Las imágenes de las intervenciones policiales en Cataluña contra los residentes que querían ejercer su derecho a voto dieron la vuelta al mundo. Pero hubo otra parte de la sociedad catalana que no salió en las fotos: la que no fue a votar.
El referéndum catalán terminó con una participación que no llegó al 50% del censo total. El Govern de la Generalitat -el gobierno regional- explicó que la policía se llevó urnas o cerró colegios que equivalieron a 700.000 personas del censo, lo que dificulta la obtención de la cifra exacta.
Aún así, una parte importante de los catalanes no acudieron a votar.
En BBC Mundo hablamos con algunos de ellos para conocer sus razones.
"Si hubiese sido legal y pactado tampoco habría ido"
"No voté porqué no creía en el referéndum", le dice Juan, de 44 años, a BBC Mundo -el nombre no es real a petición del entrevistado-.
Si hubiese sido legal y pactado tampoco habría ido", agrega, mientras termina su cigarrillo frente a la puerta del negocio en el que trabaja en el Eixample, el distrito más poblado de Barcelona.
"Lo que pasó ayer, lo de la policía, no tendría que haber pasado. Pero los de aquí tampoco tendrían que haber llevado a los niños".
El gobierno español había prometido evitar que se celebrara la consulta, que fue declarada ilegal por el Tribunal Constitucional.
La jornada del domingo estuvo marcada por la tensión y las cargas policiales que dejaron 893 personas heridas, según la Generalitat.
Pese a declararse contrario a la independencia de Cataluña, Javier asegura que no votaría ni en un referéndum pactado porque no confía en los dirigentes políticos, catalanes o españoles. "No daría mi voto ni a uno ni a otro".
"Me sabe muy mal"
Cerca, Rosario, de 75 años, lee una revista sentada en un banco. Vive en Cataluña desde hace 50 años. Como muchos otros ciudadanos catalanes, emigró desde otras regiones de España.
"Este follón no hay quien lo entienda". Habla del referéndum con un posado triste. "Me sabe muy mal. Yo me siento aragonesa, española y, después, catalana", le cuenta a BBC Mundo. "No entiendo que quieran marcharse", dice mientras pliega la revista y la mete en la bolsa de plástico que lleva.
Según las autoridades locales, unos 2,3 millones de personas (cerca del 40% de la población con derecho al voto) participaron en la consulta. Del total de participantes, el 90% se inclinó por la independencia de Cataluña.
Pero no toda la gente que optó por no votar en el referéndum lo hizo por oposición a la causa independentista.
Carlos Flores es un agente immobiliario nacido en Cartago, Colombia, hace 23 años. Asegura que tenía derecho a voto y que no lo ejerció porque consideró que "no estaba suficientemente enterado".
Según él, "el pueblo tiene derecho a elegir", y explica que hubiese votado 'sí' tras ver la reacción de la policía.
Sin embargo, decidió abstenerse porque no se había informado de las consecuencias de la independencia.
"Esto es una bobada"
La casualidad quiso que, escribiendo estas líneas sentado en un banco de la avenida del Paralelo, se me acercase un hombre hablando por teléfono con acento andaluz.
Tras para pedirme un bolígrafo para apuntar algo y luego colgar, le pregunto su opinión. "Cataluña pertenece a España. España está ante todo, esto es una bobada".
Se llama Javier Rodríguez, tiene 42 años y hace cinco que dejó Cádiz para venir a vivir a Barcelona.
"Aquí se paga más impuestos que en otros sitios, en esto estoy de acuerdo, pero eso no tiene nada que ver con querer la independencia". Para él, votar el domingo hubiese sido "una pérdida de tiempo".
"Ahora dicen que Cataluña no es España, pero yo la veo en el mapa dentro de España, no está en Noruega", dice, irónico.
Según Javier, no es necesario un debate sobre la independencia porque "el gobierno español nunca lo permitirá". "Para mí, el que diga que Cataluña tiene que ser independiente es un borrico".
La falta de certezas sobre el futuro de la consulta y sobre el estatus político de la región autónoma preocupan ahora a gran parte de la población, incluso a quienes apoyaron el referéndum.
El presidente del gobierno catalán, Carles Puigdemont, dijo que tras el triunfo del "sí" trasladará los resultados al Parlamento de Cataluña "para que se implementen".
Según la ley de la consulta, suspendida por el Tribunal Constitucional de España, las autoridades catalanas deben presentar los resultados ante una sesión ordinaria "dentro de los dos días siguientes a la proclamación de los resultados oficiales por la Sindicatura Electoral".
Dicha reunión tendría como objetivo "efectuar la declaración formal de la independencia, concretar sus efectos e iniciar el proceso constituyente".
La pregunta ahora es si esta finalmente tendrá lugar, una posibilidad respecto a la cual el propio Puigdemont no se mostró concluyente en las jornadas previas al referéndum.
Esta nota no está ilustrada con imágenes de los entrevistados a petición de los mismos.