Empresario de origen latino con familiares indocumentados quiere construir el muro de Trump
Cuando se enteró, una de sus tías lo llamó, no lo dejó hablar durante media hora y, entre otras cosas, le dijo: "¿Vas a poner el muro fronterizo? ¿Estás loco?".
"Tengo 57 primos y la familia entera estaba muy, muy enojada al principio", cuenta en diálogo con BBC Mundo Michael Evangelista-Ysasaga.
Sus abuelos cruzaron ilegalmente a Estados Unidos décadas atrás y tiene familiares cercanos indocumentados en el país. Pero él no ve una contradicción entre ello y ahora querer construir el controvertido y cuestionado muro que el presidente Donald Trump busca levantar en la frontera con México.
Su decisión de postular su compañía para la edificación sorprendió a más de uno en su familia. Pero dice que ahora los convenció de por qué en realidad al hacerlo, está intentando ayudar a los millones de inmigrantes indocumentados en el país.
Cuestionado por BBC Mundo sobre por qué su empresa, The Penna Group, -en la que el 80% de los alrededor de 120 trabajadores son estadounidenses de origen mexicano- decidió apostar por la construcción de una infraestructura tan polémica, Evangelista-Ysasaga asegura que tomar la decisión no fue fácil.
Se reunieron y lo discutieron durante horas. "Entendimos que el muro era una realidad y que nuestra conciencia no nos hubiera permitido mantenernos al margen", explica.
"Lo más fácil hubiera sido no tener nada que ver con esto, pero no queríamos despertarnos con esto en la conciencia", dice al ser preguntado sobre su verdadera intención a la hora de participar en el proyecto.
Rechaza que lo estén haciendo por dinero ya que, según asegura, lo podría conseguir en otros emprendimientos menos polémicos.
Muro "humano"
Muchos críticos del presidente Trump y de su plan para construir el muro aseguran que una barrera de concreto no sólo no será capaz de evitar por completo el cruce de inmigrantes y drogas, sino que en el caso de las personas los forzará a intentar cruzar la frontera por lugares más inhóspitos y peligrosos.
Michael Evangelista-Ysasaga, empresario de 49 años cuya oficina se encuentra en Fort Worth (Texas), asegura que quiere levantar un muro "humano".
Su compañía es contratista del gobierno estadounidense y ha realizado obras para el Ejército, la Marina, la Fuerza Área y la Agencia Federal de Prisiones, entre otras dependencias.
Según lo solicitado por el gobierno de Trump, uno de los proyectos presentados por Evangelista-Ysasaga es un muro de hormigón de nueve metros de alto, con características que impidan que pueda ser escalado y dañado, y que no pueda ser burlado mediante túneles. También debe considerarse su estética del lado estadounidense.
El otro diseño, en el caso de su empresa, consiste en una doble malla de alambre con vigas de acero.
"He oído a algunos contratistas decir que van a construir muro que va a mantener a todos afuera, están mintiendo. La idea es maximizar los obstáculos", admite.
La semana pasada venció el plazo para que las empresas interesadas, unas 600, presentaran sus diseños.
Ahora se espera que en los próximos meses el gobierno seleccione alrededor de 20 para que construyan prototipos en una zona cercana a la frontera en San Diego (California).
Los pondrán a prueba y de ahí elegirán a los encargados de hacer realidad una de las principales promesas de campaña del presidente estadounidense.
Aunque suene extraño, Evangelista-Ysasaga cree que ello terminará beneficiando a los migrantes en Estados Unidos.
"No estoy traicionado a los latinos"
Antes de dedicarse a la construcción, Evangelista-Ysasaga fue abogado. E intentó durante años que sus familiares indocumentados que llevaban décadas en el país pudieron obtener la ciudadanía estadounidense o al menos la residencia permanente.
"Soy un buen abogado y no pude hacer que mi familia estuviera legal en el país. No pude porque nuestro sistema migratorio está roto. Y eso es porque el pueblo estadounidenses y los políticos no tienen el apetito de pasar nuevas leyes migratorias si no estamos asegurando nuestras fronteras".
Evangelista-Ysasaga asegura que una vez esté levantado el muro y cumplido el objetivo de hacer todo lo posible para detener la inmigración de indocumentados, se va a poder "tener la necesaria conversación para sacar a millones de migrantes de las sombras".
Las afirmaciones del empresario texano no se corresponden con los lineamientos que hasta el momento ha hecho públicos el gobierno de Donald Trump, que se ha comprometido a deportar a millones de indocumentados que residen en Estados Unidos y no se ha mostrado partidario de ofrecer una camino a la legalización para los inmigrantes sin papeles.
Evangelista-Ysasaga se defiende de los cuestionamientos e insiste que no hace esto por el dinero: "No estoy traicionando a los latinos, estoy viendo el panorama más amplio. En realidad soy un latino intentando ayudar a otros latinos".
No muchos lo ven así, al punto que desde que se supo que buscaba construir el muro recibió amenazas de muerte.
"Una persona me llamó y me dijo que había contratado a un investigador privado para que me siguiera y empezó a recitar todo lo que hago en el día. He visto gente fuera de la oficina, que viene, toma fotos y se va".
La situación no es nueva. Según asegura, hablar en el canal estadounidense conservador Fox News a favor de una reforma migratoria también le ha ocasionado problemas. "He recibido amenazas de muerte desde la derecha y ahora desde la izquierda, así que debo estar diciendo algo bien".
A su tía antes de colgar le dijo: "Quiero lograr cosas más grandes, tenemos tías y tíos y primos que no son capaces de salir de las sombras. Todo necesita cambiar".
Si termina construyendo parte del muro, y logra que a partir de eso se discuta una reforma migratoria en Estados Unidos, no sólo sus familiares se lo van a agradecer.