Trama Rusa: Por qué George Papadopoulos puede ser más peligroso para Donald Trump que Paul Manafort
Hay veces que las grandes noticias esconden revelaciones aún más impactantes.
El lunes, el exjefe de campaña de Donald Trump, Paul Manafort , y su colaborador Rick Gates fueron acusados con 12 cargos, entre ellos lavado de dinero y falso testimonio, en el marco de la investigación sobre la presunta intervención de Rusia en la campaña presidencial de Estados Unidos.
Sin embargo, hubo una revelación del equipo de asesores independientes de Robert Mueller que sorprendió a la mayoría de Washington.
George Papadopoulos, un nombre a casi desconocido, se declaró culpable de mentir a los investigadores del FBI sobre sus contactos con ciudadanos rusos y personas relacionadas, mientras servía como asesor de política exterior en la campaña de Trump.
Mientras que la acusación contra Manafort era algo esperado ya que abarcaba negocios antes de su época como jefe de la campaña de Trump, la noticia sobre Papadopoulos se encuentra en el corazón de la investigación de Mueller sobre la posible colusión del equipo Trump con Rusia.
A continuación, presentamos tres razones por las que Papadopoulos es una pieza clave del rompecabezas.
Y, además, otras tres razones por las que la acusación contra Manafort podría terminar siendo aún más explosiva.
Papadopoulos, el intermediario
Según los detalles de la acusación y el acuerdo de admisión de culpabilidad, Papadopoulos reveló que estuvo en contacto con varias personas, ya sea directa o tangencialmente, conectadas con el gobierno ruso: un profesor de Londres, una mujer de nacionalidad rusa y un funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia.
Papadopoulos informó además sobre los detalles de las conversaciones que tuvo con los principales miembros del equipo de la campaña presidencial de Trump, incluido, según se informa, Manafort.
En un momento, un "supervisor de la campaña", respondió a uno de los correos electrónicos de Papadopoulos con un "buen trabajo".
Si bien no hay evidencia de colusión, esto es un claro indicio de que el gobierno ruso estaba buscando canales para contactar a la campaña de Trump y estaba logrando algunos éxitos.
La Casa Blanca minimizó el papel de Papadopoulos dentro de la campaña, señalando que era un asesor no remunerado y que sus esfuerzos para establecer una reunión de alto nivel entre el equipo de Trump y funcionarios rusos fueron rechazados.
Papadopoulos participó de una conferencia informal el 31 de marzo de 2016, con Trump y el resto del equipo de política exterior.
Trump, mientras era candidato a la presidencia, también mencionó a Papadopoulos como asesor, a quien calificó de "hombre excelente", en una entrevista el 21 de marzo con el The Washington Post.
Papadopoulos pudo haber estado en la periferia de la campaña, pero estaba lejos de ser un total desconocido.
Papadopoulos, el conocedor del plan para ensuciar a Clinton
El 26 de abril de 2016, el profesor de Londres y contacto de Papadopoulos le dijo que acababa de regresar de Moscú y que "funcionarios de alto rango del gobierno ruso" le comunicaron que poseían "material para ensuciar" a la candidata presidencial demócrata Hillary Clinton en la forma de "miles de correos electrónicos".
No está claro si Papadopoulos pasó esta información a sus contactos de la campaña de Trump, aunque "siguió comunicándose" con ellos.
Lo que sí está claro, sin embargo, es que ahora existe evidencia de que personas con conexiones del gobierno ruso en dos ocasiones distintas trataron de que la campaña de Trump supiera que tenían información que consideraban perjudicial para la candidata demócrata.
Papadopoulos fue el primero. El segundo fue cuando el hijo mayor del presidente, Donald Trump Jr, quien escuchó una frase similar de su publicista y amigo Rob Goldstone en junio de 2016.
Trump Jr respondió escribiendo: "Si es verdad lo que dices, me encanta, especialmente para el verano".
Más tarde ese mismo mes, Trump Jr, Manafort y el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, se encontraron con un grupo de ciudadanos rusos.
En julio, WikiLeaks publicó correos electrónicos que fueron pirateados del Comité Nacional Demócrata.
En octubre, se publicaron los contenidos de la bandeja de entrada personal del presidente de la campaña de Clinton, John Podesta.
Esto crea una sucesión de hechos en una línea de tiempo interesante.
Papadopoulos, el cooperante
Si hay alguien en el círculo íntimo de la campaña de Trump con algo que ocultar, debería estar preocupado de que Papadopoulos haya sido arrestado el 27 de julio.
El exasesor llegó a un acuerdo de culpabilidad con el equipo de Mueller el 5 de octubre.
Eso fue hace casi cuatro semanas y, según los documentos judiciales, Papadopoulos ha estado cooperando con los investigadores del gobierno desde entonces.
De hecho, Mueller le dijo al tribunal que no quería que se hiciera público el arresto porque "minaría significativamente su capacidad de servir como un cooperante proactivo".
Entonces, ¿con quién ha estado hablando Papadopoulos desde su arresto? ¿Y qué tipo de temas podría haber discutido?
Según Dan Dale, del Toronto Star, un exfiscal le dijo que el término "cooperante proactivo" puede indicar que alguien está dispuesto a grabar conversaciones.
El blog HotAir plantea un escenario hipotético en el que Papadopoulos podría haber recopilado detalles incriminatorios de los miembros del círculo interno de la campaña de Trump.
Podría haberles pedido "consejo" sobre cómo interrumpir la investigación de Mueller.
"De repente esa gente se despertó esta mañana y se dio cuenta de que recientemente habían tenido conversaciones con Papadopoulos sobre cómo sacar a Mueller del camino y ahora se dan cuenta de que ha estado en connivencia con Mueller durante tres meses", dice la teoría.
La contratación de Manafort
Incluso si, como Trump escribió en un tuit, las presuntas actividades ilegales de Manafort ocurrieron "hace años", esto no indica que cuando era candidato fuera bueno para contratar a su personal.
Era sabido que cuando Manafort se unió al equipo de Trump, tenía algunas relaciones cuestionables en su pasado, incluido el trabajo para los políticos ucranianos pro rusos, el ex líder filipino Ferdinand Marcos y un grupo vinculado a la inteligencia paquistaní.
Al igual que muchos políticos en la órbita de Trump, Manafort se unió a la campaña sin que se estudiaran mucho sus antecedentes antecedentes, porque los asesores más experimentados no querían involucrarse en el equipo del republicano.
Escenario para más acusaciones
Parte del caso contra Manafort, a quien se acusa de operar como agente encubierto para un gobierno extranjero, se hace eco de acusaciones formuladas también contra otro hombre cercano a Trump: el exasesor de seguridad nacional Michael Flynn.
Flynn renunció a su puesto en la Casa Blanca después de confesar que había mentido sobre las discusiones en torno a las sanciones estadounidenses con el embajador ruso Sergey Kislyak, en diciembre de 2016.
Más tarde se conoció que Flynn también trabajaba para el gobierno turco, algo que tampoco comunicó a las autoridades estadounidenses.
Si Manafort puede enfrentar cargos por sus vínculos con en Ucrania, Flynn también puede estar en peligro.
Los periodistas Dahlia Lithwick y Mark Joseph Stern de Slate también teorizan que el caso de Mueller contra Manafort, por delitos financieros relacionados con ingresos extranjeros, podría servir como modelo para un caso futuro contra la propia organización empresarial de Trump, que también recibe una buena cantidad de ingresos de fuentes fuera del país.
"Esta es una acusación que debería aterrorizar a Trump en cuanto a que oculta y alude a su propia conducta ilegal", escriben.
Trump no fue nombrado en la acusación contra Manafort, pero el mensaje puede haber sido enviado de todos modos.
¿Manafort cooperará?
Es la pregunta del millón de dólares.
Si Manafort y Gates son declarados culpables y enfrentan años de prisión de dos dígitos, ¿seguirían el ejemplo de Papadopoulos y buscarían un acuerdo con Mueller a cambio de clemencia?
Papadopoulos, por supuesto, no es una figura del círculo íntimo de la campaña de Trump. Y Manafort, durante meses, estuvo en el corazón de ella.
Mueller y su equipo de fiscales veteranos saben cómo armar un caso contra una gran empresa. Empiezan con los objetivos fáciles y luego ofrecen un trato. Trabajan desde abajo hacia arriba. Recompensan a los que cooperan temprano y castigan a los que no. Y siempre aprietan los tornillos para que los objetivos señalados estén constantemente mirando sobre sus hombros.
Manafort y Gates pueden no tener nada con lo que negociar: la Casa Blanca insiste en que no hay nada allí.
Si lo hacen, sin embargo, este viaje en una montaña rusa apenas está comenzando.