Los servicios de seguridad británicos han sido fuertemente criticados por haber ignorado las alertas que recibieron sobre el riesgo que presentaba Salman Abedi, el atacante suicida responsable del atentado más letal en Reino Unido desde 2005.
Abedi, de 22 años, detonó un explosivo el pasado lunes, a la salida de un concierto en el Manchester Arena, y provocó la muerte de 22 personas y dejó heridas a unas 116, muchas de ellas grave.
Según pudo conocer la BBC, el joven británico de origen libio estaba en el radar de los servicios de seguridad, pero su riesgo para el público permanecía "sujeto a revisión".
También se cree que luchó en Libia cuando tenía 16 años, aunque la policía aún no lo confirma.
Por qué esas informaciones no llevaron a impedir el ataque es una de las preguntas que se hacen muchos expertos de seguridad.
En 2014 y en 2015, líderes musulmanes del sur de Manchester contactaron una línea de alerta de los servicios de antiterrorismo para informarles de que Abedi estaba "expresando puntos de vistas extremistas, glorificando a ataques suicidas y manifestando apoyo a Estado Islámico".
Por otra parte, Mohammed Saeed, un imán de la mezquita de Didsbury en Manchester, frecuentada por Abedi, dijo que también alertó a los servicios de seguridad cuando Abedi y un grupo de amigos objetaron su posición contraria al autodenominado Estado Islámico e incluso lo amenazaron de muerte.
Los servicios de seguridad no niegan que sabían de la existencia de Salman Abedi.
MI5, la agencia de seguridad británica, mantiene una lista de alrededor de 3000 "Sujetos de Interés" en sus bases de datos a quienes monitorean por considerarlos como potenciales extremistas islámicos.
Pero Abedi no estaba en esta lista.
Según dijo MI5 éste era más bien parte de un "amplio círculo de antiguos SOis (sujetos de interés), cuyo riesgo estaba "sujeto a revisión" por parte de la agencia y sus socios.
O sea, Abedi fue removido de esta lista principal.
El ministro de seguridad británico, Ben Wallace, le dijo a la BBC que hay entre 12.000 y 18.000 personas en la misma categoría que Abedi - personas que en el pasado han estado bajo el radar de los servicios de seguridad.
"La magnitud del desafío que enfrentamos es la clave", dijo Wallace.
Pero, ¿en qué consiste esta lista y por qué fue el atacante de Manchester sacado de ella y considerado un caso de baja prioridad?
Según el corresponsal de la BBC Dominic Casciani, la logística de cómo el MI5 monitorea estos casos puede dar pistas de por qué alguien puede escapar del radar de los servicios de inteligencia.
Según Casciani, no todos son monitoreados al mismo tiempo y eso significa que tienen que priorizar constantemente en base a informaciones sobre el riesgo potencial que cada uno de estos presenta.
El problema es cómo identificar al grupo crítico de individuos de alto riesgo cuando tantas personas entran y salen constantemente de su radar, dice.
Muchos de estos individuos son categorizados como "sujetos de interés de bajo nivel" porque están en la periferia de alguna red islámica o porque tienen contactos con algún individuo de alto riesgo en particular.
O sea, ir a una manifestación en contra de Estados Unidos, ser amigo de alguien o asistir a una reunión en la que habla un imán radical no es suficiente para estar en el radar de los servicios de seguridad.
Y según Casciani, con una carga de trabajo que se ha multiplicado debido a la guerra en Siria y a las muchas personas que se han ido allí a unirse a la lucha del autodenominado Estado Islmámico ,"las oportunidades de que algo escape la atención de los servicios de seguridad han aumentado".
"Cada dato de inteligencia que llega hasta los servicios de seguridad, ya sea que alguien del público haya dado una pista o la intercepción de una comunicación, tiene que ser sometido a pruebas y comparado con otras investigaciones", dice Casciani.
¿Quién está en la lista?
El MI5 divide esta lista en varias categorías dependiendo del nivel de riesgo, según explicó el corresponsal de la BBC.
En la categoría 1 están individuos sobre los cuales hay evidencias creíbles y demostrables de que están planificando un ataque.
Y es en esta lista donde se pone mayor énfasis. Según las autoridades, unos 18 ataques han sido frustrados desde 2013 involucrando a individuos en esta categoría.
Por debajo de esta lista están quienes planean viajar al exterior a unirse a grupos extremistas o a pelear en Siria con Estado Islámico.
También están quienes recaudan fondos para redes islámicas, gente involucrada en la falsificación de documentos con fines de facilitar estos viajes al exterior y sospechosos que se están entrenando en Reino Unido.
Además, personas sobre las cuales hay un cierto nivel de preocupación, pero que necesitan ser investigadas más a fondos.
Y por último, personas que en el pasado eran "sujetos de interés" y que pueden estar en riego de reincidencia.
Pero esta lista es constantemente evaluada y si hay una información concreta de que alguien está creando una bomba, todos los recursos se re-asignan a esta investigación.
El problema, según el corresponsal, es que en muchos casos esas investigaciones no llevan a nada.
"Después de estos esfuerzos descubres que la sustancia que según informaron fue comprada para fabricar una bomba, resulta que iba a ser utilizada en un nuevo salón de belleza que alguien abrió".
La pregunta clave
Pero la pregunta clave que aún debe responderse en las investigaciones en torno al ataque en Manchester es por qué no estaba Salman Abedi en esta lista principal de "sujetos de interés" y si los servicios de seguridad ignoraron algunas pistas que podrían haber evitado el ataque.
"Cualquiera que haya sido su posición en la estratificación de esa lista, lo cierto es que terminó bien abajo en las prioridades", señala Casciani.
Y esto pese a que líderes musulmanes habían alertado a las autoridades sobre sus opiniones.
Abedi estaba entre los casos que en un futuro debían revisarse para evaluar si había inteligencia "creíble y demostrable" de que podía reinsertarse en "actividades terroristas".
Pero lo que no sabemos es por qué su caso fue considerado de bajo interés en el rango de prioridades.
¿Carecían esas informaciones confidenciales sobre él de evidencias creíbles y demostrables?
¿Fueron esas informaciones obtenidas antes o después de que su caso se haya puesto de lado?
¿O fue la información insuficiente para generar una nueva investigación cuando los servicios de seguridad estaban enfocados en otros casos que demandaban más atención?
Las respuestas a esas preguntas son clave.