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La brutal historia del reformatorio de Florida donde se encontraron enterrados decenas de cuerpos

La brutal historia del reformatorio de Florida donde se encontraron enterrados decenas de cuerpos
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La escuela Arthur G. Dozier funcionó de 1900 a 2011 a cargo del gobierno del estado de Florida. En el lugar fallecieron decenas de menores de edad y exalumnos aseguran haber sufrido numerosos abusos físicos y psicológicos. ¿Cómo pudo este centro de terror estuviera abierto durante 111 años?

Jerry Cooper vio a un niño correr hasta morir durante una práctica de fútbol en el reformatorio Arthur G. Dozier, en Estados Unidos, en 1961.

En este correccional, que funcionó de 1900 a 2011 a cargo del gobierno del estado de Florida, fallecieron decenas de menores de edad.

El niño que murió delante de él, dice Cooper a BBC Mundo, "colapsó y lo obligaron a pararse y a correr otra vuelta porque creían que estaba fingiendo.Y ahí mismo cayó muerto".

Según declaraciones de exinternos, numerosos abusos psicológicos y físicos como el anterior se repitieron en el centro de rehabilitación, que operaba en la ciudad de Marianna, en el norte de Florida.

En marzo pasado, Geosyntec, una empresa de limpieza ambiental, encontró 27 "anomalías" en el terreno de la escuela.

La compañía recomendó tratarlas como "posibles tumbas", que se sumarían a otros 55 enterramientos descubiertos en 2013.

¿Qué permitió que este centro de terror durara abierto 111 años?

"Nadie vigilaba"

Los abusos y muertes ocurridos en Arthur G. Dozier llevaron a que el Senado de Florida pidiera disculpas a los afectados, en abril de 2017, seis años después del cierre.

"Estos huesos cuentan la historia", dijo el senador Darryl Rouson. "Cuentan una historia vergonzosa (...). Pedimos disculpas".

Esa historia comienza hace 119 años, cuando la escuela abrió con el propósito de ser un "reformatorio" de menores que hubieran cometido algún delito.

Pero con el tiempo, fue pareciéndose cada vez más a una prisión, dice un reporte de 2016 de la Universidad del Sur de Florida.

Al poco tiempo de creado, el correccional empezó a recibir jóvenes que habían cometido delitos menores como "incorregibilidad", o "faltar al colegio".

Además, comenzaron a llegar niños y niñas huérfanos de incluso 5 años.

Cooper, el que vio morir a un niño, llegó a la escuela a los 16 años por tratar de escaparse tres veces de su casa.

Apenas llegó, se dio cuenta de que la administración de la escuela fallaba.

"La escuela estaba en medio de la nada, aislada, no creo que a nadie le importara lo que pasaba ahí", dice. "Nadie la vigilaba. El personal tenía libertad para hacer lo que quisiera en cualquier momento".

¿Qué hacían?

Reportes brutales

Los reportes de abusos empezaron a aparecer desde tan pronto como 1903, cuando la escuela tenía apenas tres años.

Jerry Cooper
Jerry Cooper

Investigaciones de comités legislativos detallan, de acuerdo al reporte de 2016 de la USF, que había niños de hasta cinco años encadenados, que los internos realizaban "trabajos forzados", que los golpeaban, que "no recibían educación ni comida ni ropa apropiada", que la escuela era "una prisión" o un "campo de prisioneros con mala ventilación, hacinamiento".

En 1914, un incendio mató a 10 o 12 personas que estaban encerradas en unas "celdas oscuras" con barrotes en las ventanas y puertas, vigiladas por guardias armados.

Nadie fue a sacarlas y tampoco podían escapar.

En años posteriores siguieron saliendo reportes de empleados, psicólogos y políticos sobre "golpizas brutales, maltratos y aislamiento".

Cuerpos negros por los golpes

Cuando Cooper llegó al reformatorio, en 1961, los encargados les decían a los alumnos que eran "una basura" o los amenazaban con castigarlos cuando no habían hecho nada, dice él.

Además, les pegaban. "Nos golpeaban hasta que el cuerpo se nos ponía negro, nos quedaban incisiones en el trasero, en las piernas, la ropa pegada a la piel", relata.

"Vi a muchos chicos golpeados hasta sangrar, sangrando a través de sus jeans", recuerda. "Era lo peor imaginable, especialmente para niños pequeños".

Cooper explica que no necesariamente tenía que haber una razón para pegarles.

"Te llevaban a la 'Casa Blanca', (una construcción) que era usada como lugar de castigo y podían llevarte en cualquier momento del día o en medio de la noche, te sacaban de la cama para pegarte si habías hecho algo", cuenta.

Cooper dice que fue dos veces a la Casa Blanca: una, por negarse a jugar fútbol, y otra por pelearse con un trabajador.

"Una vez me despertaron a las 2:00 de la mañana para llevarme a la Casa Blanca, la bata y la ropa interior se me pegó a la piel por los golpes, estaba negro y azul y cortado desde la cintura hasta las rodillas, mi trasero estuvo negro como la brea por cerca de tres semanas, necesitaba suturas, pero no las recibí", detalla.

Hasta 1968, la escuela estuvo segregada en un campus para estudiantes 'blancos' y otro para alumnos 'de color".

"Se pegaban a las reglas con virulencia. Si eras blanco y te veían hablando con un negro, eso era un viaje automático a la Casa Blanca", dice Cooper. Pero el trato era "igual de malo para negros y blancos".

Denuncias frustradas

Más de una vez, sobrevivientes del reformatorio han denunciado conjuntamente a varios funcionarios y agencias del estado de Florida por abusos como mantener en confinamiento solitario a los alumnos, entre otras penitencias.

Pero ninguna demanda ha resultado en condenas contra ninguno de los acusados.

En 2009, Cooper y otros sobrevivientes formaron la asociación "Chicos de la Casa Blanca", para denunciar los maltratos que aseguran haber vivido en la escuela.

Glenn Hess, un fiscal estatal de Florida encargado de investigar esta demanda de 2009, dijo a BBC Mundo que "no era factible procesar el caso después de tantos años, en gran parte porque los trabajadores de los años en discusión ya estaban muertos".

Sin embargo, los testimonios llevaron a que en 2011, el Departamento de Justicia de EE.UU. (DoJ) investigara y reconociera los excesos cometidos en la escuela.

El DoJ dijo que "muchos de los problemas fueron resultado de la falta sistemática de entrenamiento, supervisión y vigilancia", pero sus conclusiones no se transformaron en sanciones penales.

Ese mismo año, la escuela cerró por una "crisis presupuestaria". Pero su historia continuaría abierta.

Más tumbas

En 2013, antropólogos forenses de la USF recibieron la autorización de excavar un área conocida como "Boot Hill", que la escuela usaba como cementerio.

Como resultado, encontraron 55 tumbas y 51 conjuntos de restos humanos. Los niños habían sido enterrados en ataúdes simples. Los restos fueron recuperados junto con objetos como hebillas de cinturones, botones e incluso una canica.

Ahora, el gobierno de Florida está "explorando cuidadosamente el área donde se han identificado las 27 anomalías", dijo una vocera de la institución a BBC Mundo. "Si se encuentran restos humanos, serán recuperados respetuosamente".

Dentro de las próximas semanas, funcionarios locales, estatales y las partes interesadas se reunirán para decidir qué hacer, aseguró.

"Esperamos que a través de este proceso, podamos llevar un poco de alivio y cierre a las víctimas, a sus familias y a todos los afectados", añadió la vocera.

Cooper cree que hay más tumbas en Arthur G. Dozier. "Tenemos una lista de aproximadamente 180 niños desaparecidos".

"Mi preocupación más grande es que encontremos a todos los niños que puedan estar enterrados en la propiedad", cuenta. "Yo creo que van a encontrar más cuerpos".

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