La disputa entre Rusia y Polonia que ensombrece aniversario de la toma de Auschwitz
El certificado de nacimiento de Peter Feuerman no muestra nada de sus antecedentes reales.
Sus padres judíos escaparon del gueto de Varsovia mientras su madre estaba embarazada durante la ocupación nazi de Polonia.
La pareja sobrevivió solo después de que los escondieran en el subsuelo de la casa de unos conocidos.
Feuerman nació en 1944 con lo que describe como "falsos documentos arios" para ocultar su identidad judía.
Sus padres escaparon antes de que los nazis demolieran el gueto, donde se estima que hasta 400.000 judíos quedaron atrapados dentro de un área de 3,4 kilómetros cuadrados.
La mayoría fueron asesinados en campos de exterminio o murieron de hambre o enfermedad: unos tres millones de judíos polacos fueron asesinados por los nazis.
Ahora Feuerman cree que hay un "juego político" sobre el legado del Holocausto.
En el aniversario 75 de la liberación de Auschwitz, las historias de asesinatos en masa y supervivencia que ha escuchado desde que tiene memoria están en el centro de polémica por la distorsión de la historia entre dos líderes nacionalistas rivales.
Y es que el presidente polaco, Andrzej Duda, anunció que no asistirá a la ceremonia esta semana en Yad Vashem, el centro conmemorativo oficial en Jerusalén, por una disputa de meses con su par ruso, Vladimir Putin.
Su decisión ha amenazado con eclipsar el evento, al que confirmaron su asistencia más de 40 líderes mundiales, una de las reuniones políticas más grandes en la historia de Israel.
El encuentro, cuatro días antes del servicio anual de conmemoración en Auschwitz en Polonia, también se centra en la lucha contra el antisemitismo hoy.
Pero a ¿qué se debe la negativa de participar de Polonia, el país donde estaba ubicado el tenebroso campo de exterminio?
Una disputa histórica
El evento de Jerusalén fue organizado por la Fundación del Foro Mundial del Holocausto, cuyo fundador, Moshe Kantor, es cercano a Putin.
Y si eso puede explicar el disgusto polaco, la cuestión no termina ahí.
El presidente polaco se quejó de que no se le permitió ofrecer un discurso, mientras que a Putin y otros líderes sí.
Duda también ha cuestionado el propio lugar de la celebración, por considerar que el "evento principal" debe tener lugar en su país y sin Putin.
El centro israelí que organiza el evento alega, por su parte, que reservó el podio para las potencias aliadas que derrotaron al nazismo (aunque el presidente de Alemania también hablará).
Mientras, el gobierno israelí trata de distanciarse de la polémica con un funcionario diciéndole a la BBC que la invitación para que Duda asista "sigue en pie".
Pero más allá de los cuestionamientos de protocolo, lo que parece estar en la raíz de la disputa es un conflicto entre Polonia y Rusia por el legado de la guerra.
Agendas nacionalistas
La Segunda Guerra Mundial se ha convertido en "el campo de batalla más importante" para el gobierno nacionalista de Polonia, asegura a la BBC el historiador polaco Pawe? Machcewicz.
"Los objetivos que declararon fueron utilizar la historia como una herramienta para fortalecer a la comunidad, al enfocarse en elementos heroicos y gloriosos de la historia polaca", dice.
Los seguidores del gobernante partido de Ley y Justicia de Polonia argumentan que el costo devastador de la guerra allí a menudo se pasa por alto; hasta 1,9 millones de polacos no judíos fueron asesinados por los nazis.
Y en este contexto, fue cuando el presidente ruso afirmó recientemente que Polonia fue cómplice del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
No quedó ahí: también justificó el pacto inicial de Stalin con Hitler para invadir Polonia y describió al embajador de Polonia en la década de 1930 en la Alemania nazi como "un cerdo antisemita".
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, respondió con una furiosa declaración de cuatro páginas acusando a Putin de mentir sobre Polonia y "tratar de rehabilitar" a Stalin para sus objetivos políticos hoy.
La resistencia y el sufrimiento polacos en la guerra fueron incuestionables, dice el profesor Machcewicz, quien cree que tanto el gobierno polaco como el ruso están distorsionando la historia para atraer a sus bases nacionalistas.
Detrás del nacionalismo
Hace dos años, el gobierno polaco convirtió en delito decir que el país fue cómplice de crímenes nazis durante el Holocausto.
Después de una protesta internacional, eliminó más tarde partes de la ley, pero la controversia envolvió al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu.
Netanyahu firmó entonces una declaración conjunta con el primer ministro polaco sobre el tema, un movimiento que fue condenado por Yad Vashem, que consideró que el texto contenía "graves errores y engaños" y que perjudicaba la "memoria histórica del Holocausto".
El gobernante israelí defendió su movimiento diciendo que había consultado al principal historiador de Yad Vashem.
Pero entre los críticos estaba el historiador israelí Zeev Sternhell, un sobreviviente judío del Holocausto en Polonia que escapó del gueto de Varsovia cuando era niño con la ayuda de dos familias polacas.
Sternhell acusa a Netanyahu de abrazar a los ultranacionalistas en Europa porque proporcionan un contrapeso al "ala liberal" de la Unión Europea, principalmente a Francia y Alemania, que critican la ocupación de Israel de los Territorios Palestinos.
"Para que esa alianza funcione, se tendrá que pagar un alto precio. Y ese alto precio es una traición al Holocausto", afirma.