El presidente de Polonia, Andrzej Duda, aprobó este sábado una ley que dificultará que los judíos recuperen las propiedades perdidas durante y después de la Segunda Guerra Mundial.
La legislación se refiere a reclamaciones sobre propiedades robadas por la Alemania nazi y luego incautadas por el régimen comunista de Polonia.
La ley establece un límite de 30 años para impugnar esas confiscaciones.
Como la mayoría sucedió poco después de la guerra, muchas de las reclamaciones pendientes serán archivadas ahora.
El gobierno polaco dice que el cambio pondrá fin a un período de caos legal, pero Israel lo condenó de forma contundente: retiró a su enviado diplomático a Varsovia al tiempo que calificó la ley de "antisemita".
"Polonia aprobó hoy, no por primera vez, una ley inmoral y antisemita", dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Yair Lapid, en un comunicado.
Lapid también dijo que recomendaba al embajador de Polonia en Israel que continúe con sus vacaciones de verano en Polonia.
"Debería utilizar el tiempo disponible para explicar a los polacos lo que significa el Holocausto para los ciudadanos de Israel y que poco toleramos el desprecio por la memoria de las víctimas y la memoria del Holocausto", tuiteó.
Análisis de Adam Easton, corresponsal en Varsovia
Duda dijo que la promulgación del proyecto de ley pone fin a una era de caos legal en el proceso de devolución de propiedades confiscadas.
En las últimas décadas, la restitución de propiedades ha estado estrechamente relacionada con casos de corrupción.
Con la compra-venta de títulos de propiedad, los inquilinos de repente se ven expulsados de sus apartamentos de un día para otro.
Los reclamos de judíos representan solo una minoría del total de reclamaciones, la mayoría de las cuales están hechas por polacos.
Como resultado, la ley recibió el respaldo de la oposición de Polonia y del gobierno.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, las autoridades comunistas de Polonia nacionalizaron muchas propiedades que habían quedado vacías porque sus dueños habían huido o habían sido asesinados.
La nueva ley cubre tanto a reclamantes judíos como no judíos.
Pero los críticos dicen que los propietarios judíos a menudo se retrasaron al presentar reclamaciones después de la guerra y se verán afectados de manera desproporcionada.
El primer ministro israelí, Naftali Bennett, calificó la ley de "vergonzosa" y dijo que demostraba un "vergonzoso desprecio por la memoria del Holocausto".
Unos seis millones de judíos murieron en el Holocausto, la mitad de ellos eran de origen polaco.
Aproximadamente el 90% de la comunidad judía asentada en Polonia antes de la guerra fue asesinada.
La oposición de Israel a la legislación fue apoyada por Estados Unidos, y Lapid dijo que se discutirán futuras acciones con Washington.
El gobierno polaco afirmó anteriormente que la nueva ley no tiene nada que ver con los temores de Israel y Estados Unidos.