El velero en que Greta Thunberg viajará a cumbres del clima sin contribuir al calentamiento global
La joven activista ambiental sueca Greta Thunberg ya solucionó el dilema de cómo viajar a la Cumbre sobre la Acción Climática que Naciones Unidas celebrará en Nueva York a partir del próximo 23 de septiembre sin contribuir al cambio climático.
Thunberg, de 16 años, se rehúsa a viajar en avión debido al impacto ambiental de esa forma de transporte.
Y aunque se había declarado interesada en participar en la actividad, también había confesado tener dificultades para encontrar alternativas al avión o los grandes transatlánticos, que producen un cantidad similar de gases de efecto invernadero.
La solución, sin embargo, se la ofreció el Malizia II, un yate de alta velocidad de 18 metros de eslora construido para participar en carreras alrededor del globo.
Su tripulación le ofreció "un aventón".
Y Thunberg, quien inició un movimiento internacional de huelgas escolares semanales para protestar contra la falta de acción efectiva para combatir el cambio climático, aceptó encantada.
"Vamos a cruzar el océano Atlántico de Reino Unido a Nueva York a mediados de agosto", anunció vía Twitter.
El Team Malizia, por su parte, utilizó un post en Facebook para declararse "honrados de llevar a Greta Thunberg a través del Atlántico con cero emisiones".
Y la oferta no solo le permitirá a la joven asistir a la cumbre de Nueva York, el Malizia II también la transportará a Santiago para la 25 Conferencia sobre el Cambio Climático, el COP25, a celebrarse en diciembre la capital chilena.
¿Pero cómo es el Malizia II y cómo hace para viajar por el mundo sin generar emisiones?
"Cero emisiones"
El Malizia II es un velero clase IMOCA 60. Es decir, es un monocasco de alta prestación diseñado para regatas.
De hecho, este modelo en particular fue diseñado para competir en la edición 2016-2017 de la Vendée Globe, una carrera alrededor del mundo sin paradas.
Con un velamen que va de los 290 metros cuadrados a barlovento a los 490 metros cuadrados en sotavento, el Malizia II es capaz de velocidades máximas de 40 nudos (unos 74 kmph).
Y la tripulación, capitaneada por Boris Herrmann, estima que el viaje a Nueva York tomará unas dos semanas.
No es solo el hecho de que sea un veloz velero, sin embargo, lo que hace del Malizia II una buena opción para Thunberg.
El barco, de última tecnología, también genera su propia energía si necesidad de combustibles fósiles, utilizando para ello paneles solares y turbinas subacuáticas.
La jornada no será especialmente cómoda, ni exenta de peligros: muchos veleros no cruzan el Atlántico en agosto debido a la temporada de huracanes.
Y un barco construido para carreras ciertamente no ofrece las comodidades de un yate de lujo o un crucero, lo que no parece importarle a la joven activista.
"El Team Malizia y yo estamos orgullosos de llevar a Greta a través del Atlántico en este desafiante modo de transporte, pero desafortunadamente hoy en día es la única forma de hacerlo sin emisiones", declaró el fundador del equipo, Pierre Casiraghi, quien es octavo en la línea de sucesión del trono monegasco.
Del principado de Mónaco
La embarcación, de hecho, es propiedad de la familia real de Monaco, los Grimaldi, y Casiraghi es el tercer hijo de la princesa Carolina de Mónaco.
Y además de Casiraghi, quien también es el cocapitán del Malizia II, en el viaje a Nueva York Thunberg y su padre también estarán acompañados por el documentalista sueco Nathan Grossman.
El costo del viaje todavía no ha sido calculado, pero hay quien señala que será la familia real monegasca la que decidirá subvencionarlo.
El Team Malizia ya ha desarollado el Malizia Ocean Challenge ("el Reto del Océano Malizia"), un proyecto para apoyar la educación climática oceánica y el monitoreo del CO2 del océano.
Y este proyecto está afiliado a la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, una organización benéfica que apoya el trabajo en temas ambientales y de cambio climático.
Por lo pronto, un portavoz del equipo le dijo a la BBC que ellos se habían acercado a Thunberg para hacerle la oferta aunque que no tenían planeado cruzar el Atlántico.
Por el momento no se sabe cómo hará la activista para regresar a Europa, pues planea permanecer en el continente americano por nueves meses y aprovechar para visitar países como Canadá y México.