A días del histórico congreso del Partido Comunista, en Pekín tuvo lugar una inusual protesta contra el presidente Xi Jinping y las restricciones de la covid-19.
Dos pancartas de protesta aparecieron en un puente en el noroeste de la ciudad, según se aprecia en imágenes difundidas a través de las redes sociales. La protesta fue rápidamente sofocada por las autoridades.
Las estrictas medidas de seguridad impuestas con motivo de la reunión de la formación gobernante y las restricciones impuestas contra el coronavirus han suscitado la indignación en Internet y en las calles de la urbe.
Las autoridades han reforzado los accesos a Pekín, dejando fuera a muchas personas, incluyendo a residentes que regresaban de viaje y a repartidores. A otros se les restringió la circulación o se les obligó a ponerse en cuarentena.
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Como la pólvora
Las imágenes y filmaciones de la protesta que han circulado mostraban dos grandes pancartas desplegadas en un puente del distrito de Haidian de Pekín.
"No a las pruebas de covid-19, queremos comer. No a las restricciones, queremos libertad. No a las mentiras, queremos dignidad. No a la Revolución Cultural, queremos reformas. Nada de líderes, queremos votos. No somos esclavos, somos ciudadanos". Esto rezaba uno de los carteles.
El otro llamaba a los residentes a "ir a la huelga en la escuela y el trabajo, destituir al dictador y traidor nacional Xi Jinping".
Un video grabado en el lugar de los hechos mostraba una espesa columna de humo en el puente, cuyo origen no se ha determinado, y se podía oír a un hombre cantando consignas en un altavoz.
Un equipo de la BBC visitó más tarde la zona sin encontrar rastro del sujeto, pero constató que había una visible presencia policial en la zona.
El máximo evento
El vigésimo Congreso del Partido comenzará este domingo, durará una semana y participarán unos 2.300 altos cargos y delegados del partido.
En esta cita se espera que el líder chino Xi Jinping reciba un tercer mandato, rompiendo una tradición de décadas y reforzando su ya firme control del poder.
La capital suele contar con estrictas medidas de seguridad antes de los acontecimientos importantes. Las calles se han reforzado con policías paramilitares que patrullan las estaciones de metro y los barrios cercanos al Gran Salón del Pueblo, donde se celebrará el congreso.
Las autoridades están tomando medidas contra el uso de redes sociales que burlan los controles, para impedir la difusión de informaciones que escapen del control del Partido Comunista.
Otro ingrediente más
En un intento por acabar con los pequeños brotes de covid-19 que se han registrado en Pekín ante la cercanía del congreso, las autoridades de la ciudad han impuesto medidas sanitarias y de distanciamiento social mucho más estrictas que en el resto de China.
Decenas de millones de residentes están siendo sometidos a pruebas cada tres días, así como a controles en las entradas de todos los edificios y se les está obligando a utilizar máscaras.
Las autoridades también han restringido el número de personas que entran en la ciudad y han disuadido a los residentes de salir de ella.
Muchas personas que viajaron a otras ciudades durante el reciente día nacional (1 de octubre, cuando se conmemora la fundación de la República Popular y el fin de la guerra civil) se encontraron con que sus códigos sanitarios en línea -esenciales para viajar por el país- de repente indicaban que corrían el riesgo de contraer la infección por covid-19, lo cual les impedía subir a los trenes o vuelos de regreso a Pekín.
Otros que consiguieron volver a Pekín vieron un cambio similar en sus códigos sanitarios días después de regresar, según los relatos en línea, lo que les obligó a permanecer en cuarentena en casa.
"No entiendo por qué Pekín ha hecho esto (...) No puedo ir a trabajar. Estoy a punto de perder mi trabajo. Estoy muy frustrado. ¿Cuándo va a terminar?", dijo un comentarista en Weibo (el Twitter chino).
Por su parte, otro añadió: "Sufrimos todo esto sólo porque alguien tiene que celebrar una reunión."
"¿Por qué atormentar a la gente de a pie? Las autoridades han aplicado su política de forma irracional. Su credibilidad está por los suelos. ¿Cómo puede la gente confiar en ellos?", inquirió otro.
Dos realidades
La protesta se producen en medio de un creciente cansancio entre los chinos de a pie con la estrategia de "covid cero", que ha supuesto duros confinamientos y cuarentenas, cuando otros países las han suavizado.
Varios incidentes recientes, como el accidente de un autobús en el que murieron 27 personas que eran trasladadas a campos de cuarentena, han provocado la ira de la población.
La frustración choca con el ambiente de celebración del congreso del Partido que muestran los medios de comunicación y las instituciones estatales.
En la capital han aparecido pancartas rojas para celebrar la cita y las aplicaciones móviles más populares han cambiado los colores de sus pantallas por el rojo.
Una obra de teatro que recapitula los momentos más importantes de los últimos 10 años de gobierno de Xi ha comenzado a emitirse en la televisión en horario de máxima audiencia, mientras que en todo el país se celebran exposiciones de temática similar.
Los medios de comunicación estatales han difundido material de apoyo a las medidas oficiales, entre ellas la de política de "covid cero", instando al pueblo chino a "reforzar la confianza y tener paciencia con las actuales acciones de prevención y control de epidemias".