Reunir a los cerca de 3.000 niños separados de sus padres inmigrantes indocumentados que se encuentran en la frontera entre Estados Unidos y México es una tarea logística y burocrática compleja.
Por eso, el gobierno de Trump ordenó apoyar el proceso con pruebas de ADN porque, como dijo el secretario de Salud de Estados Unidos, Alex Azar, los métodos habituales del departamento eran demasiado lentos y estas pruebas eran necesarias para cumplir con la fecha límite dada por la Justicia para reunir a las familias.
¿Cuáles son esos métodos tradicionales? Básicamente, la verificación de documentos como certificados de nacimiento.
El pasado 26 de junio, Dana Sabraw, un juez federal en San Diego, ordenó al Departamento de Justicia que reunieran a las familias separadas en un plazo de 30 días.
Los niños menores de cuatro años deberán estar con sus papás el 10 de julio. Para los que tienen entre cinco y 17, el límite es el 26 de julio.
Azar, cuya agencia supervisa los centros de detención de migrantes, dijo que alrededor de 100 de los niños tenían menos de cinco años. También señaló que algunos pueden haberse separado antes o después de cruzar a Estados Unidos.
Jennifer Falcon, portavoz de Raíces, una organización sin ánimo de lucro que brinda ayuda legal gratuita a inmigrantes, dijo que esta decisión del gobierno de Trump era "una prueba más de que la administración no tiene idea de cómo reunir a las familias".
¿Es posible legalmente?
"Me preocupa que estamos hablando de niños, menores de edad, que no tienen autoridad ni control legal sobre ellos mismos", le dijo a BBC Mundo Joel Winston, exfiscal general adjunto para el estado de Nueva Jersey y abogado especialista en privacidad y protección de datos.
Cualquier examen médico realizado en Estados Unidos a menores de edad debe contar con la autorización de su progenitor o su tutor legal.
Por eso, a Winston le preocupa que si el gobierno está realizando pruebas a los niños, "el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) se esté autorizando a sí mismo para hacerlos".
Winston dice que "en un caso como este, un menor de edad debería estar representado por un abogado y él podría hacerlo [autorizarlo]. También podría haber una orden de una Corte, donde un juez podría autorizarlo".
Vigilancia
Peter Ney, estudiante de un doctorado en informática en la Universidad de Washington, advierte sobre esta práctica "tres clases de riesgos: vigilancia genética (para el individuo y su familia), discriminación genética y violación de datos".
Ney explica que con la información obtenida de estas pruebas de ADN se pueden crear perfiles genéticos que pueden identificar a un sujeto y sus ancestros.
"Esto significa que, en algún momento en el futuro, podrían tomar otra muestra de ADN y podrían emparejar a alguien con este perfil", explica Ney.
¿Qué implicaciones podría suponer esto en el futuro para las personas a las que se realicen estos tests?
"En estas pruebas no solo se revela información genética sobre una persona específica, sino sobre su familia extendida. [...] Los algoritmos de ascendencia son bastante sofisticados ahora y pueden identificar con bastante precisión primos segundos".
"Esta fue la técnica que se utilizó recientemente para identificar al asesino del Golden State", afirma.
Discriminación genética
Sobre otro de los riesgos, Ney afirma que "existe la preocupación de que los perfiles genéticos puedan utilizarse en el futuro para la discriminación genética (por ejemplo, en temas como los seguros de vida o empleo)".
Es decir, que el registro genético de estas personas a causa de la situación en que se encuentran actualmente les podría perjudicar a la hora de contratar determinados servicios o encontrar un puesto de trabajo y ser rechazados por los empleadores, por citar algunos ejemplos.
Por último, sobre la violación de datos personales, Ney advierte la vulnerabilidad que tienen los datos de ADN para sufrir ataques de 'hackers'.
Recuerda, por ejemplo, el caso de MyHeritage, una compañía que ofrece pruebas de ADN para conocer detalles de los ancestros y que sufrió un ataque informático el pasado mes de junio.
"En este caso, solo se robaron fragmentos de contraseñas e información de las cuentas, pero los perfiles de ADN podrían haber sido robados. Los datos genéticos son especialmente vulnerables porque nadie puede cambiar su perfil genético, como el número de una tarjeta de crédito una vez que sus datos han sido expuestos".
Pero pese a las preocupaciones que estas pruebas de ADN puedan despertar de cara a la vida futura de estas familias, muchos opinan que es un riesgo asumible y, en cualquier caso, un daño menor en comparación con el sufrimiento de los niños separados de sus padres.
El debate está servido.