Las imágenes de las inundaciones en el centro de Mozambique causadas por el ciclón Idai muestran casas inundadas hasta el techo y gente aferrada a cualquier cosa flotante.
La historia de Amélia, madre soltera, empezó con ella y su hijo de dos años subidos a un árbol para escapar de las aguas.
Esperando la ayuda de sus vecinos o de las autoridades Amélia se puso de parto y la bebé Sara llegó al mundo mientras su madre se aferraba a las ramas del mango.
La familia fue rescatada dos días después por vecinos, después de unas tormentas que mataron a más de 700 personas.
"Estaba en casa con mi hijo de dos años cuando de repente, sin previo aviso, el agua comenzó a entrar en la casa", contó a Unicef, la agencia de Naciones Unidas para la Infancia.
"No tuve más remedio que trepar a un árbol. Estaba sola con mi hijo".
Amélia y su recientemente ampliada familia se quedan ahora en un alojamiento temporal en las cercanías de Dombe y gozan de buena salud, según informes.
La de esta madre y su hijos es un rayo de esperanza en un país azotado por la devastación en lo que Naciones Unidas ha calificado como lo que podría ser "uno de los peores desastres relacionados con el clima que haya golpeado el hemisferio sur".
Los equipos de rescate continúan buscando sobrevivientes del ciclón Idai, que se extendió por Mozambique, Malawi y Zimbabwe en las últimas semanas, destruyendo ciudades y pueblos en su camino.
Las inundaciones de hasta seis metros de profundidad han causado una "devastación increíble" en una gran área de Mozambique, dijo el Programa Mundial de Alimentos (PMA), con casas, carreteras y puentes arrasados.
La historia se repite
Pero este no es un caso único. Hace 20 años, en otras inundaciones de similar magnitud al sur del país, nació Rosita Mabuiango cuando su madre, Sofía, se puso de parto también protegida por un árbol.
En declaraciones a un medio local, Sofía dijo que el nacimiento de Rosita fue "muy, muy doloroso".
"Lloraba y gritaba. A veces pensaba que el bebé estaba llegando y otras que era solo hambre".
"Mucha gente perdió todo en las inundaciones, pero yo gané algo".
Rosita, que ahora tiene 19 años, apareció en las noticias internacionales después de que ella y su madre fueran rescatadas en helicóptero en el año 2000.
En una entrevista con la BBC, Rosita dijo que la promesa de otorgarle una beca estatal y un viaje pagado a Estados Unidos por cortesía del gobierno de estadounidense nunca se cumplió.
"Mi madre siempre ha financiado mis estudios. No he recibido nada del gobierno", dijo Rosita.
"Es verdad que el gobierno construyó una casa para nosotras, pero ya no está en buenas condiciones. Cuando llueve, el agua se cuela. Al menos, deberían ayudarnos a renovarla".