El plan requirió la compra de un terreno cerca de la cárcel, armas, un reloj con GPS, posibles sobornos y la paciencia de otros presos, que sufrían los ruidos de la excavación subterránea.
Y cuando Joaquín "El Chapo" Guzmán concretó su segunda fuga de una cárcel de máxima seguridad en México, el 11 de julio de 2015, a través de un túnel de un kilómetro y medio de largo hasta la ducha de su celda, la noticia asombró al mundo.
Tres años y medio después, detalles desconocidos de ese escape surgieron este miércoles en la corte de Nueva York donde Guzmán es juzgado por narcotráfico. Fueron relatados por Dámaso López, otrora hombre de confianza del capo, que era considerado su sucesor, y ahora testifica en su contra.
Condenado en noviembre a cadena perpetua en Estados Unidos por narcotráfico, López involucró directamente a los hijos y la esposa de "El Chapo", Emma Coronel, en la planificación de aquella fuga y otra más tras su recaptura, que nunca se concretó.
Como de costumbre, Coronel estaba presente en la sala del juicio y se mantuvo en silencio mientras López la implicaba en los planes para que su esposo escapara de la cárcel.
El testigo, también conocido por el apodo de "El Licenciado", relató cómo el propio Guzmán se refirió al modo en que percibía la llegada del túnel desde su celda 20 del penal de El Altiplano.
"Mi compadre (Guzmán) me comentó que efectivamente hacía meses que escuchaba ruidos", dijo López, "pero que el cemento estaba muy duro y no lo podían romper".
"Mucho gasto"
"El Chapo" fue conducido a la cárcel de El Altiplano, ubicada unos 90 kilómetros al oeste de Ciudad de México, tras su arresto de febrero de 2014.
En ese momento era el narco más buscado del mundo, como jefe del cartel de Sinaloa, además de alguien con antecedentes de fugas carcelarias.
Trece años antes, Guzmán había escapado del penal mexicano de máxima seguridad Puente Grande, en Jalisco. Fue precisamente allí donde conoció a López, quien era el subdirector del presidio.
El propio López testificó el martes que Guzmán le pagó US$10.000, le compró una casa y cubrió gastos médicos de uno de sus hijos a cambio de que pudiera recibir un teléfono celular, ropa y visitas clandestinas en la cárcel.
Cuando la corrupción en el penal llamó la atención del gobierno, López renunció al cargo. Y después de que "El Chapo" se fugara de Puente Grande escondido en un carrito de lavandería en 2001, "El Licenciado" pasó a trabajar directamente con él.
Pese a esos antecedentes, cuando "El Chapo" fue recluido en El Altiplano obtuvo nuevas concesiones y era capaz de enviar indicaciones a personas de su confianza a través de su abogado de aquel momento, dijo López.
Por ejemplo, relató que una vez Guzmán pidió a través suyo a su socio Ismael "El Mayo" Zambada que mataran a un encargado de seguridad del cartel apodado "El Negro", porque creía que lo había delatado al gobierno.
Poco después, Zambada avisó que "ya lo había matado", agregó López, quien testificó sobre la participación de Guzmán en otros planes de homicidio.
"El Licenciado" también explicó al jurado el contenido de cartas que "El Chapo" le envió desde El Altiplano y que fueron mostradas en la corte, con referencias varias: cientos de kilos de drogas, municiones y armas de grueso calibre, un proyecto sobre heroína sintética, o pagos a las viudas de pistoleros y sicarios activos del cartel.
Además, surgieron indicios de "favores" que Guzmán obtenía en la cárcel. "El director (del penal) se ha portado muy bien con nosotros, me ha ayudado cuando se lo he pedido", indicó "El Chapo" en una de las misivas.
Luego señaló que necesitaba dinero: "Tengo mucho gasto aquí", escribió.
Hasta que en cierto momento, indicó López, le llegó un mensaje de "El Chapo" a través de su esposa Coronel, en una reunión de ambos en Culiacán entre marzo y abril de 2014.
"Me mandaba decir mi compadre (Guzmán) que estaba arriesgando escaparse del penal y quería saber si yo le podía colaborar", recordó.
La respuesta de "El Licenciado" fue afirmativa.
Los planes
López testificó que entre mayo y junio de 2014 mantuvo otra reunión con Coronel para discutir la fuga de "El Chapo", en la que también participaron los hijos de este.
"Mi compadre mandaba preguntarle a los hijos de él que si ya habían conseguido un terreno cerca del penal de El Altiplano", señaló. "El terreno era porque iban a elaborar un túnel y tenían que comenzar a trabajar".
Además buscarían enviarle a "El Chapo" un reloj con aplicación de GPS, para tener las coordenadas exactas del punto donde estaba su celda, explicó López.
"A mí me mandó pedir que le consiguiera una bodega cerca", recordó. Debía tener listas armas y una camioneta pick-up blindada. Pero negó que él haya estado involucrado en la construcción del túnel, que según su testimonio fue tarea de los hijos de "El Chapo".
Hubo nuevos encuentros hasta que, en el transcurso de 2015, Guzmán avisó "que ya escuchaba ruidos" desde su celda. Esto los sorprendió, dijo López. Luego supieron que no se trataba de la excavación subterránea, sino del propio cimiento del penal siendo perforado desde el túnel.
La fuga estaba cada vez más cerca.
"El plan de mi compadre (Guzmán) era que fuera un fin de semana, porque sábados y domingos no hay funcionarios en el penal ni tampoco visitas de gente de la corte", dijo López.
En efecto, "El Chapo" escapó en la noche de un sábado.
López relató que volvió a ver a Guzmán una semana después de la fuga, en la localidad sinaloense de La Tuna: "todos felices".
Dijo que "El Chapo" recorrió el túnel subterráneo en una moto conducida por un ayudante. Que al salir viajó en un cuatrimoto conducido por otro cómplice hasta la bodega cercana. Luego fue en la camioneta a San Juan del Río, Querétaro, donde lo esperaba su piloto "Cachimba" para volarlo hasta Sinaloa.
Guzmán, sostuvo, recordaba que los ruidos de la perforación del cemento de la cárcel eran tan fuertes que generaban "molestias al resto de los internos, que se quejaban".
Seis meses más tarde, en enero de 2016, "El Chapo" fue capturado por tercera vez en la ciudad de Los Mochis, Sinaloa.
López afirmó que Coronel volvió a contactarlo para planear una nueva fuga desde El Altiplano, con el mismo plan que la anterior. Pero "El Chapo" fue rápidamente transferido a otro penal en Ciudad Juárez, en la frontera con EE.UU.
Coronel, sostuvo López, esperaba que Guzmán regresara a la cárcel de su última fuga, tras el pago de US$2 millones al jefe del sistema carcelario de México.
Pero eso nunca ocurrió: en enero de 2017 "El Chapo" fue extraditado a EE.UU. para ser juzgado con 61 años y enfrentar una posible pena de cadena perpetua.
"Ya no regresaron a mi compadre al penal de El Altiplano", dijo López en la corte donde se define el destino de Guzmán.