Los brasileños eligieron al candidato de ultraderecha Jair Bolsonaro como su nuevo presidente. Pero ¿cuáles fueron los grupos que lo apoyaron? y ¿por qué?
Aquí te lo explicamos.
Los preocupados por el aumento de la violencia
Para muchos brasileños, combatir la violencia es la prioridad número uno. Bolsonaro ubicó al crimen en el centro de su campaña.
El año pasado, ocurrieron en Brasil 63.880 asesinatos, una cifra récord, y sus simpatizantes afirman que la violencia está fuera de control.
Bolsonaro desea liberalizar las leyes sobre armas, reducir la edad de responsabilidad criminal a 16 años y otorgar más poderes a la policía para que dispare contra criminales.
Una de las personas que votó por este motivo por Bolsonaro es Alessandra Uberaba, quien vive en Tijuca, un barrio de Rio de Janeiro donde las drogas y la violencia callejera están en aumento.
"La gente ya no quiere salir en la noche", afirma Uberaba. "La gente en el edificio donde vivo ha sido asaltada a punta de pistola, vivimos con este miedo en Río todos los días y Bolsonaro es nuestra salvación".
En febrero, el ejército se hizo cargo de la seguridad en Tijuca, pero Uberaba piensa que ésto no ha hecho mucha diferencia.
"Pienso que las fuerzas armadas y la policía necesitan estar mejor equipados para poder competir con esta violencia. No podemos enfrentarla ya".
Los que están cansados del Partido de los Trabajadores
Cuando el candidato del Partido de los Trabajadores, Luiz Inácio Lula da Silva, se convirtió en presidente en 2003, surgieron grandes esperanzas de que él cambiaría al país.
Lula gobernó durante una época de enorme crecimiento económico y millones de personas salieron de la pobreza con la ayuda de los programas sociales de su gobierno.
Pero los buenos tiempos no duraron y Brasil cayó en la peor recesión de su historia, de la cual hasta ahora está lentamente saliendo.
Lula fue encontrado culpable de corrupción y está cumpliendo una sentencia de 12 años en prisión. Su sucesora en el Partido de los Trabajadores, Dilma Rousseff, fue destituida tras un juicio político por manipular ilegalmente el presupuesto del gobierno.
Esto condujo a un enorme odio contra el partido.
Tomé Abduch, propietario de una compañía de construcción en Sao Paulo, es uno de los que está cansado del partido.
"Ya no podemos tener un gobierno de izquierda en Brasil, esto destruyó a nuestro país", dice.
"Esto puso a gente corrupta en posiciones de poder en Brasil y la corrupción es una de las mayores razones por las que Brasil no ha logrado desarrollarse".
"Bolsonaro tiene una forma muy clara y transparente de hacer política. Manejó una campaña completamente imparcial, no aceptó dinero público o dinero de empresarios, así que ha sido capaz de dirigir una campaña completamente libre de compromisos o acuerdos políticos", afirma.
Los empresarios
A medida que Jair Bolsonaro fue subiendo en los sondeos de opinión, también subieron las acciones brasileñas.
Los inversores vieron al candidato de ultra derecha como un par de manos más seguras que las de su rival, el izquierdista Fernando Haddad.
Como Leo Fração, un rico empresario brasileño de Porto Alegre. Dirige un fondo de inversión enfocado a Brasil y ha donado US$3,77 millones para financiar la policía militar de Rio Grande do Sul.
Gracias a esa donación, los oficiales ahora tienen pistolas Glock y mejores chalecos antibalas.
"Brasil es probablemente el país más rico del mundo, en recursos naturales", dice. "No necesitas ser un ejecutante milagroso para construir una economía enorme, sólo necesitas que el gobierno se salga del camino".
Fração vio a Bolsonaro como el único candidato con las agallas para hacer los cambios que él desea ver.
"Es la primera persona que dice que los criminales deben ir a la cárcel", afirma.
Asegura que también tiene una gran confianza en el asesor económico de Bolsonaro, Paulo Guedes.
"No necesito un genio para gobernar mi país, sólo necesito a alguien con iniciativa que no haga un desorden", concluye.
Los evangélicos
Los cristianos evangélicos -que suman el 29% de todos los brasileños- están entre los grupos que más apoyaron a Bolsonaro.
Según el último sondeo de Datafolha antes de las elecciones, el 61% de los evangélicos planeaban votar por él.
El propio Bolsonaro se describe a sí mismo como católico, pero su retórica cristiana y su eslogan "Brasil sobre todas las cosas, Dios sobre todo", atrajo a muchos en la comunidad evangélica.
Luceni Alves es presentadora de Radio Relogio, una estación evangélica en Rio de Janeiro.
"Él cree en la palabra de Dios y en mis principios", dice. "Él está en contra de la legislación del aborto porque está completamente opuesta a la palabra de Dios. Él también está en contra de la legislación de drogas".
Alves también es crítica de lo que llama "la sexualización de los niños".
"La Biblia dice que Dios hizo al hombre y la mujer y en mi opinión, la ideología de género confunde a los niños, deconstruye lo que Dios construyó", afirma.
Durante la campaña, Bolsonaro alegó que su rival del Partido de los Trabajadores había entregado ""material gay" en escuelas, algo que él criticó fuertemente.
Se refería a un plan del Partido de los Trabajadores para lanzar un programa de "Brasil sin homofobia" en las escuelas.
Como parte del programa, se diseñó material para los maestros que promovía el respeto por la diversidad y el fin de la discriminación.
El material nunca fue distribuido y la Corte Superior Electoral de Brasil desmintió como noticias falsas las afirmaciones de "material gay".
Sin embargo, el hecho continuó siendo tema de debate entre los simpatizantes de Bolsonaro, como Alves. "Está totalmente en contra de los principios bíblicos y Bolsonaro está de acuerdo conmigo, así que él me representa".
"Él es un candidato que respecta a Dios", dice la mujer. "Una persona que no respeta a Dios no respeta a nadie".
El grupo de presión agrícola
El grupo de presión agrícola de Brasil -que representa al poderoso sector agrícola empresarial en el Congreso- apoyó a principios de este mes a Bolsonaro.
Alessandro Fernandes Pimienta es un terrateniente que mantiene ganado, cerdos y pollos en Goiana, en el estado central de Goias.
"Estoy cansado de estos políticos corruptos desvergonzados", afirma. "Actualmente si deseas desarrollar la tierra, es realmente burocrático. Yo quería, pero es imposible. Bolsonaro quiere reducir los impuestos y hacer las cosas menos burocráticas".
"El gobierno habla sobre protección ambiental pero no hace nada para mejorar las cosas. Tiene que haber un incentivo más grande", explica.