El holandés Piet Ploeg sabe que es poco probable que los responsables de la muerte de su hermano, su cuñada y su sobrino acaben en la cárcel, pero por lo menos quiere saber qué es lo que pasó.
Los tres estaban entre las 298 personas que murieron cuando el vuelo MH17 de Malaysian Airlines fue derribado sobre Ucrania el 17 de julio de 2014.
El avión, que había despegado del aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, Países Bajos, viajaba en dirección a Kuala Lumpur, la capital malasia.
Si bien había pasajeros de una decena de países a bordo, dos tercios eran holandeses, como la familia Ploeg.
Por este motivo, Países Bajos lideró la investigación sobre el suceso, cuya culminación es un juicio que comenzó este lunes en Ámsterdam.
La corte holandesa juzga a tres rusos y un ucraniano que están acusados de haber derribado el avión con un misil de fabricación rusa, en medio del conflicto entre fuerzas ucranianas y rebeldes prorrusos.
El Equipo de Investigación Conjunta que analizó las causas del siniestro determinó en 2018 que fue un misil ruso de tipo BUK el responsable del desplome del avión, que se estrelló en el área de Donetsk, un territorio controlado por separatistas prorrusos.
La investigación apuntó a una división del ejército ruso como presunta responsable del ataque: la brigada de misiles antiaéreos número 53, una unidad con sede en la ciudad rusa de Kursk, cerca de la frontera con Ucrania.
Pese a que Rusia niega que uno de sus misiles derribara el avión y, al igual que Ucrania, ha rechazado entregar a los sospechosos -que serán juzgados en ausencia-, los familiares ven el proceso como una forma de acercarse a la verdad sobre lo que ocurrió.
"Como si nunca hubiera existido"
Así se lo explica Piet Ploeg a la corresponsal de la BBC en La Haya, Anna Holligan.
El hermano de Ploeg fue una de las dos víctimas del vuelo MH17 cuyos restos nunca fueron hallados.
"Vimos a mi hermano caminando con su mujer hacia la puerta de embarque, así que sabemos que estaba allí. Pero nada vino de vuelta", relata.
"No puedes explicarle a nadie lo extraño que es. Y aquí estamos, cinco años y medio después, y aún no han hallado nada. No hay restos humanos, no hay equipaje, es como si nunca hubiera existido".
Ploeg también revela que recibió del Instituto Forense un listado de las partes del cuerpo que se hallaron de su sobrino.
"Es realmente terrible. Conservo la lista en mi caja fuerte", cuenta.
"Mi sobrino volvió en 80 pedazos... no lo puedo describir".
Sobre el joven, Ploeg evoca que quería ser programador de videojuegos. "Era un nerd, un verdadero nerd de la computación", señala con afecto.
"Tenía toda una vida por delante, pero eso se rompió de una forma terrible".
"Qué pasó"
Ploeg y otros familiares están ansiosos por los resultados de este juicio, que podría durar hasta tres años.
"Lo más importante es que sepamos lo que pasó. Y por qué pasó. Y quién fue responsable", dice.
Sin embargo, él y otros tienen pocas expectativas de que los responsables de este presunto atentado paguen por sus actos.
"No servirán sus penas en la cárcel. Ese es un hecho. Tenemos que lidiar con eso", señala.
"Pero lo más importante es que nosotros sepamos, y el mundo sepa, qué pasó".