A principios de agosto, Argelia experimentó los peores incendios de la historia del país: unos 71 focos de fuego se extendieron por 18 provincias y duraron tres días. Al menos 90 personas murieron y decenas resultaron heridas.
La región de Kabylie, al este de la capital, Argel, fue la más afectada. En las redes sociales se pudo ver una avalancha de imágenes y videos que mostraban diversas viviendas en llamas.
Aldeanos desesperados huían de sus hogares y trataban de apagar los incendios con escobas improvisadas, ramas y cubos de agua.
Dos días después de que estallaran los incendios el 9 de agosto, el artista Djamel Ben Ismail publicó un post en Twitter diciendo que viajaría más de 320 km desde su casa en Miliana para "echar una mano a nuestros amigos" que luchaban contra las llamas.
Luego, en su página de Facebook, volvió a publicar solicitudes de ayuda urgente.
Uno de sus amigos lo describió como "un artista, un joven que amaba la guitarra y amaba la vida... no un hombre violento".
El violento ataque
Sin embargo, al llegar a la provincia de Tizi Ouzou en Argelia, región de Kabylie, el artista estaba a punto de ver cómo su propia vida se truncaba trágicamente.
El 11 de agosto, comenzaron a circular imágenes que mostraban a Ben Ismail siendo atacado.
Se sospechaba falsamente que él había provocado los incendios. En consecuencia, los lugareños lo torturaron y lo quemaron, y luego llevaron su cuerpo a la plaza del pueblo.
Los videos causaron inmediatamente indignación nacional.
Más tarde, el hermano del artista instó a los usuarios de las redes sociales a eliminar las imágenes del ataque. Su madre, dijo, todavía no sabía cómo había muerto su hijo.
El padre de Ben Ismail, en tanto, dijo que estaba "devastado".
"Mi hijo estaba tratando de ayudar a sus hermanos de Kabylie, una región que amaba... y lo quemaron vivo", señaló.
¿Por qué lo quemaron?
Según algunos informes de los medios locales, la paranoia y los rumores de que los incendios estaban siendo provocados se extendieron por áreas de Tizi Ouzou, y algunos residentes comenzaron a sospechar de las personas que conducían automóviles con placas de otras provincias.
La noche antes de la muerte de Ben Ismail, el primer ministro Aymen Benabderrahmane dijo que los incendios fueron el resultado de un "acto criminal".
"Las investigaciones preliminares en Tizi Ouzou han demostrado que los puntos de partida de estos incendios fueron elegidos cuidadosamente para causar las mayores pérdidas posibles", agregó Benabderrahmane en un discurso televisado.
El mismo día, el ministro del Interior, Kamel Beldjoud, visitó Tizi Ouzou y dijo a los periodistas que los incendios habían sido causados ??por "criminales llenos de odio contra nuestro país".
Esta semana, Argelia anunció que revisará sus relaciones con Marruecos tras acusarlo de complicidad en los mortíferos incendios.
Según BBC Monitoring, ni los funcionarios ni los principales medios de comunicación del país han mencionado el cambio climático como una de las causas de los incendios o como una razón de su gran propagación.
Esto, a pesar de que se pronosticaron temperaturas de hasta 46°C para la semana en la que se produjeron los incendios.
Por esos días, además, fue publicado el informe científico de la ONU que advirtió sobre olas de calor cada vez más extremas, sequías e inundaciones en todo el mundo.
¿Quiénes son los sospechosos?
A raíz de la muerte de Ben Ismail, se ha avivado la ira entre los ciudadanos e incluso se han generado represalias políticas.
Algunos usuarios de las redes sociales hicieron circular fotos de los presuntos asesinos, tratando de identificarlos, y postearon un hashtag pidiendo que se hiciera justicia.
Hasta el momento, 61 personas han sido detenidas tras la muerte del artista, apuntando directamente a miembros del Movimiento por la Autodeterminación de Kabylie (MAK).
El movimiento fue declarado organización terrorista por las autoridades argelinas en mayo.
El 17 de agosto, la televisión estatal transmitió supuestas "confesiones" del asesinato perpetuado por los sospechosos de MAK, aunque la investigación aún continúa.