¿Quién amenaza la estabilidad regional?
Esa es la pregunta que sobrevuela el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas cuando se habla de Venezuela.
Se trata de una cuestión clave, ya que si el consejo entiende que la crisis en Venezuela pone riesgo para la armonía del vecindario sudamericano es más probable que habilite alguna resolución.
Estados Unidos, que convocó este martes a la reunión en la ONU, indicó que aspira a que el consejo vote esta misma semana un proyecto de resolución para exigir el ingreso de ayuda humanitaria extranjera a Venezuela.
El anuncio del representante especial de EE.UU. para el país sudamericano, Elliott Abrams, busca aumentar la presión sobre el presidente Nicolás Maduro, que ha rechazado ese tipo de ayuda por considerarla una maniobra para derrocarlo.
El fin de semana hubo al menos cuatro muertos y decenas de heridos en las fronteras de Venezuela con Colombia y Brasil, cuando fuerzas de seguridad y seguidores de Maduro se enfrentaron con manifestantes que impulsaban el ingreso de la ayuda exterior.
Varios países latinoamericanos y europeos afirmaron en el Consejo de Seguridad que la crisis política y humanitaria en Venezuela, así como su éxodo de ciudadanos, comprometen la paz de la región.
Sin embargo, Rusia y otros aliados de Maduro negaron que la situación en Venezuela suponga un riesgo internacional y acusaron a EE.UU. de amenazar la paz regional buscando intervenir desde Colombia.
Ninguna resolución fue aprobada este martes, pero buena parte de los participantes de la reunión del consejo apoyó una salida pacífica de la crisis venezolana, reflejando inquietud por los próximos pasos.
"Escalada alarmante de tensiones"
En una sala colmada y con cerca de 40 países participando, la discusión del Consejo de Seguridad fue abierta con un informe de Rosemary DiCarlo, secretaria general adjunta de la ONU para asuntos políticos y consolidación de la paz.
DiCarlo reportó una "escalada alarmante de tensiones" desde la última reunión del consejo sobre Venezuela el 26 de enero y un deterioro de la situación humanitaria en el país, con muertes por enfermedades, falta de medicinas y otras "causas evitables".
También citó cifras de la ONU que señalan que 3,4 millones de personas han abandonado Venezuela.
Luego EE.UU. pasó a la ofensiva.
"Estamos aquí porque la negativa del régimen de facto de Maduro a permitir que la ayuda humanitaria ingresara a Venezuela llevó el 23 de febrero a muertes, heridos y violencia en dos fronteras internacionales", dijo Abrams.
Y pidió apoyo para el líder opositor Juan Guaidó, que es reconocido por EE.UU. y decenas de otros países como presidente interino de Venezuela. Tanto Abrams como representantes latinoamericanos y europeos reclamaron elecciones libres en el país.
El embajador de Perú, Gustavo Meza-Cuadra, afirmó que "la permanencia del régimen ilegítimo (de Maduro) en el poder representa una amenaza sin precedentes a la paz, libertad, seguridad y prosperidad de toda la región".
"La situación de Venezuela representa una amenaza obvia para la estabilidad de la región", coincidió el representante de Bélgica, Marc Pecsteen.
Pero el embajador sudafricano, Jerry Matjila, rechazó esas afirmaciones. "Sudáfrica no cree que la situación plantee una amenaza a la paz y seguridad internacionales", dijo.
El embajador de Alemania, Christoph Heugsen, discrepó con Matjila y citó dos argumentos por los cuales cree que existe una amenaza para la paz y seguridad internacional en Venezuela.
"Hay 3,4 millones de refugiados que han atravesado las fronteras, viven ahora en Colombia, Brasil, Ecuador, y esto ha creado inestabilidad en estos países", dijo. "Se están violando los derechos humanos y por ello debemos intervenir".
El embajador ruso, Vasily Nebenzya, replicó poco después que el consejo no debería discutir la situación "en" Venezuela sino "alrededor" del país.
"El Ejército venezolano está protegiendo las fronteras", dijo.
También cuestionó que Colombia haya decidido "apoyar una intervención contra un vecino", y recordó que aquel país ha celebrado un proceso de paz interno con la guerrilla de las FARC.
"Este es un tiempo muy difícil en Colombia", dijo Nebenzya.
"Se está tratando de aplicar una solución militar a Venezuela y esto podría tener consecuencias en la región", advirtió.
Estilo Guerra Fría
Como había ocurrido en la anterior reunión del consejo sobre Venezuela, Rusia y EE.UU. chocaron con acusaciones al estilo de la Guerra Fría.
Nebenzya dijo que las sanciones aplicadas a Venezuela costaron miles de millones de dólares al país y contribuyeron a su crisis económica.
Abrams contestó que a Rusia le deben "mucho dinero" en Venezuela y le preocupa la forma en que lo va a cobrar.
Ma Zhaoxu, representante de China (otro aliado de Maduro), sostuvo que "los asuntos de Venezuela son una cuestión de la que se debe ocupar el propio pueblo venezolano".
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, acusó luego a EE.UU. y Colombia de organizar una agresión contra su país.
"Este fin de semana hubo una operación bien organizada para violentar la soberanía de Venezuela", dijo Arreaza. "¿Saben de dónde vino la agresión? Desde Colombia".
El gobierno de Maduro rompió relaciones diplomáticas con Colombia tras los incidentes del sábado.
"Las acciones que se han desplegado en contra Venezuela sí constituyen una gravísima amenaza a la paz y estabilidad de mi región", dijo el embajador de Bolivia en la ONU, Sacha Llorente.
Pero el representante colombiano, Guillermo Fernández de Soto, dijo que su país tiene "la información minuto a minuto" de lo que ocurrió el sábado en la frontera con Venezuela y está dispuesto a entregarla.
En Venezuela hay "una crisis humanitaria y migratoria sin precedentes que sobrepasa sus fronteras y fundamentalmente afecta a Colombia", indicó.
También dijo que le "sorprenden" las declaraciones del embajador ruso sobre el proceso de paz colombiano, recordando que el consejo ha apoyado la misión de verificación de los acuerdos suscritos.
El representante de Brasil, Mauro Vieira, acusó al gobierno de Maduro de cometer una catástrofe humanitaria contra su pueblo y pidió a las Fuerzas Armadas de ese país que apoyen a Guaidó.
Pero subrayó el apoyo a la solución pacífica de las controversias, recordando que Brasil lleva 150 años sin entablar una guerra con sus vecinos.
Una propuesta de declaración presentada por Rusia naufragó antes de ser presentada a votación del consejo por diferencias con EE.UU. sobre lo que decía el texto acerca de la crisis venezolana.