guerra Fría, murió a los 77 años.
Stanislav Petrov era un oficial del Ejército soviético en un centro de advertencia temprana.
Una mañana de septiembre de 1983, las computadoras del centro detectaron el lanzamiento de misiles estadounidenses.
Petrov tomó la decisión de que se trataba de una falsa alarma y, en una negligencia en el cumplimiento del deber, no lo reportó a los superiores.
Esta acción, que se dio a conocer años después, posiblemente salvó al mundo de una guerra nuclear. El protocolo para el Ejército soviético habría sido tomar represalias con un ataque nuclear.
Petrov murió en su casa en Moscú el pasado 19 de mayo, pero la noticia de su muerte acaba de hacerse pública, gracias a una llamada telefónica casual.
El director de cine alemán Karl Schumacher, quien llevó la historia del oficial soviético a la audiencia internacional, lo llamó para desearle un feliz cumpleaños el 7 de septiembre.
Entonces fue informado por su hijo, Dmitry Petrov, de que había fallecido.
Schumacher dio a conocer la noticia en internet y de ahí llegó a los medios de comunicación.
El día que se pudo desencadenar una guerra nuclear
En una entrevista con la BBC en 2013, 30 años después del incidente, Petrov contó lo ocurrido en las primeras horas del 26 de septiembre de 1983.
Los reportes que recibió en su computadora sugerían que varios misiles estadounidenses habían sido lanzados.
"Tenía todos los datos (para sugerir que había un ataque con misiles en curso). Si hubiera enviado mi informe a la cadena de mando, nadie habría dicho nada en contra", explicó al servicio ruso de la BBC.
"Todo lo que tenía que hacer era alcanzar el teléfono para llamar por la línea directa a nuestros altos mandos, pero yo no pude moverme. Me sentí como si estuviera sentado en una sartén caliente".
El protocolo decía, muy claramente, que la decisión tenía que ser sobre la base de las lecturas de la computadora. Y esa decisión correspondía a él, el oficial de guardia.
Pero en lugar de eso, Petrov reportó una falla en el sistema.
Si él hubiera estado equivocado, la primera explosión nuclear habría ocurrido minutos después.
"Veintitrés minutos más tarde me di cuenta de que no había pasado nada. Si hubiera habido un ataque real, entonces yo lo hubiera sabido. Fue un gran alivio", dijo a la BBC.
Una investigación posterior concluyó que que los satélites soviéticos habían identificado erróneamente la luz solar reflejándose en las nubes como los motores de misiles balísticos intercontinentales.
Petrov se mantuvo en silencio 10 años, hasta que después del colapso de la URSS la historia se dio a conocer.
"Pensé que era una vergüenza para el ejército soviético que nuestro sistema fallara de esa manera", dijo en la entrevista con la BBC.
Petrov recibió varios premios internacionales, pero él nunca se consideró un héroe.
"Ese era mi trabajo", dijo.